POR LA REDACCIÓN
La ambición habría perdido al conocido charro y empresario, Raúl Díaz Hernández, al grado de quitarle la vida, toda vez que, en los dos últimos meses del año pasado, habría recibido varias llamadas de fuera de la ciudad o del país, para atender a un señor que le pedía que vendiera unos terrenos a cambio de una jugosa comisión de hasta 500 mil pesos. La voz del otro lado del auricular era ni más ni menos que de Gabino Alcaraz Ruiz, uno de los hermanos con el mismo apellido que a partir del 2008 entraron “en guerra” con un grupo contrario que le disputó el control de la venta de drogas, sobre todo en el corredor Ixtapa-Las Palmas.
De acuerdo con una investigación de VALLARTA UNO, Raúl Díaz habría sido advertido por amigos y conocidos que no hiciera ningún tipo de trato con los señores “Alcaraz”, ya que sus enemigos verían como una afrenta la posible venta de un terreno que se destinaría a construir un fraccionamiento. Pero Raúl no escuchó a nadie y continuó las negociaciones con Gabino, que desde el exilio le pedía de favor que le ayudara a vender un predio, para ayudarse los dos económicamente.
Lo peor de todo, es que Raúl Díaz habría arrastrado a otras amistades al proyecto de dicho fraccionamiento, y que también habrían corrido la misma suerte, es decir, algún día simplemente desaparecieron o fueron asesinadas.
Es probable que Raúl Díaz haya involucrado a mucha gente en las negociaciones con “Los Alcaraz”, y quizá por eso fue brutalmente torturado y después cosido a puñaladas (se habla de hasta 16 piquetes en toda su economía corporal). A lo mejor, comenta una fuente que pide el anonimato, lo golpearon para saber quién o quiénes más estaban tratando de ayudar a Gabino Alcaraz con la venta de tierras en Puerto Vallarta.
DESCARTAN CONFLICTOS CON LA ARENA VALLARTA
Al trascender que el móvil del crimen quizá sea este tipo de negociaciones que hacía Raúl Díaz con “Los Alcaraz”, se descarta por completo que exista un problema o alguna disputa por el control de la llamada “Arena Vallarta”.
Tampoco sucedió, como se manejó en un principio, que Raúl Díaz había sido amenazado por un supuesto sicario, luego de participar en una pelea de gallos clandestina.
La hipótesis más fuerte que se ha robustecido en los días recientes, es que Raúl Díaz estaba haciendo negocios y sería el próximo socio, de manera silenciosa, de Gabino Alcaraz Ruiz, cuya familia se fue de Puerto Vallarta tras el asesinato de varios de sus integrantes, y que a la fecha no han podido regresar porque están amenazados por un grupo contrario.
Raúl Díaz fue “levantado” el jueves 15 de diciembre pasado, y la del domingo 18 fue encontrado sin vida en el fraccionamiento Fluvial Vallarta. Estaba al interior de una camioneta Chevrolet blanca Silverado, sobre la calle Lago Erie y río Volga, al final del restaurante bar “La Gula”.
EL HISTORIAL DE “LOS ALCARAZ”
En aproximadamente 20 años, los hermanos Alcaraz fueron amos y patrones del narco menudeo en la región de Ixtapa-Las Palmas y Puerto Vallarta. Nadie se metía con ellos, cometieron múltiples abusos y se les relacionó con “levantones”, asesinatos y negocios de todo tipo, desde el trasiego de mariguana, cristal y cocaína, hasta en el de carros robados. Dos décadas después, su figura se ha opacado, al grado de que las familias con estos apellidos han abandonado sus casas y los más prominentes fueron ejecutados y desaparecidos.
En una colaboración que para VALLARTA UNO hizo el periodista Gerardo Sandoval Ortiz en 2011 –y de la cual se hicieron algunas correcciones y en otros párrafos se amplió la información--, narró cómo esta familia tuvo su esplendor y su caída en menos de 20 años.
El reportero indicó que los hermanos Alcaraz adquirieron notoriedad desde principios de los 90 en toda la región, pero la desgracia cayó sobre ellos en los últimos dos años y, marcados por sus violentos enemigos, los que no cayeron con plomo fueron “levantados” y desaparecidos. El resto de la familia, las hermanas y la madre inclusive, ya no viven en la región. Ante las últimas amenazas ocurridas a finales de mayo, un “levantón” y una golpiza a uno de ellos, pusieron sus propiedades en venta y desaparecieron, aparentemente en forma definitiva.
Nadie sabe a ciencia cierta quiénes son los enemigos de la familia Alcaraz. Pero versiones abundan y todas tienen que ver con actividades ilícitas ligadas al comercio de las drogas.
En febrero del 2004, un grupo de plagiarios sinaloenses, secuestró a Saúl Alcaraz Ruiz. Se pagó un millonario rescate y eso antecedió al extraño incidente del cual resultó Gabino Alcaraz Carranza con un balazo en la cabeza que todavía no se recupera. Luego vino lo peor. A mediados de agosto del año pasado, la familia fue víctima de diversos atentados. Algunos murieron, otros fueron “levantados” y desaparecidos. El resto de los hermanos y hermanas, la mamá también, soportaron meses de presiones y amenazas y a finales de mayo, cambiaron de residencia y pusieron todos sus bienes en venta.
EMPEZARON CON GABINO ALCARAZ RUEZGA
Hasta mayo habían resistido las amenazas varios miembros del clan. Aun cuando apenas en diciembre pasado habían “levantado” a Gabino Alcaraz Ruezga, quien era presidente del ejido de El Colexio y secretario de la Asociación Ganadera.
Las amenazas nunca cesaron, pues en mayo levantaron al Willy Alcaraz Ruezga en las inmediaciones, pero lo liberaron, no antes de darle una salvaje golpiza. Ya a esas alturas todos estaban advertidos.
También en mayo se multiplicaron las llamadas telefónicas a la señora María Ruiz Corona y a Nereida Alcaraz Ruiz, mamá y hermana de Aurelio “El Sheriff” Alcaraz. Con los últimos acontecimientos tomaron ya la decisión de abandonar el pueblo y mudarse a otro lugar, no revelado por cuestiones de seguridad.
Contra los Alcaraz no hubo tregua en casi un año. Un medio hermano del “Sheriff que se quedó al tanto de algunos bienes y de sus parcelas, también sufrió el embate de la represión. Ricardo Ruiz fue “levantado” también en mayo, pero como traía buen dinero, lo dejaron en libertad, bajo amenaza de que también debía irse de la región.
VIVIR BAJO PRESION
La consigna contra los hermanos fue impedirles cualquiera actividad. Tienen prohibido sembrar y rentar sus parcelas. A los choferes de la flotilla de camiones urbanos también los amenazaron. Les ordenaron que tenían vender todo y desaparecer de Puerto Vallarta y toda la región. Se ordenó romperles toda actividad que les generara ingresos.
El atentado que sufrió el cantante “El Coyote” en marzo de ese año en San José del Valle, Nayarit, pudo ser parte de eso.
Enterado de eso, Gabino Alcaraz Ruiz puso en venta su residencia de Ixtapa en un millón de pesos. Por sus dimensiones, dos plantas, amplia, era una verdadera ganga, pero nadie se atrevió a comprar la casona de la calle Guerrero. Toda la familia puso en venta sus casas, incluyendo las hermanas y la mamá.
Esta familia está compuesta por los Alcaraz Ruiz, los Alcaraz Ruezga, los Alcaraz Carranza y los Alcaraz Calleja. Cuando fue herido Gabino Alcaraz Carranza, dedicado a organizar bailes masivos, charreadas y fiestas, su hermano René se quedó con el negocio y más reciente, la hermana Rosalba se hizo cargo del negocio. Ella, Rosalba, Lupita y demás, están o estaban marcadas también.
ROSALBA FUE EJECUTADA EN GUADALAJARA
De hecho, Rosalba Alcaraz, la representante del El Coyote fue ejecutada en Guadalajara junto con su chofer de nombre Axel Alejandro Dueñas Pérez en febrero del año 2012. Se desconoce quién o quiénes cometieron el doble asesinato y por qué, pero los cadáveres de estas dos personas –ampliamente conocidas en Puerto Vallarta— fueron arrojados en la colonia del fresno.
Rosalba era hija de la ex delegada de Las Palmas, Rosa Carranza, una mujer que se afilió al Partido Acción Nacional (PAN) –junto con otros familiares—y que llegó a ese puesto gracias a la amistad que sostenía con el empresario de tiempos compartidos, Fernando González Corona, el primer alcalde panista que tuvo Puerto Vallarta
El Servicio Médico Forense (Semefo) emitió el siguiente comunicado con respecto a estas muertes:
“Acta 253/2012: De asfixia por estrangulación indirecta murieron el hombre y la mujer encontrados ayer, poco antes de las 19:30 horas en la avenida Inglaterra, al cruce con Tabachín, en la Colonia del Fresno, en Guadalajara.
Los dos cuerpos estaban tirados en la calle y ambos tenían vendas que les cubrían el rostro, así como marcas de ataduras en las muñecas y el cuello; el masculino tenía también una bolsa de plástico en la cabeza.
En relación con el caso se presentó ante el Ministerio Público una mujer de nombre Myrna Verónica Dueñas Pérez, de 38 años, quien señaló, extraoficialmente, que el varón era su hermano Áxel Alejandro Dueñas Pérez, de 36 años, en tanto que la mujer sería su cuñada Rosalba Alcaraz Carranza, de 46 años, quien era hermana del esposo de la compareciente.
La mujer dijo que ambos fallecidos eran vecinos de la colonia Valle Real, en Zapopan, pero no acreditó el parentesco con ellos, por lo que posteriormente se haría la identificación oficial.
Dijo que el 22 de febrero de ese año, a las 19:00 horas, tuvo contacto con su hermano, y desconoce qué les ocurrió.
EL CLAN DE “EL HIBRIDO”
El clan Alcaraz es tan numeroso que ni siquiera es fácil elaborar una lista del total de hermanos y hermanas. El iniciador fue Aurelio “El híbrido” Alcaraz. Falleció hace ya algunos años. Procreó familia con al menos cuatro mujeres y en casi todos los casos hubo rapto con violencia. Por esos sus hijos están distribuidos entre Ixtapa, El Ranchito y Las Palmas. A él se le atribuye el inicio del caciquismo que heredó a Elías Miramontes Vélez en el ejido El Colexio.
Con abusos y atropellos, del que casi siempre las víctimas eran ciudadanos indefensos, la familia logró sobrevivir a los tiempos violentos del 2008. Los reacomodos en los negocios de las drogas los afectaron, al grado que se les consideraba estar alejados del negocio. Siempre se les consideró a ellos como un “mini cartel” cuya plaza era Ixtapa y el corredor rural Ixtapa-Las Palmas.
LOS PRIMEROS CAÍDOS
Cuando el grupo que hoy en día ejerce el control en esa zona les dieron las primeras advertencias, de que sacaran sus manos del negocio, los mantuvieron bajo estricta vigilancia.
En agosto del año pasado (2010), sus enemigos supieron una evidencia clara de que al menos uno de ellos seguía en el negocio de la venta de drogas. Eso fue el motivo de las hostilidades contra la familia y la orden fue ir detrás de todos. El 17 de ese mes, por la mañana, levantaron a Heraclio Alcaraz Callejas y una hora después, mataron a Aurelio “El Sheriff” Alcaraz en la entrada a La Desembocada. Un hijo de éste, fue gravemente herido. Al siguiente día hallaron la camioneta de Heraclio en un camino de terracería, ya en el municipio de San Sebastián del Oeste.
Dos días después, el ejército desmanteló un narco laboratorio donde procesaban drogas en las orillas del poblado El Colorado. Esa era la evidencia de que Los Alcaraz no habían abandonado el negocio. Hoy en día, los lugareños afirman que ese narco laboratorio era de “El Sheriff”. Heraclio, su medio hermano le ayudaba en esas tareas. Por eso ellos dos fueron los primeros objetivos. El día del sepelio de “El Sheriff”, al bajar del panteón, dos pistoleros balacearon una camioneta de Saúl Alcaraz Ruiz. En el volante iban sus hijos que resultaron ilesos.
Después de los atentados, la familia pidió apoyo de las autoridades e inclusive del ejército. La respuesta fue una negativa. Uno del clan, Noé, tiene fama de estar al servicio de un cartel de narcos y a él recurrieron los hermanos. La respuesta los desanimó. “Involucrarme significa declarar la guerra a los de la plaza” fue el argumento para mantenerse ajeno al conflicto de la familia. El yerno del finado José “Pepo” Ortiz Camba tiene fama de ser pistolero profesional, al menos eso platican todos, pero no quiso comprometerse por la familia.
En buena medida lo consignado en este espacio son historias conocidas y documentadas en la región, por vecinos y autoridades. Pese a todo, a pesar de la sospecha de que los hilos apuntan a la delincuencia organizada, resulta aventurado saber con exactitud las razones reales de la desgracia que abatió y abate a la familia.
Más aun, en Ixtapa y sus alrededores se platican algunos nombres de quienes han intervenido en los atentados. Los vieron. Hay testigos. Pero nadie se atreve a decirlo abiertamente, a menos que sea con los amigos.
A muchos les resulta triste el fin de la familia. Ya nadie queda en casa. Las casas están abandonadas y algunas tienen el anuncio de estar en venta. Para sus amigos, se fue una época, tiempos dorados, días de fiesta donde todo había a manos llenas.