POR LA REDACCION
Lucas López Velasco ya no vivía tranquilo, no desde la desaparición de su hermano Javier, a quien respetaba y quería mucho y a quien consideraba el ejemplo de hombre bragado y duro de la familia. Javier desapareció en 2011 en Guadalajara y desde ese año Lucas comenzó a beber de más, a buscar venganza y a gritar que haría esto y aquello, al grado de que sus hermanos mayores lo regañaban y lo ponían en paz.
Un buen día y por razones desconocidas, a Lucas le pidieron que se fuera de Puerto Vallarta, que se mantuviera en la Sierra, que ya no bajara a la ciudad. Quizá sus propios familiares veían que el muchacho corría peligro por andar gritando en fiestas y entre amigos que vengaría a su hermano desaparecido.
INDISCRECIONES
Sin embargo, Lucas no entendió razones y a lo largo de dos años se habría involucrado con un grupo militar como informante, incluso en el mundo policiaco corre el rumor de que lo vieron entrar a una de las dos zonas militares que están en Puerto Vallarta. Otras versiones indican que en ocasiones hasta se quedaba a dormir en las instalaciones castrenses.
Pronto se llegó a sospechar que Lucas era “informante” de los militares y en el pueblo chico corren las noticias como reguero de pólvora, de ahí que se ha llegado a especular que esta podría ser una de las causas de su muerte.
No se sabe si los militares usaron a Lucas para sacarle información o si Lucas utilizó a la milicia para tratar de vengar a su hermano Javier, la cosa es que no pasó mucho tiempo en su trabajo como informante, pues fue ejecutado la noche del viernes primero de agosto en Los Sauces.
LA ESPIRAL
Se dice que Lucas metió en un gran problema a toda su familia con estas acciones, ya que poco tiempo después, apenas 19 días, el 20 de agosto, fue baleado y muerto Miguel López Velasco –hermano de Lucas—junto con la señora Rocío Romero García en la colonia Cinco de Diciembre de este puerto.
En los corredores policiacos se dice con frecuencia que los López Velasco se reagruparon, les ganó el coraje y juraron iniciar una guerra para vengar a Lucas, de ahí que tal vez Miguel habría sido el segundo de Los Menchos en caer, y quizá la señora García Romero sólo estaba en el lugar y hora equivocada, algo así como una víctima colateral de los hechos.
Rocío Romero García, era una mujer muy conocida en el aeropuerto internacional de Vallarta, se sabe que trabajó durante muchos años en la torre de control, pero se ignora si tenía algo qué ver en actividades ilícitas.
Miguel López se dedicaba al trasiego de madera y se ganaba la vida consiguiendo locaciones para la construcción de tiendas Kiosco, pero la sangre lo habría llamado y tal vez participó junto con sus hermanos en hechos que dispararon la escalada de violencia contra su familia.
IBAN POR EL FAUSTO
Y es que el sábado 30 de agosto, un comando de pistoleros hizo su aparición en la colonia Paso Ancho para disparar contra un grupo de personas que tomaban cervezas alrededor de una camioneta ram sin placas. En este grupito estaba Fausto Alvarado González, un conocido narco menudista de la zona y su amigo, Vicente Santos (a) “El Yuca”.
En el lugar murió El Yuca, un vecino muy conocido de la colonia, pero El Fausto, contra quien presuntamente iban los pistoleros, sólo resultó con una lesión leve en el hombro, la libró para contarla.
El Fausto al parecer tiene algo que ver con la familia López Velasco y su atentado posiblemente tenga relación con las vendettas que hay entre grupos de delincuencia organizada, originadas quizá por las acciones del ahora occiso Lucas López Velasco.
LA MUERTE DE MIGUEL
Alrededor de las 18:00 horas del 20 de agosto, presuntos sicarios que ya hacían “plantón” sobre la calle Costa Rica en la colonia Cinco de Diciembre, ejecutaron a dos personas adultas, un hombre y una mujer que habían bajado de un automóvil compacto marca Nissan tipo platina en color tinto y placas JDA-95-16 del Estado de Jalisco.
Los muertos respondían a los nombres de Miguel Ángel López Velasco y Rocío Romero García, al parecer tío y sobrina, quienes fueron arteramente asesinados a las afueras de su domicilio por varios sujetos que ya los esperaban en una camioneta tipo Cheyenne blanca.
Les dispararon con armas de fuego .9 milímetros, ya que en el suelo quedaron al menos ocho cascajos percutidos.
No hubo testigos de estos lamentables hechos, aunque los empleados de un taller cercano pudieron haber visto el doble homicidio, pero quizá no dijeron nada por temor.
Llama la atención que el hombre es miembro de la familia López Velasco, que tienen su origen y rancho en el poblado de El Bioto en el municipio de Cabo Corrientes.
Apenas hace un mes, ya había sido ejecutado Lucas López Velasco, otro conocido miembro de esta familia que es conocida como “Los Menchos”. El crimen de Lucas se registró atrás de la calle Cardenal en el fraccionamiento Los Sauces, justo en la salida trasera de la residencia de la madre de estas personas, donde también vive un hombre ya grande.
Los agentes de la Fiscalía Regional de Justicia comenzaron sus indagaciones inmediatamente, toda vez que es el segundo López Velasco que ejecutan en menos de un mes, además de la supuesta sobrina de nombre Rocío.
Las pesquisas se centran en una posible venganza o un ajuste de cuentas por algo que habría hecho Lucas López Velasco y que podría haber arrastrado a toda su familia a una espiral violenta.
El viernes primero de agosto las ráfagas de “cuerno de chivo” sorprendieron a Lucas López Velasco en una calle trasera de la residencia que su familia posee en el fraccionamiento Los Sauces, iba solo, caminaba muy aprisa, como si algo presintiera, se tocó la pistola escuadra que llevaba fajada para sentirse más seguro, pero en la oscuridad de la calle lo acechaba la muerte. Desde una camioneta salieron las lenguas de fuego acompañadas de fuertes tronidos. Todo sucedió en unos segundos, Lucas apenas pudo percatarse del ataque, cayó fulminado; de pronto se le apagó la luz y murió en la banqueta, a unos cuantos pasos de la casa de su madre, donde solía jugar de pequeño junto con sus hermanos.
EL PRESAGIO
Por esos días aciagos de agosto, Osvaldo R. López, un sobrino de Los Menchos que vive en Paso Ancho les advertía a sus parientes que se pusieran alertas, que él sentía que se le estaba calentando una pierna y cuando eso pasaba –sentir un raro calor en una de sus extremidades inferiores—alguien moría… A los pocos días murió Lucas, y más tarde, mataron a Miguel.
Parece una historia inverosímil la de Osvaldo, pero él es un joven que se vino prácticamente huyendo de Estados Unidos y sus conocidos dicen que, efectivamente, él siente cuando alguien va a morir, alguien cercano, pues comienza a sentir calor en la pierna.
Hace días que no se le ve por Paso Ancho ni en la colonia Cinco de Diciembre, donde es ampliamente conocido, como que se fue de Vallarta a raíz de los hechos violentos donde han sido agredidos miembros de la familia López Velasco. También han salido del puerto varios hermanos y sobrinos, pero otros, siguen en Vallarta, haciendo ruido en las redes sociales, agreden a quien se atreve a hablar de su familia y utilizan palabras fuertes y amenazantes.
Por increíble que parezca, luego del calor de la pierna en Osvaldo, fue ejecutado Lucas López Velasco, y después su hermano Miguel.
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