Y bueno, ya no sólo han tomado las redes sociales como ring político, ahora ya se están dando con todo en la vida real, es decir, pasaron de una lucha virtual, a una lucha real, por lo que es casi seguro que observemos en los próximos días un incremento de acusaciones mutuas, sobre todo, entre los partidos que se consideran punteros o que sus líderes creen que llevan la delantera.
El hecho de que un grupo de empleados municipales hayan sido despedidos del Ayuntamiento por supuestos actos proselitistas de sus familiares en favor del candidato del PRI, Andrés González Palomera, es lamentable y, desde luego, muy reprobable.
Sin embargo, cuando observamos que estos trabajadores del Ayuntamiento se prestan para sentarse con dos candidatos a regidores del PRI y ofrecen una rueda de prensa para denunciar estos hechos, también lo vemos mal, porque están politizando el caso, y porque persiguen un fin político, es decir, pareciera que el objetivo de estos burócratas es aprovechar las campañas políticas para perjudicar a un candidato, en este caso, al candidato del Movimiento Ciudadano, Arturo Dávalos Peña.
Lo más prudente habría sido que los empleados presuntamente perjudicados, citaran a una conferencia de prensa, pero ellos solos, sin hacerse acompañar por dos candidatos a regidores priistas, porque esto le resta seriedad a su denuncia e inmediatamente la invalida, por tener tintes políticos.
Desde luego, los del PRI con mucho gusto aprovechan el momento y hasta ofrecen restituir a los empleados en caso de que el voto los favorezca.
Este asunto se enturbia un poco más cuando los mismos empleados –dos de ellos, porque ni siquiera fueron los ocho que dicen-- afirman que los despidieron de manera verbal, es decir, ni siquiera hay un documento –que para efectos jurídicos es lo que cuenta—donde se especifique un despido en tiempo en forma ni la justificación para quitarles el empleo, solamente dicen, “es que a mí me dijeron esto” y “a mí me dijeron esto otro”, nada tangible.
Eso por un lado, pero por el otro, los focos rojos ya están prendidos en el Movimiento Ciudadano por al menos tres graves errores que se han presentado en la campaña.
El primero fue el desayuno de huevos y frijoles de muy mala calidad y presentación que les ofrecieron a las madres del Ayuntamiento el día de la Mamá, un desayuno de poca madre, como alguien lo calificó en su muro de Facebook.
El segundo error es esta filtración de presuntos y supuestos hechos, como el despido verbal, entre comillas, de ocho empleados por apoyar a Andrés González Palomera, porque si es verdad o es mentira, el cuarto de guerra de Arturo Dávalos no ha salido a confirmar o desmentir la versión, se están durmiendo en sus laureles.
Y el tercer error, que se me hace todavía más grave, es la declaración de Arturo Dávalos en el sentido de afirmar que la Universidad no es un terreno neutral para justificar su rechazo –o quizá su miedo—a participar en un debate político.
Entonces, tanto a los del PRI, como a los del MC les mandamos a decir que nos quieran ver la cara a los ciudadanos, en estos momentos la mayoría de los electores ya saben por quién van a votar, entonces, ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.