Comenzaron las vacaciones y el rancho se llenó de niños ociosos rodando por las calles, los grandes se mueven poco y los turistas apenas están llegando;
¡Comenzaron las Vacaciones! Y la ciudad se llena de ruidos diferentes, los comerciantes se rascan la cabeza y dan vueltas pensando cómo pagaran las deudas, las mamás suspiran y ponen la mirada en el horizonte a ver si encuentran una mejor manera de salir la semana; la plaza principal se llena de gente adulta que pierden su tiempo mirando la vida desde una banca.
Los días están hermosos, las playas también y la ciudad está lista para recibir a los visitantes.
Poco a poco los turistas han cambiado la vida, la fachada y la economía del destino; antes, los visitantes eran de mayor poder adquisitivo, se veía a simple vista su nivel social, Vallarta apenas se estaba descubriendo y a los primeros que llegaron les gustó lo que encontraron, les parecía un paraíso increíble y por una década disfrutamos juntos este paraíso pero, eso cambio poco a poco.
Si bien los que vivíamos en este caserío éramos muy felices con lo que había, si se necesitaban servicios, sobre todo los de salud. En la década de los sesentas, había 4 médicos un Centro de Salud básico y ninguna farmacia, mantener la vida, fue por años una pericia muy angustiante para los habitantes de toda la región por los piquetes de alacrán, por accidentes y enfermedades crónicas que padecía la población; siempre había angustias por la falta de medicinas, médicos o quirófano porque se tenían que trasladar por tierra a Compostela o hasta Tepic para salvar vidas, luego fue a Guadalajara con las avionetas del capitán fierro, así que nuestra ruta para la salud por años fue: lancha: San Blas- Compostela, por tierra y viaje muy largo, Tepic y Guadalajara y en otro tiempo por aire toda la ruta en las avionetas antes de que se construyeran las primeras carreteras y puentes.
Todo fue cambiando con la llegada de los turistas internacionales que le dieron a nuestro pueblo, un estatus de paraíso mexicano de visita obligada, por más de una década los que querían visitarnos, tenían que reservar con mucho tiempo de anticipación ya que se agotaban los cuartos de los pocos hoteles que había, así fue como se dividió el año en temporada “alta” que comprendía de Noviembre a Mayo, 7 meses de mucho trabajo para los locales, restaurantes, tiendas, centros nocturnos ( había) (antros ahora), lanchas y todos los demás servicios turísticos, la abundancia se dejaba ver por todas direcciones y los 5 meses restantes eran la temporada “baja” que servía para reponerse, para pintar y mejorar los establecimientos, también servía para que los locales descansaran y repusieran las energías perdidas en la fuerte temporada alta.
50 años nos duró el gusto de ser lo mejor de lo mejor, llegamos a la cima como paraíso mexicano por arte de magia natural que humanamente no pudimos mantener.
Todo se desgastó, ni gobierno, ni empresarios ni sociedad, hemos sabido diagnosticar y proponer un camino para la recuperación turística de primer nivel, no hemos sabido como pueblo defender lo nuestro, hemos vendido nuestra alma al diablo $$$ y el destino nos alcanzó.
Son tantas las necesidades y pocos los programas reales, que se ve muy lejos la posibilidad de recuperar el estatus de paraíso- primer nivel.
Es tiempo de romper inercias y malos hábitos, los gobiernos son los responsables de todo lo que le pasa a la ciudad pero nosotros, el pueblo tiene la obligación de votar por la mejor propuesta y defender los usos y costumbres que nos dan identidad.
Los vallartenses debemos organizarnos en un equipo sólido y unificado por un proyecto emanado de toda nuestra experiencia, sabemos que no es necesaria la parafernalia de publicidad ni el gasto excesivo que hacen los empresarios, solo se necesita un buen sistema de limpieza y recolección de basura, buenos servicios municipales, buenos restaurantes que permanezcan en los mismos lugares para hacer tradición, variedad en la mercancía que se ofrece, defender la exclusividad a como dé lugar, buscar lo original y correrle a lo vulgar y masificado, originales antros, actividades playeras y lugares específicos de reunión para ver y dejarse ver.
Vallarta no volverá a ser lo que era, eso ya pasó y que bonito fue para los que nos tocó vivirlo, pero ya pasó…todo pasa y nada queda pero, lo nuestro es pasar… Vallarta ya cumplió un ciclo de 50 años, los vallartenses ya crecimos y sus ideólogos ya se fueron.
La ciudad está lista para el segundo aire con nuevos diseñadores, nuevos artistas, nuevos políticos y nuevas visiones que nos lleven hacia arriba, porque si votamos por otro mochilas, seguramente la ciudad antes paraíso, terminará por perderse entre “otra ciudad” de colonias populares, una oferta estándar de hospedaje, y un estilo de vacacionar ordinario; si votamos por otro mal gobierno, estaremos condenados a sufrir en el pecado…la penitencia.
Yo voto por un gobierno de gente local que se organice en un consejo ciudadano para trabajar en 4 ejes específicos para la recuperación:
En tres años no dar un solo permiso de construcción, ni de puestos ni de ambulantes, no dar un solo permiso de nada para consolidar la ciudad de una vez por todas y observar cómo la gente con el apoyo de sus instituciones se hace grande y cómo la ciudad se desarrolla y se consolida.
Organizar los planes de promoción con la visión real de nuestra ciudad, desarrollar una promoción desde lo local y para la ciudad no para los hoteles. Que las empresas hoteleras paguen su propia promoción para sus hoteles y el fondo del fideicomiso de turismos se empleé en promocionar a la ciudad, a su gente, sus productos y sus alrededores con toda la belleza natural en 3D.
General las políticas públicas necesarias para desarrollar el plan educativo y cultural más ambicioso que podamos soñar. Está comprobado que donde hay cultura, respeto por la naturaleza, armonía y recreación de primera hay reincidentes, visitantes frecuentes, hay vida y abundancia….!!!Eso es lo que necesitamos!!!
Rendición de cuentas. IMPORTANTISIMO empezando por poner a los hoteleros, inmobiliarios, empresarios y abarroteros en su justo lugar y dimensión.
ORGANICEMOS UN GOBIERNO DE GENTE LOCAL…URGE