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Viernes, 29 Agosto 2025 00:08

Politizan y restan seriedad a protestas; Juan Calderón, el principal instigador… y un Ayuntamiento sin pantalones Destacado

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Por Jorge Olmos Contreras

Lo que parecía ser una protesta formal, seria y legítima de ciudadanos que están en contra de la posible instalación de parquímetros en el centro histórico de Puerto Vallarta, terminó en un micro mitin político, sólo porque a alguien se le ocurrió llevar agua a su molino, sacar raja política del momento y aprovechar una inquietud social para tratar de erigirse en el líder social que no lo es, y nunca lo será.

Nos referimos exactamente al “hijo desobediente” de todos los partidos, a Juan Calderón Ibarría –nieto del ex alcalde Efrén Calderón Arias, de no muy buenos recuerdos, por cierto, porque convirtió a Vallarta en un gran palenque--, quien no tuvo el menor empacho en utilizar sus redes sociales para convocar a “cientos”, que decimos cientos, a “miles” de vallartenses a una protesta en contra de los parquímetros y el problema del agua.

Por un lado, Juan Calderón comenzó a instigar a sus “miles de seguidores” a sumarse a la marcha de protesta; y por el otro, hizo lo propio uno de los engendros de la señora Susana Carreño –de cuyo nombre no nos queremos acordar—que hace poco apareció en un papel, poco ortodoxo, en una película mexicana y que ahora en Puerto Vallarta quiso enarbolar una bandera que no le corresponde, ni a él, ni al muchacho del sombrero.

EL ACTOR

Y no les corresponde asumirse como líderes “sociales” de una protesta porque en el fondo persiguen fines aviesos. Uno para tratar de figurar en la pizarra política a costa de lo que sea, y el otro porque su principal objetivo es presionar, atacar, exhibir o chantajear al alcalde en turno para que les entregue dinero.

Para que mejor nos entiendan, es el mismo personaje que hace unos días amenazó con publicar información “delicada” de la regidora Marcia Bañuelos, solo porque ella defiende los valores familiares en sus redes sociales o porque es cristiana y el crítico de la edil no lo es, sino que pertenece a la comunidad LGBT.

Pero bueno, tanto el emisario de la señora Carreño como Juan Calderón fracasaron en su intentona por apropiarse del movimiento social, ya que sus “miles de seguidores” nunca llegaron, salvo uno que otro que logró colarse entre los auténticos ciudadanos, entre los vallartenses que, ellos sí, están en todo su derecho a manifestarse.

Sin embargo, lo que sí lograron estos personajes fue restarle credibilidad a la protesta –tanto en el tema de los parquímetros como en el asunto de la falta de agua en ciertas colonias--, pues la ensuciaron con politiquería barata y terminaron por sepultar lo que debería ser un movimiento legítimo.

LA INFLUENCER

Lo peor de todo, es que no conforme con su intromisión en las protestas de este jueves, Juan Calderón ahora está convocando a sus “miles de seguidores” en las redes sociales para que acudan este viernes a la presidencia municipal a protestar por el tema del agua.

¿Así o más sucia la convocatoria política del muchacho del sombrero?

Bueno, quizás Juan Calderón piense que su señora esposa –toda una influencer ella—tiene el poder cibernético para convencer a cientos o a miles de personas a que vayan hoy al centro y caigan en el garlito político de Juanito.

No lo creemos.

Y es que podría ser muy riesgoso para Juan Calderón utilizar a su mujer para fines políticos, ya que ella aparece como una de las “aviadoras” del Ayuntamiento de Puerto Vallarta, pero de otra administración. Todo un caso para los reporteros investigativos.

Doblemente riesgoso para Juan Calderón es tratar de ingresar a la arena política a destiempo, ya que cualquier mal intencionado podría recordarle el mal momento que vivió hace algunos años cuando detuvieron a su ex presunta novia por vínculos con grupos de la delincuencia organizada.

EL MUCHACHO DEL SOMBRERO

Así las cosas, para nada es conveniente que el muchacho del sombrero quiera convertirse en el líder político de una protesta, movimiento que, insistimos, debe ser genuino, sin contaminación política, porque si los verdaderos protestantes permiten que esto se ensucie, el camino va a ser sinuoso y no va a conducir a ningún lado.

Ahora bien, el tema de los parquímetros no está decidido. Lo que se sabe es que se formó una comisión para estudiar la viabilidad de ponerlos o no, y serán los vecinos de las colonias y zonas donde se pretenden instalar, los que tengan la última palabra.

Hay que recordar que en las administraciones del Movimiento Ciudadano –partido al que se incrustó Juanito-- ya se había visto esa posibilidad, la de instalar parquímetros, pero la idea fue desechada porque, aunque los empresarios sí querían, los vecinos se opusieron.

En fin, para terminar este artículo permítanos contarles –y es una opinión muy personal—que lo que sucedió este jueves y la convocatoria de Juan Calderón para este viernes, es para que los ciudadanos exijamos al Ayuntamiento de Puerto Vallarta, a las autoridades pues, que no sean tan tibios, que se pongan los pantalones, que no sean tan blandengues y no permitan que 20 personas –las que hasta utilizaron un bebé—desquicien el tráfico, de por sí terrible, que se vive en el centro y en casi todas las grandes avenidas de este destino turístico.

Todos tenemos derecho a manifestarnos, sí, pero sin perjudicar a terceros, sin afectar a cientos o a miles de personas que todos los días salen a trabajar, con el cierre de una calle.

 

 

 

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