La intención del Mochilas es que esta medida surtiera efecto a partir del día 15 de junio, lo cual provocó un enorme malestar entre decenas de empleados municipales que hoy viven en completa incertidumbre, porque no saben si a ellos les tocará la guillotina llamada Ramón Guerrero Martínez.
Esta lista también provocó escozor en el primer equipo del Ayuntamiento y, sobre todo en el presidente municipal electo, Arturo Dávalos Peña, quien de inmediato busco vía telefónica a Ramón Guerrero, para manifestarle su inconformidad por la lista que le acababa de llegar, ya que en este listado aparecen los nombres de mujeres y hombres que participaron activamente en la campaña político electoral y que se la jugaron con el Movimiento Ciudadano.
Y bueno, Ramón Guerrero le explicó a Arturo Dávalos que esa lista se la había pasado el actual Oficial Mayor Administrativo, Santiago Centeno y el Director de Participación Ciudadana, Diego Franco, lo cual resultó una verdadera mentira.
Ignoraba Ramón Guerrero que en la sala, desde donde se estaba haciendo la llamada telefónica, se encontraban con Arturo Dávalos el mismo Santiago Centeno y Diego Franco, quienes desmintieron al Mochilas y le dijeron al alcalde electo que ellos jamás habían elaborado esa lista y que nunca han sugerido que despidan a esos 300 trabajadores.
La conversación se tornó ríspida, no muy amable, sobre todo porque Ramón Guerrero dio la orden para que se den de baja esos 300 empleados a partir del día 30 de junio próximo, con lo que está metiendo en un serio aprieto a Arturo Dávalos Peña.
En la famosa lista de los 300, se encuentran todos, y cuando decimos todos, son todos, los empleados que formaban parte del equipo de la ex presidenta del DIF, Magaly Fregoso, así como de otras dependencias a quienes ya no quieren.
Lo que más llama la atención, es que hasta la coordinadora de jueces municipales, Teresita de Jesús López Castillo, quien se supone es pariente de Ramón Guerrero, también figura entre los funcionarios a quienes les cortarán la cabeza.
Esto sin duda se trata de una intromisión del alcalde con licencia en asuntos que ya no son de su competencia, pero más que eso, se trata del primer encontronazo, de muchos que seguramente vendrán, entre Arturo Dávalos y Ramón Guerrero Martínez.
Y ante semejante medida, deberíamos preguntarnos: ¿Quién es realmente el presidente municipal? Ramón Guerrero o el Pitas Pelayo, ratificado ayer por tiempo indefinido como alcalde interino de Puerto Vallarta, porque el que sigue mandando, es el Mochilas, para bien o para mal de Puerto Vallarta, saque usted sus propias conclusiones.