Desde sus días de campaña, Ramón Guerrero prometió someterse a la opinión ciudadana y si estos mayoritariamente le pedían dejar el cargo, acataría la voluntad popular. Cumplió, con unos meses de atraso, al hacer el anuncio en un cónclave realizado en un hotel de la ciudad con un millar de vecinos, todos potenciales votantes y promotores del “sí”.
A horas de gritarse fecha y horas de la jornada de consulta, no se dispone de suficiente información para establecer criterios que permitan saber todo de la consulta. Esto también propicia el enfado de quienes de antemano asumen posiciones contrarias a las del interés del régimen municipal. Por lo demás, se abren los espacios a la especulación. Por cierto, lo mas curioso es leer o escuchar la versión de que la papelilla solo tiene el “sí” para que quien acuda a los centros de votación solo aprueben al “mochilas” su gobierno sin permitir el espacio al “no”. Ahí no está el talento ni el secreto para diseñar la convocatoria a manera de desarrollar con el resultado positivo. Afirmar que no habrá el “sí” es hasta poner en duda la poca o mucha capacidad de quienes hicieron la tarea.
En todo caso, y después de darle una repasadita a los sitios de captación de votos u opiniones, lo que también generó una cascada de exigencias dando por cierto que se escondía la relación de “casillas”, esos lugares son parte de las claves para obtener el “si”. A bote pronto, si se observa y seleccionan domicilios de centros de votación en las delegaciones municipales y su proporción con el casco de la ciudad, los críticos podrán hallar razones para argumentar en parte un ejercicio organizado a comodidad de jueces y partes.
El Coapinole es parte de El Pitillal, la demarcación más populosa, pero el listado de “casillas” indica que en las colonias alineadas dentro de El Coapinole habrá 10 “centros de votación” y en El Pitillal, apenas siete. En cambio, en todo el centro de la ciudad solo dos “casillas”. Los vecinos de las colonias Emiliano Zapata y la Cinco de Diciembre, deberán trasladarse a sitios mas alejados.
En Ixtapa, la segunda delegación con mayor población tiene asignados cuatro puntos, en las colonias 24 de Febrero, Tamarindos, La Mina y Las flores. Si en El Pitillal abundan “casillas” en las colonias de la periferia, en El Coapinole, en Ixtapa no es la excepción. Se fue cuidadoso en elegir colonias populares. Como en el centro de la ciudad, en El Pitillal e Ixtapa, se procuró alejar del centro la posibilidad de votar. En la demarcación de Las Juntas, suman siete casillas, casi el doble que en Ixtapa. Eso si, se consideran dos en Mojoneras, una en Cañadas Campestre y una tercera en la colonia Guadalupe Victoria. Son el cinturón de la periferia de tal demarcación. Habrá mas “casillas” porque en Las Juntas ya se sabe del alto índice de popularidad del alcalde y ahí se le multiplican sus promotores. No es el caso de Ixtapa, sabido que es el último de los feudos más leales al PRI, sobre todo en el casco urbano ixtapense.
Para Las Palmas se abrirán cuatro lugares para ir a “votar”. Son mas o menos los seccionales de una elección constitucional. Es el centro de gravedad del regidor Oscar Avalos Bernal lo cual garantiza una captación de opiniones favorables al gobierno municipal.
Ahora, todo eso significa apenas una parte de un engranaje finamente diseñado por quienes asumen la responsabilidad de aplicar el modelo de consulta. En realidad, a nadie se le ciérrala oportunidad de ir a expresar su apoyo y respaldo, o en su defecto, su rechazo y desaprobación, al gobierno municipal. Es una oportunidad para dejar en las urnas fobias y prejuicios personales. Para los porristas, que de una vez apostamos que serán mayoría, es un domingo para congraciarse y dejarse ver frente a la gente del alcalde pidiendo su papelilla y quizá hasta presumir el rayón al “sí”.
Se trata pues de un ejercicio sin claves ni secretos. No hay necesidad de un fraude, de meter votos, de aplicar ratones locos, carruseles ni nada de eso que es propio de una elección de partidos políticos. No. Se trata solamente de aceitar maquinitas que muevan potenciales seguidores y en esto, llevan todas las ventajas los promotores del “sí”. El evento del “mini informe” de Ramón Guerrero frente a cientos de colonos lo dice todo. Ya está listo el engranaje y arrollarán a los críticos. En las colonias donde vive el grueso de los seguidores del alcalde se ofrecen todas las condiciones que garanticen una jornada exitosa.
No hay mucho por reclamar. Los reclamos son sustituidos por las descalificaciones a la convocatoria. Mas allá de creer a quienes desde ya adelantaron sus quejas, habrá que decirles que es solo un ejercicio, una evaluación sin mayor valor, que está al alcance de todos por voluntad precisamente de quienes lo organizan. En todo caso, los adversarios de Ramón Guerrero deberán prepararse para derrotarlo en julio próximo, cuando se realicen las elecciones.
En síntesis, a nadie se engaña. Las reglas están escritas en la convocatoria. No se esconden lugares de votación, colonias o domicilios precisos. Son 52 “casillas”, representantes de la iniciativa privada serán los censores y testigos de honor para avalar el ejercicio. Se diseñó así por que así debería de ser. Es al gusto de quienes organizaron. No existía un antecedente como para permitirse tomarlo como modelo. Puede ser, dentro de lo malo, lo bueno de la jornada dominical. Que quienes vengan más adelante, se sometan a una consulta igual y tendrán el modelo, convocatoria, domicilios de “casillas” para repetirlo y mejorarlo. En tanto, no hay parámetros de comparación porque simplemente estamos ante una consulta inédita. Los que vengan, que lo hagan igual, instalando centros de votación, en los mismos sitios, igual número de “casillas”. Ya después habrá materia para las comparaciones.
REVOLCADERO
Ya se los habíamos adelantado. El director de Participación Ciudadana, Diego Franco se erigió en el cerebro que marca estilos y reglas de la política municipal y en consecuencia, en él se descarga gran parte de la responsabilidad de sacar adelante con garantías de triunfo al “si”. Claro, debemos añadir que atrás y adelante, a todos los lados de Diego Franco, está la mano de Santiago Centeno, quizá el principal operador político de las confianzas del presidente municipal, Ramón Guerrero Martínez. Cuidaron hasta la denominación del ejercicio y lo llaman Consulta Ciudadana de Ratificación de Mandato”. Ellos dos fueron quienes implementaron la estrategia para llenar el salón del hotel Kristal con líderes vecinales procedentes de todos los rincones del municipio. Centeno y Franco estarán al frente de la jornada dominical, desde las ocho de la mañana, hasta las seis de la tarde. Atrás de ellos todo un batallón de soldados naranjas.***** En circunstancias similares, se pudiera pensar que los organizadores del evento tendrían preocupaciones por la posibilidad de intrusos, de enemigos o adversarios con capacidad para enturbiar, votar e influir en la consulta para al final hacer ganar el “no”. No vemos formas de que priistas. Panistas, perredistas o morenistas, cualquier partido político, se atreva a correr riesgos participando organizadamente en la consulta. El terreno esta bien seleccionado precisamente para detectar condiciones de tal tipo.***** El Comité Directivo Municipal organizará un homenaje póstumo a don Marcelo Alcaraz Güereña. Hace ya más de cuatro décadas que don Marcelo fue alcalde de Puerto Vallarta. Hizo historia y no precisamente por haber sido uno de los pocos alcaldes patasaladas sino por el escándalo que le antecedió a ser obligado a separarse del cargo. Unos tres lustros atrás, habían reaparecido en la política local y regional guiando a Salvador Cosío Gaona a dos triunfos electorales en el distrito. Jovial, con energías, dispuesto siempre a correr para subsanar algún error o decisión errónea, don Marcelo se distinguió por su entrega y pasión en las tareas que le asignó Cosío Gaona en las dos campañas electorales. *******Con tristeza nos enteramos de la muerte del amigo, el abogado Javier Vélez Sánchez. Lo conocimos a principios de la década de los 90 cuando de Guadalajara lo enviaron a cubrir la agencia auxiliar del Ministerio Público adscrito a la Cruz Roja. Ahí cubrió por años sus turnos, de día y de noche hasta que posteriormente se incorporó al Poder Judicial en calidad de defensor de oficio adscrito a un juzgado. Igual que otro “emepé” de aquellos años, el abogado José Piedra Gaviño. En los últimos años, con frecuencia lo saludamos en Ixtapa, paso obligado para ir a los juzgados penales. Es una pena el final de Javier Sánchez Vélez. Descanse en paz.
