El punto álgido fue el contenido de la iniciativa a cambiar el reglamento, para que se incluyan los “derechos humanos” como premio a las personas que se hayan distinguido por la defensa de estos derechos en beneficio de la población.
Hasta aquí todo estaba muy bien, se aplaude la intención de la regidora Madero porque se adicionen los derechos humanos en el “Premio Vallarta”. Es muy respetable su postura y nadie, en su sano juicio, objetaría tal propuesta.
LA POLÉMICA
Sin embargo, la mayoría de los regidores se voltearon a ver cuando la señora Madero propuso que, además de modificarse el reglamento, se entregue el “Premio Vallarta” post morten a Francisco Ruiz, mejor conocido como “Paco, Paco”, el fundador del antro Gay del mismo nombre que se hizo famoso en la zona romántica de Puerto Vallarta.
No solo eso, la regidora Madero propone además que el premio de los derechos humanos lleve el nombre “Paco Ruiz”, como un homenaje al “Paco, Paco”.
En este punto, fue en que varios regidores no estuvieron de acuerdo y batearon la iniciativa que ahora duerme el sueño de los justos precisamente en comisiones.
Al respecto, y con todo respeto, queremos hacer las siguientes precisiones y manifestar nuestra humilde opinión sobre este respecto que ha generado una fisura al interior del Ayuntamiento de Puerto Vallarta y que, sin duda, genera ya opiniones encontradas entre la sociedad vallartense.
ENFOQUE DISTORSIONADO
Primero, no es que nos opongamos a que se le entregue un reconocimiento a una persona de la LGBTIQ+. El punto es que la propuesta está mal enfocada, toda vez que un premio de derechos humanos no se debe sectorizar, segmentar o enfocarse a un solo grupo de la sociedad vallartense.
En otras palabras, no porque alguien defienda los derechos de un grupo de la población se le debe distinguir con el “Premio Vallarta”, porque se alejaría de los objetivos de este galardón, sobre todo si se trata de derechos humanos.
Los derechos humanos son únicos y universales, no solo se hicieron para una comunidad, un sector o un grupo, no. Estos derechos son precisamente universales, es decir, para todos. Entonces si el señor Paco Ruiz en vida defendió un segmento de la población, no tiene por qué entregársele un premio de esta naturaleza, y mucho menos ponerle su nombre a dicho galardón.
Hay que recordar que el premio Puerto Vallarta es el reconocimiento y estímulo que se otorga a personas físicas o jurídicas por el desempeño sobresaliente de las actividades o funciones en ramas como la Cultura, Educación, Ecología, Promoción Turística, Deporte, Asistencia Social y el Arte, “así como por cualquier acto excepcional que redunde en beneficio del municipio o de sus habitantes”, se lee en la iniciativa de la señora Madero.
CONDUCTA Y VIDA EJEMPLAR
En la propuesta, la regidora también señala que el premio “es la más alta distinción municipal que otorga el Ayuntamiento a sus habitantes, para premiar méritos eminentes o distinguidos por su conducta o trayectoria de vida ejemplar, relevantes servicios prestados al municipio, a los habitantes, o actos heroicos.
Se otorga por el reconocimiento público de una conducta o trayectoria vital singularmente ejemplares, como también de determinados actos u obras valiosas o relevantes, realizados en beneficio del municipio o de sus habitantes”.
En este sentido, es claro que el señor Paco, Paco, en vida, no tuvo precisamente una conducta o trayectoria de vida ejemplar, toda vez que en el bar que lleva su nombre ocurrieron hechos lamentables en el pasado que nos hablan hasta de corrupción de menores y otros casos que no viene al caso mencionar, porque el espíritu de este artículo no es discriminar a nadie ni faltar al respeto a la LGBTIQ+.
No, por el contrario, la intención es dar una opinión sobre una iniciativa que nos parece está fuera de lugar.
Sí, que se modifique el reglamento y se incluya el premio a los derechos humanos, pero que no se trivialice el premio Vallarta con propuestas que de alguna manera también afectan a otros sectores de la población que no piensan igual que la regidora Madero.
Para otorgar un premio debe haber consenso no solo de los ediles, sino de la población toda. Y la persona que sea elegida para tal galardón debe necesariamente, como indica el reglamento, ser un ciudadano con una conducta o trayectoria de vida ejemplar.
PREMIO INCLUYENTE SÍ, PERO SIN TRIVIALIDADES
Porque si permitimos que se el premio Vallarta se trivialice, al rato alguien va a proponer que se les entregue tal distinción a personas que no lo merecen. Imagine usted que a alguien se le ocurra, por ejemplo, darle el galardón a la señora Ruth N, mejor conocida como “Baby Ruth”, que fue detenida por explotación de mujeres (niñas algunas) con fines sexuales el año pasado en esta ciudad.
Entonces, debemos ser muy serios y cuidadosos para que no se pierda el verdadero objetivo del premio Vallarta.
Creemos que Melisa Madero actúa de buena fe, pero que confunde las cosas, ya que hubiera sido muy diferente si haya propuesto que se incluyera a la LGBTIQ+., para que algún miembro destacado (hay muchos) le entreguen el premio Vallarta, ya que así se reconocería a este sector y el Ayuntamiento se vería como un gobierno incluyente y respetable con todos.
No obstante, Melisa Madero de pronto se sintió atacada por aquellas personas que no piensan igual que ella y comenzó a victimizarse al afirmar que está siendo “atacada” por una “secta cristiana” (en el cuerpo de regidores hay algunos que son cristianos) por haberse atrevido a proponer al Paco, Paco como premio Vallarta.
Así las cosas, no debemos confundir ni confundirnos.
Respetos a la LGBTIQ+., pero no propongan como premio Vallarta a los derechos humanos al difunto Paco Ruiz…Porque simple y sencillamente la propuesta está fuera de lugar.
Insistimos, los derechos humanos son universales, no solo son para un segmento social, pero su opinión estimado lector, es la más importante.