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Lunes, 21 Octubre 2024 08:32

Los Michel utilizaron como botín las arcas municipales; hicieron compras “fantasmas” por cientos de millones de pesos Destacado

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INVESTIGACIONES ESPECIALES/VALLARTAUNO

Aunque apenas es una rendija la que se ha abierto, la cloaca en que se depositaron y transitaron todo tipo de negocios en la administración del profesor Luis Alberto Michel Rodríguez está a punto de eclosionar, lo que dejaría al descubierto el turbio manejo de las finanzas públicas por parte de un reducido grupo de familiares que tomaron como botín las arcas municipales del Ayuntamiento de Puerto Vallarta.

La corrupción ejercida como deporte favorito por parte de la familia Michel dejó huellas indelebles al interior de la administración pública municipal, lo que ha sorprendido e indignado al nuevo gobierno encabezado por el alcalde Luis Ernesto Munguía González, quien ésta tarde se va a reunir con los medios de comunicación para dar a conocer detalles de lo que se ha encontrado hasta ahorita.

Y es que además de una deuda pública heredada por el profesor Luis Michel y su interino Pepe Martínez por 350 millones de pesos y contando --es decir, el pasivo detectado hasta el momento suma esa cantidad de dinero; pero el endeudamiento podría superar los 500 millones de pesos--, ya se encontraron las primeras evidencias de un robo descarado a la comuna, principalmente con facturas que supuestamente amparan compras de combustibles, lubricantes y herramientas para vehículos, que nunca se hicieron, pero que suman varios millones de pesos.

HUELLAS INDELEBLES

Esto apenas comienza, en virtud de que el desvío de recursos públicos estuvo a la orden del día y todo apunta a que la familia Michel involucró a importantes funcionarios públicos para que operaran la sustracción de millones de pesos del Ayuntamiento a través de compras o servicios simulados, y quienes serían los primeros en ir a prisión si logran imputarlos y después vincularlos. La encargada del departamento de Proveeduría, es una de las principales investigadas.

Lo más grave, es que no hay dependencia pública que escape a los malos manejos ordenados por los Michel. Una de las observaciones más fuertes está en la adquisición de camiones recolectores de basura, pues de 40, solo dejaron funcionales 10 unidades, el resto se ignora por qué se averiaron o dónde los dejaron. Esto, sin pasar por alto el negocio con pipas de agua y el pago a una persona moral, cuyas oficinas eran una pantalla.

Luis Munguía y su equipo recibieron un Ayuntamiento sumido en la peor corrupción de los últimos años, saqueado, usado para el enriquecimiento personal de unos cuantos y, lo que es peor, con un representante del grupo saqueador incrustado en el pleno del Cabildo como regidor.

LA COLA DE LUIS ESCOTO

Se trata de Luis Jesús Escoto Martínez, el segundo edil que logró meter Morena al Ayuntamiento y que antes fungía como director del Instituto Vallartense de Cultura. Este regidor, además de tener una denuncia por violencia de género ejercida en contra de la ex regidora Lupita Guerrero en julio del 2023 y de presentarse hace cinco días en las oficinas de cultura para amedrentar a los empleados que están siendo evaluados para ver si continúan en el cargo, también es un emisario de los Michel, cuya principal tarea va a ser obstaculizar cualquier acuerdo de Cabildo o iniciativa presentada por Luis Munguía.

De hecho, Escoto Martínez, junto con Chuyita López (Morena) mostraron el cobre demasiado pronto, ya que, en la antepasada sesión del pleno, se opusieron a un acuerdo para arreglar las calles de Puerto Vallarta con un… “eso no es urgente”. Lamentablemente, también los ediles del MC se sumaron a esta negativa; pero los del Partido Verde sacaron la aplanadora y votaron a favor de atender varias vialidades, como el desastroso tramo que está entre la tienda Home Depot y el crucero de Las Juntas.

Terrible en verdad, que haya regidores que no entiendan que, después de darle solución a la recolección de basura, los ciudadanos (así lo muestran las encuestas) exigen que se reparen las calles de Puerto Vallarta; sobre todo porque ya viene la temporada alta de turismo y hay algunas zonas del centro de la ciudad y la franja turística que están realmente llenas de baches.

Pero bueno, Luis Escoto va a dar mucho de qué hablar en los próximos días, ya que es uno de los personajes investigados por la Contraloría del Ayuntamiento, por la presunta triangulación de 10 millones de pesos que se habría realizado entre el sistema DIF Vallarta y el Instituto de Cultura que él presidía; dinero que hasta ahorita no se sabe en qué se gastó ni en qué se utilizó.

¿Y EL SEAPAL APÁ?

Así las cosas, en el nuevo gobierno municipal, cuyos representantes están atónitos del nivel de saqueo que hubo por parte de los anteriores funcionarios.

Y es que, si en compras y servicios están descubriendo toda una cadena de corrupción que se utilizó para robarse los dineros del pueblo al interior del Ayuntamiento , en Seapal ni se diga, pues en el sistema de agua potable, drenaje y alcantarillado se hicieron compras “fantasmas” y lesivas a las arcas del organismo al por mayor: desde la adquisición de camionetas último modelo, hasta el pago de casi un millón de dólares por una planta de tratamiento –que se pagó a unos empresarios judíos, amigos del fallecido “ingeniero” Salvador Llamas Urbina— que está arrumbada allá por la avenida Las Torres, al lado de una escuela secundaria.

También se hicieron convenios y contratos de prestación de servicios inexistentes u onerosos por cientos de miles de pesos con cargo al Seapal, como el que firmaron con un conocido abogado que tiene fijación por denunciar a los periodistas cuando escriben sobre su persona, y cuyas oficinas están en la Unidad Municipal Administrativa (UMA).

Pero como señalamos al principio, esto apenas es una rendija que se deja entrever, una fisura vista por el ojo de la cerradura, de esa gran cloaca que probablemente arroje los primeros indicios para las respectivas denuncias penales, acaso por fraude, peculado, robo, acceso ilícito a sistemas, cohecho, falsificación de documentos públicos, contra la administración de justicia, etc.

Por cierto, un funcionario de la anterior administración (el ex oficial Mayor Administrativo, Rafael Rodríguez Zúñiga) y otro de la actual, de nombre Alejandro García (hijo del abogado Jorge García Rojas) podrían encajar a la perfección en el delito de acceso ilícito a sistemas (del Ayuntamiento); incluso Zúñiga hasta por falsificación de documentos.

Los detalles… En próxima columna.

 

 

 

 

 

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