Por Jorge Olmos Contreras
No obstante a que la tuvieron secuestrada en una casa de la colonia Parque Las Palmas, a que estuvo en una cisterna amarrada y maniatada durante casi 10 días, a que abusaron sexualmente de ella y a que se encontró en dicha finca a uno de sus presuntos victimarios de nombre Ángel Vidal Palomera Yerena, la Sexta Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, ordenó dejar en libertad a esta persona dizque “por falta de elementos”, lo que ha provocado indignación entre la sociedad vallartense y más entre los familiares de la jovencita que el pasado 19 de enero fue violada y ultrajada por sus captores.
Había todos los elementos para hundir en la cárcel a Palomera Yerena, pero los magistrados actuaron mal, obedeciendo quizá otro tipo de intereses y liberaron a la única persona que puede llevar a detener al autor material del secuestro y la violación.
Pero no sólo los magistrados actuaron mal, también lo hizo la Comisión Estatal de Derechos Humanos, cuyos representantes prometieron ayudar a la humilde familia y jamás regresaron a Puerto Vallarta, dejaron sola y abandonada a la afligida madre, quien vio con tristeza y coraje cómo el muchacho que también participó en las atrocidades que le hicieron a su hija, ahora anda campantemente por las calles de Vallarta.
No se entiende cómo es que los magistrados Celso Rodríguez González, Manuel Higinio Ramiro Ramos y Esteban de la Asunción Robles Chávez (ponente de la resolución), llegaron a la conclusión de que no hay elementos para procesar a Palomera Yerena, cuando al presunto se le encontró al interior de la casa donde estaba secuestrada la menor de edad –que por razones obvias se omite el nombre—y que fue señalado como co-partícipe del secuestro y la violación sexual que sufrió la muchacha.
Por increíble que parezca, los señores magistrados resolvieron de esta manera según el expediente 16/2014-A Toca 307/2014, al concluir la resolución del 05 de junio de este 2014 de la siguiente manera: “Auto de libertad por falta de elementos para procesar por el delito de secuestro agravado y abuso sexual infantil”.
Cabe recordar que la Juez Gabriel Alejandra Enríquez Serrano dictó el auto de formal prisión contra Ángel Vidal Palomera el 27 de enero del 2014, por su probable responsabilidad penal en la comisión de los delitos aludidos, resolución a la que interpuso el recurso de apelación, misma que fue conocida por los integrantes de la Sexta Sala del Supremo Tribunal de Justicia, quienes consideraron que “fueron violentados los derechos del inculpado, al no darle cumplimiento el Ministerio Público Consignador a lo que contempla el último párrafo del artículo 145 del Código de Procedimientos Penales” “dado que no se le hizo saber en qué consiste cada artículo y fracción que le fueron puntualizados por el Fiscal, respecto de los delitos que se le imputaban, esto es, qué contiene cada delito, además de que no refiere los hechos, no le dicen en qué consistió su participación”.
Es decir, según estos magistrados, al presunto violador y plagiario se le “violentaron sus derechos”, pero los derechos de la menor de edad fueron olímpicamente ignorados por los magistrados, a quienes no les importó el daño que sufrió y sigue sufriendo esta mujer por las secuelas físicas y psicológicas al estar secuestrada y amarrada casi 10 días.
En más de sus argumentos, los magistrados afirmaron que “para efecto de tener una adecuada defensa (Ángel Vidal), como lo marca la Constitución Federal, lo que se actualiza desde el momento en que es detenido y puesto a disposición del Agente del Ministerio Público, carece de valor la confesión rendida por el inculpado en virtud de que no tuvo una asistencia adecuada de parte de su abogado”.
Es decir, las fallas del sistema judicial se convierten en virtudes para estos magistrados para liberar al inculpado.
Entre sus justificaciones, señalaron que si bien es cierto se le hicieron saber los derechos constitucionales y legales al indiciado por parte del Representante Social, así como de las personas que declararon en su contra y los hechos que se le imputaron, “se observa que no consta que se le hayan hecho saber tales circunstancias, pues no se establecieron cuáles son esas actuaciones, ni quiénes son las personas que declaran en su contra, tampoco los hechos que se le imputan, ya que ni siquiera se le anotaron los delitos que se le imputaban, menos los hechos por los cuales se encontraba detenido, aunque si los dan por transcritos”.
Y aquí viene lo mejor:
Los señores magistrados sostienen en su resolución que declararon nula la confesional del presunto victimario, al considerarlo “que se encuentra en un estado de vulnerabilidad física y emocional que puede poner en tela de juicio la espontaneidad y veracidad, máxime que (fue) previo a que confesara”.
En otras palabras, les importó a estos señores magistrados, más el estado de vulnerabilidad física y emocional del presunto violador y secuestrador, que el de la muchacha agredida.
En el colmo de la impartición de la justicia de la Sexta Sala, los magistrados estimaron que “sí fueron acreditados los delitos cometidos en agravio de la ofendida, pero que no se acreditó la probable responsabilidad penal del inculpado Ángel Vidal Palomera Yerena”.
Para ellos, los magistrados, entonces el muchacho estaba en el lugar de los hechos como por arte de magia o por casualidad, vio y observó y quizá participó en los delitos mencionados, pero “no se acreditó su probable responsabilidad”.
Con esta resolución, estos magistrados están dando entrada a que se cometan más ilícitos de este tipo y que los victimarios acudan a un abogado, apelen una resolución de primera instancia y aleguen que sí estuvieron presentes durante la comisión de un delito grave como un secuestro y violación infantil, pero que no se puede demostrar que hayan participado en los delitos, aun cuando son señalados por la víctima, como en este caso.
¿QUIEN ES EL COMPLICE?
Su nombre es Ángel Vidal Palomera Yerena, dijo ser: mexicano, soltero, de 20 años, nació el 07 de octubre de 1993, es originario de Puerto Vallarta, con domicilio en la calle Privada de Chetumal 178 casa 04, Parque Las Palmas, sabe leer y escribir en virtud de haber cursado hasta el tercer año de la educación secundaria; es alberquero en un Hotel, gana dos mil pesos quincenales, ninguna persona depende de él económicamente, no tiene apodo conocido, no acostumbra a cambiarse de nombre, NO tiene bienes raíces de su propiedad, NO pertenece a algún grupo étnico o indígena, profesa la religión católica, el nombre de su mamá es María Leticia Yerena Morales y el de su papá es Vidal Palomera Velasco y es la primera vez que se encontraba detenido.