De acuerdo con información a la que tuvo acceso este medio de comunicación y por lo dicho por los padres de familia de los dos amigos de “El Chino” (como le decían al jovencito José Luis), éste primero se habría caído al interior del plantel –según una de sus compañeras, ella vio que cayó sentado, golpeándose muy fuerte los glúteos—pero no se sintió mal, sino que después se retiró junto con otros cinco de sus amigos –con los que siempre se juntaba, entre ellos Oscar y Edgar—y justo afuera de una tienda de abarrotes que se ubica en la calle Suiza de Lomas del Coapinole, comenzaron a jugar, se quitaron sus playeras que estaban mojadas porque estaba lloviendo, y entre todos se tiraron de golpes con las prendas, pero nunca hubo una agresión a patadas ni mucho menos le pegaron en la pierna izquierda.
De hecho, existe un video que es crucial en la investigación, donde se aprecia cómo los jovencitos están jugando con sus playeras, riendo, bromeando y divirtiéndose, como lo hacen todos los adolescentes. Y fue en este punto en que, por el lodo que había en la calle, José Luis resbaló y se dio un fuerte golpe, otro.
CAMINO A CASA
En una fotografía –se tomaron varias entre los mismos amigos—se observa a “El Chino” sentado con un trapo sobre la pierna izquierda, porque dijo que se había lastimado con la caída. Después, todos los amigos se despiden y unos caminan hacía una calle y José Luis se va solo por la calle Suiza; ahí se puede ver (en un video que se difundirá en cuanto la fiscalía dé a conocer la conclusión de sus indagatorias) al joven estudiante que camina despacio, rengo por su extremidad lastimada.
Lo que siguió es que el alumno de la secundaria 132 se fue a la casa de la ‘mamá’ –a quien visitaba solo los fines de semana—porque el padre tenía dengue y había ido al hospital Regional para ser atendido, confirmado por personal del nosocomio.
José Luis pasó toda la noche del miércoles con dolor, el jueves siguió con la dolencia en pierna y abdomen y para el viernes los dolores ya eran insoportables, pero la señora no le prestó atención, por el contrario, en un audio se puede escuchar cómo la supuesta madre dice… “el señor se creyó muy valiente y ya quería ir a la escuela el viernes”.
Fue hasta el sábado en que lo llevaron al hospital La Joya, donde un médico le dio paracetamol, no lo revisó, y lo mandó a su casa junto con la ‘mamá’.
EL LAMENTABLE DECESO
Desesperado, el niño pidió que lo atendieran y fue hasta la noche del sábado 31 de agosto –casi cuatro días después—que lo llevaron al hospital Regional, donde de acuerdo con la trabajadora social, llegó muy grave y poco después de las 10:00 de la mañana del domingo falleció por una tromboembolia pulmonar.
Sobre el caso, la directora de la escuela secundaria 132, Patricia Rodríguez Valadez, el 29 de agosto entregó un oficio al padre de José Luis CM –para los fines legales que convengan--, donde le señala claramente que el estudiante “se accidentó, jugando resbaló y golpeó en el suelo con la pierna, sintiendo un dolor intenso”.
También existen evidencias de un mensaje y un audio donde el jovencito le escribe a su papá que se había lastimado jugando futbol; pero en otros dice que lo habían golpeado.
EL SENO FAMILIAR
En investigaciones por separado que ha realizado este medio, cabe la posibilidad de que el niño José Luis N sufriera desatención y violencia familiar, ya que por voz de él mismo –dicho a sus amigas de la escuela que a su vez lo revelaron en un audio de WhatsApp--, le pegaban en su casa, sobre todo si llegaba tarde.
El Chino, excelente futbolista y buen amigo de Oscar y Edgar –los otros dos estudiantes a quienes señalaron (sin fundamento) de haberlo golpeado—vivía una situación difícil en el seno familiar, ya que entre semana se quedaba con su papá biológico, el señor Alfonso Rodríguez, y los fines de semana se quedaba con su ‘mamá’, quien a su vez vive con otro hombre.
El niño trabajaba por su cuenta, hacía mandados para poder tener un ingreso y pagar algo de comida en la escuela (las más de las veces sus amigos le ‘disparaban’ algún alimento o bebida); quería ahorrar para ir a Tepic a participar en una copa de futbol, pero vivía con temor constante de que lo fueran a regañar o a golpear si llegaba tarde a casa.
Falso que le tuvieran envidia o le hicieran Bullying, asegura una hermana de Edgar.
La situación en casa era tan incómoda para José Luis, que al salir de la escuela prefería irse a la unidad deportiva La Lija para entretenerse y jugar con sus amigos, el amor y el cariño estaban prácticamente ausentes a su alrededor.
LA PALOMILLA
Edgar era su mejor amigo, estaban en el mismo equipo, festejaban el cumpleaños de uno y otro (hay una fotografía donde los amigos comparten un pastel con José Luis en casa de su abuelita), mientras Oscar estaba en otro salón, pero era parte de la palomilla de El Chino, jamás se habrían atrevido a hacerle daño, se indica por parte de los padres de familia.
Sin embargo, desde el parte policiaco que envió la Dirección de Seguridad Pública de la anterior administración, las cosas estuvieron confusas, ya que primero se dijo que el niño se había caído en la escuela, pero renglones más adelante señalaron que la mamá les dijo a los policías que a su hijo lo habían golpeado Oscar y Edgar.
Asustado, con un dolor intenso y confundido, José Luis habría sido grabado por una prima en el hospital Regional, donde dijo que Oscar y Edgar lo habían golpeado (pero nunca precisó –y si lo hizo cortaron el video—que los golpes fueron con las playeras mojadas), cosa que está por desmentir la propia fiscalía con sus investigaciones.
Ahora bien, José Luis estaba prácticamente olvidado por su familia, nunca iban a las juntas de la escuela, no atendían los citatorios y desde muy pequeño, habría sido entregado por la madre biológica a su hermana, Beatriz C, por lo que la actual ‘mamá’ podría ser en realidad su tía, de ahí que el jovencito les importara muy poco.
La prima de José Luis jamás vio por el niño, pero ahora con los sucesos que ocurrieron en torno a su muerte, se apareció para condenar la supuesta agresión.
AMENAZAS VELADAS
Los amigos de José Luis, ya declararon, incluso el Ministerio Público mandó a citar a otros jóvenes –entre estudiantes de la escuela 132 y otros de fuera del plantel—para que señalaran quién les dijo que Oscar y Edgar habían golpeado violentamente al Chino, pero todos manifestaron haber escuchado esa versión por boca de otro amigo, es decir, de oídas.
Ahora se sabe que un sujeto –joven también—fue a la casa de Edgar para amenazarlo y después por mensajes de WhatsApp comenzó a enviar textos amenazantes contra las familias de los estudiantes señalados de ser los “golpeadores”.
Como si se tratara de un individuo que se hace pasar por “mañoso”, le escribe a la familia de Edgar cosas como… “por qué verg… esconden a su hijo, si dicen que no hizo nada. Todo Vallarta lo está buscando y lo van a desaparecer. Levánteme una denuncia, usted va a salir perdiendo. Ya lo estamos localizando a usted y a su put... hijo”.
Desde luego, los padres de los dos estudiantes se asustaron y ya no permitieron que regresaran a la escuela… hasta que se esclarezcan los hechos y puedan retornar a clases.
UN NIÑO EJEMPLAR
En nuestra encabezado indicamos que la de José Luis es una historia triste, la de un niño descuidado, desatendido en el seno familiar, estaba desnutrido y algo ocurría en su entorno que en casi todas las fotografías que subía a su muro de Facebook cubría su rostro con caras de calaveras o diablos.
Ningún niño debe pasar por una situación como esta, ningún jovencito debe morir, nadie tiene derecho a coartar los sueños de un adolescente, ni el médico que habría actuado con negligencia, ni la tía-madre que no le aprestó atención oportuna, ni el padre que solo lo atendía entre semana.
Tampoco se deben frenar los sueños de los otros dos jovencitos acusados injustamente, nadie tiene derecho a arruinarles la vida, nadie.
Que en paz descanse José Luis, un niño bueno, ejemplar, que nunca debió irse.
