En el PRI Jalisco deben estar en shock, no entienden cómo, a pesar de todas las obras de infraestructura que están construyendo en este sexenio, incluyendo la línea tres del tren ligero, los Bienevales, la creación de la Fuerza Única, los electores los hayan castigado de una forma contundente. ¿Por qué sucedió este resultado?
Son muchas las razones por las que perdió el PRI, algunos determinantes son factores internos, del desempeño del gobierno del estado pero quizá la mayoría son por fallas del gobierno de Peña Nieto. Destaco los más importantes:
Las reformas Estructurales; muchos ciudadanos se sintieron agraviados por la forma en que Peña Nieto y sus legisladores en el Congreso de la Unión impusieron las reformas estructurales, principalmente la energética; reformas regresivas cuyos beneficios todavía son meras promesas. Los legisladores nunca consultaron la opinión de la población, además ignoraron las críticas y la oposición de amplios segmentos que las cuestionaron.
La violencia; Peña Nieto profundizó la estrategia de Felipe Calderón en contra del narcotráfico, no hubo evaluación de esa estrategia, no hubo cambios. Peña Nieto continúa por la vía punitiva del fenómeno, sin atacar las causas que la detonan como es la pobreza, la marginación, la corrupción de los cuerpos de seguridad y de las instituciones que “imparten” justicia. Por ello, la violencia afecta a amplios sectores de población civil, que no está involucrada en el mercado de las drogas. La población ya le teme al gobierno.
El Desempeño Económico; La economía crece a ritmos mediocres; esto no genera aumentos de los empleos y los ingresos. Amplios segmentos de la población viven de la economía informal; el campo mexicano está devastado y la mayoría de las empresas pequeñas y medianas viven en la zozobra permanente entre las extorsiones y la baja demanda interna.
La Corrupción Institucional; Los escándalos de corrupción en el círculo cercano a Peña Nieto han sido un incentivo para extenderla aún más por el resto de las instituciones. El mensaje fue claro, ¿si el Presidente de la república puede robar, mentir y ocultar información, por qué no lo puede hacer cualquier burócrata? La población ya está cansada de observar el desfile de nuevos funcionarios que se enriquecen en la administración pública.
La Soberbia; Los priístas actuaron con soberbia después que recuperaron la presidencia de la república en 2012. No atendieron las demandas y críticas ciudadanas y le dieron la espalda a los problemas de la población. Aristóteles Sandoval, no atendió de forma personal ninguna sola demanda de grupos que se vieron afectados por sus políticas; lo mismo ocurrió con sus Diputados en el Congreso de Jalisco.
La Opacidad; A pesar de que el candidato Villanueva presumió en su campaña que Jalisco mejoró en transparencia y en el manejo del presupuesto público, esa opinión no permeo en la población. Los ciudadanos siguen percibiendo poca transparencia en la forma en que se gasta el dinero público y de cómo se toman las decisiones importantes en las administraciones del PRI.
Uso Faccioso de Otras Instituciones; El “nuevo PRI” que regresó en 2012, continuó con la práctica de cooptar instituciones ciudadanas, tal como lo hacía antes. El reparto de cuotas, la negociación en lo obscurito, las componendas con grupos fácticos, el intercambio de favores. Todo esto lo continuó y perfeccionó tanto Aristóteles como su candidato Ricardo Villanueva. Estas prácticas ya forman parte de los genes de los priistas.
El Fraude Electoral; El peor enemigo que enfrentó Ricardo Villanueva fueron las añejas prácticas del “nuevo PRI”. Quedará en la memoria ciudadana la injerencia de “Papá Leonel” en este proceso electoral. La coacción del voto, el uso electoral de la pobreza, el dispendio del presupuesto público y el uso y abuso de recursos y personal adscrito al sector público para apoyar las campañas del PRI. La gente se cansó de estas prácticas y decidió en las urnas cobrárselas al partido.
La debacle del PRI en Jalisco es histórica; los electores que acudieron a votar le cobraron al partido todas estas prácticas. ¿Podrá el PRI renovarse después de esta derrota? No lo creo, tampoco lo hizo el PAN, ya que ambos partidos tienen a su dirigencia secuestrada por cúpulas ligadas a poderes fácticos, que siguen mirando el poder político como una vía fácil de obtener rentas.
Si Enrique Alfaro quiere pasar a la historia deberá evitar todo este cúmulo de prácticas; Si Alfaro no quiere traicionar la voluntad de los electores que votaron por él, deberá levantarse cada mañana de su gobierno recordando sus promesas de campaña; si Alfaro planea gobernar Jalisco en 2018, deberá entender que la mejor propaganda es hacer un buen gobierno. Alfaro debe cumplir su principal promesa: co gobernar con la ciudadanía, esto significa rescatar el espíritu del artículo 39 Constitucional. Si no lo hace, esa población que ahora le dio el poder, se lo quitará en el 2018. (Tomado de www.proyectodiez.mx)
*Es académico de la Universidad de Guadalajara
