Los panistas se resisten aprender de sus propias experiencias. A principios del 2012, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la federación intervino y ordenó al partido respetar los derechos de un grupo de nuevos afiliados. La orden judicial sobrevino debido a la queja de un sector que se oponían a las nuevas afiliaciones. De aquellos había 207 panistas.
En el Partido Acción Nacional, un influyente sector camina a contracorriente. En tanto otros partidos, papel y lápiz en mano recorren las calles rogando afiliarse, en el blanquiazul conviven corrientes que en temporadas preelectorales chocan, unos procurando mas afiliados, los demás exigiendo cerrar puertas a la ciudadanía.
El PAN es un partido celoso de su militancia. La férrea oposición del panismo doctrinario a nuevas afiliaciones es casi igual al celo con el que se colocan candados a las bóvedas bancarias. Se observa que esa es la política del panismo doctrinario, aquellos románticos que por décadas no supieron ganar elecciones pero que disfrutaron de la bonanza alcanzada cuando los barbudos del norte ellos si, pragmáticos y prácticos los llevaron a los cuernos de la gloria y ganaron alcaldías, gubernaturas y dos veces la presidencia de la república.
Con el poder en mano el viejo panismo pronto se contaminaría. Ellos no ganaban elecciones pero mantuvieron el control del partido. Por esa vía accedieron a los cargos de elección popular por la vía de la representación proporcional. Había capacidad para negociar regidurías, en otros niveles, diputaciones locales y federales y, claro, senadurías asignadas en la lista nacional. Fácilmente se incorporaban a empleos de gobierno.
Pero desde hace más de dos décadas se advertía del choque. Los neopanistas pujaban por abrir el partido a la ciudadanía y crecer la membresía. Es cierto el alegato de que, convertir el PAN en un partido de las masas se descompondría el partido y se perderá el control. La razón opuesta tiene que ver con la necesidad de ciudadanizar al partido para competir y ganar elecciones. Este escenario ha sido rechazado una y otra vez por los del ala de los puros e inmaculados del PAN.
Puerto Vallarta tiene su propia historia si se trata de nuevos afiliados. Fueron ellos quienes pusieron al partido en la cúspide. A don Ismael Macías Garibay y a Humberto Jiménez Rosales, ya fallecido, el pueblo los reconoce como los pioneros del PAN. Es verdad a medias porque en realidad, ellos fueron los impulsores del partido y responsables del trabajo que hizo posible que el partido obtuviera el triunfo en las elecciones de febrero de 1995 en Puerto Vallarta. Es verdad a medias porque es a don Guillermo Ruiz Vázquez quien lo ven como el fundador.
Después que don Guillermo Ruiz perdió las elecciones en 1992 llegó el boom al PAN. Para las elecciones federales de1993 reclutaron al empresario Fernando González Corona, especie de otro barbón como las turbas que desde el norte empezaban a ganar candidaturas y elecciones para el PAN. David Cuevas García también será nuevo invitado y heredará glorias y enemigos de González Corona. Alguna vez fue expulsado precisamente víctima de esas turbulencias de sus tribus.
El presidente municipal en el trienio 1997-2000, David Cuevas García regresa al PAN precisamente en el paquete de los 207 vallartenses afiliados e impugnados hace dos años y medio. Es el hermano mayor del diputado local Juan José “el peri” Cuevas, perfilado para ser el abanderado azul en las elecciones a la alcaldía.
El legislador Cuevas García, aspiró hace tres años a la candidatura a la presidencia municipal e inclusive, para hacer frente dentro del partido a Ramón Guerrero Martínez, hizo alanza con Humberto Muñoz Vargas, un panista doctrinario. En aquel tiempo, la apuesta del “Peri Cuevas”, en ese entonces diputado federal, fue un paquete de afiliaciones promovidas por él y su grupo. Pero el partido se tardó en aceptar a ese centenar de adherentes y el diputado acabó por declinar y apoyar a Muñoz Vargas. Juntos apenas pudieron ganar con dos votos al “Mochilas”. Este se dijo robado, impugnó, se fue del partido y ganó la alcaldía para el Movimiento Ciudadano.
Si por sus acciones, en este caso promover mas afiliados al partido, definen a Juan José Cuevas pues es, es un neopanista pragmático, dispuesto a construir una estructura afín para escalar peldaños y alcanzar la meta.
Jesús Ruiz Higuera, hijo de don Guillermo Ruiz, es de esos que algunos llaman de sangre azul. Lo identificamos como responsable todavía del partido. Con cierta jiribilla declaró al portal Contralínea.net sobre los nuevos panistas que “solo el peri cuevas los conocerá”. Se lee tibio pues en otros tiempos Ruiz Higuera le cae encima al diputado por semejante abuso la de promover mas afiliaciones al PAN. Pero no, denota Ruiz Higuera su resignación y aceptación de que la figura más prominente del partido, el aspirante a la alcaldía con mayor capital político, la encarna “El Peri” Cuevas.
Es probable, porque así l marca la historia del panismo, se atrevan a presentar recursos para impugnar y correr a la casa azul a vallartenses que se sobre entiende ellos los invitaron. Así son los panistas; primero invitan y después des invitan. En parte explica por qué cayeron hasta tocar piso y perdieron las simpatías de las mayorías. Va contra las reglas mas esencial de un partido político con aspiraciones de tener de su lado el voto popular, que en campaña salen a recorrer el pueblo y luego les cierra puertas a quienes se identifican con sus postulados y confiesan sus deseos de luchar por esa patria ordena y generosa.
Ahora, respecto a los nuevos afiliados, entendemos perfectamente que si alguien ha procurado afiliar a más ciudadanos al PAN es Juan José Cuevas. El partido siempre se ha pronunciado en contra del borreguismo y si este fuera el caso, antes de condenar, yendo al extremo, exigir correr de la casa a los invitados, sería a estos a quienes se debe de preguntar si desean pertenecer al PAN, si fueron engañados al momento de afiliarse, si se consideran vallartenses de quinta y no merecen ser miembros de ese partido. Y sí, seguramente la mayoría pudieran simpatizar con el proyecto del peri Cuevas, el posible reclutador, por una razón simple: el panismo doctrinario jamás se preocupa por incorporar a nuevos ciudadanos. Como ya se dijo, ellos operan a la inversa, le cierran las puertas a quien le confiese sus deseos de afiliarse al partido.
REVOLCADERO
En las últimas semanas, las redes sociales nos han permitido saber que una cuadrilla de panistas se apostan en un crucero, en cualquier sitio y preguntan si tienen credencial de elector y preguntan si están de acuerdo en proponer el aumento a los salarios mínimos. Fotografías que narran tales hechos dejan ver que esas cuadrillas las integran panistas que de alguna forma son parte del escuadrón de simpatizantes de Juan José Cuevas García. Al fin y al cabo el diputado local trabaja para reforzar con respaldo popular una propuesta hecha por el dirigente nacional de ese partido, Gustavo Madero, a quien “el peri Cuevas” en su reciente reelección.******Vaya, parece verse el fin de la tele novelesca trama de Jaime Castillo Copado y heroica decisión de sentirse obligado a decidirse entre ser secretario particular de presidencia o permanecer en la coordinación operativa del Movimiento Ciudadano. Decisión simple y sencilla que lo requería mayor esfuerzo del aludido sino que más bien todo dependía de Ramón Guerrero Martínez. Y si éste halló que era más útil y al periodista le podía sacar mas jugo en el partido que en su oficina, ya tomó la decisión. Si el interés político electoral se impone, que eso mueve todos los políticos, la decisión tiene un significado importante. El mensaje que el alcalde envió es que ya lo ocupan todas las tareas que tienen que ver en afinar los preparativos para aceitar la maquinaria naranja rumbo a las elecciones de julio del próximo año. Ala lata competencia necesita de hombres de tiempo completo.***** Desde hace muchos años, unas tres décadas leímos los primeros números del periódico El Eco de Nayarit, empresa de la familia Sáizar. Es un trisemanario que se edita, se imprime en Acaponeta Nayarit, y circula en la región norte de Nayarit y parte del sur de Sinaloa. En los últimos años, Antonio Sáizar Guerrero está al frente de las titánicas tareas que requiere en estos tiempos mantener en las calles al histórico periódico. Los Sáizar están de fiesta. Esta semana, festejan los 93 años y refrendan su compromiso de continuar con mayor ahínco, alcanzar los 100 años y seguir adelante. A la distancia, felicitaciones y nuestro reconocimiento al trabajo informativo de El Eco de Nayarit. La aportación es invaluable en todos los sentidos a la vida social, cultural, deportiva, de Tecuala, Huajicori, poblados del sur de Escuinapa. Enhorabuena, Antonio Sáizar Quintero.