Chava Cosío mantenía una posición de competirle a otro empresario, éste farmacéutico, el diputado federal Carlos Lomelí Bolaños. A los tres destacados “morenos” jalisciense les distingue el vínculo personal con López Obrador. Pero Cosío Gaona prefirió renunciar a una competencia interna sabedor quizá de haber ya un acuerdo para imponer a uno de los dos empresarios en abanderado de Morena al gobierno estatal. Diversas fuentes apuntan en ese sentido, a las preferencias del dueño de ese partido por un empresario en Jalisco.
El jueves pasado los amigos de Michel Velasco convocaron a los periodistas para anunciar su integración al proyecto de López Obrador. Al lado del dulcero apareció el rockero Beni Albarrán, el panista Ernesto Espinosa Guarro y Manuel Villagómez. El primero es hoy regidor en Zapopan pero por el Movimiento Ciudadano. Espinosa Guaro, fue alguna vez por el PAN alcalde en Guadalajara, Villagómez era perredista. En el mismo evento se dejó ver Carlos Lomelí, que del MC pasa a la Morena, y el ex priista Hugo Rodríguez Díaz, de ser diputado por el MC, se mueve ahora al partido de López Obrador.
Esas jugadas de ajedrez tienen como fin, animar al dueño de la franquicia, anticipar la nominación del abanderado en Jalisco. Al dar un paso atrás Chava Cosío, ya son dos los finalistas, y ambos son del agrado del tabasqueño. El ala doctrinaria esconde su as, convencido de que un partido que se dice de izquierda violenta sus principios y doctrinas al designar candidato a un empresario. Si hace dos años lograron deshacerse del hijo del ex gobernador priista cuando Cosío Gaona quiso apoderarse al proponerse como dirigente estatal, asumen tener capacidad para oponerse a que un oportunista como es Carlos Lomelí se salga con la suya y sea candidato a gobernador. A Michel Velasco no acaban por aceptarlo pero nadie lo conoce por ser un empresario comprometido con la sociedad.
El escenario en Guadalajara no es distinto a las condiciones locales. A veces se dejan ver posiciones propias de cualquier tribu política. Al cabo de algunas charlas con tres figuras del morenismo local se despejó la duda principal, la de haber ya jaloneos redireccionados a la nominación de la candidatura a la alcaldía. Cuando Morena adquiría forma y estaba en proceso de organizar sus asambleas distritales a fin de quedar legalmente constituido el partido, Oscar Pérez Ortiz fue de los primeros en dar el paso del PRD al nuevo partido. se jactaba, y era cierto, haber afiliado a varios miles de morenistas. Fue su primer dirigente local. Eso le abrigó esperanza de ser considerado para la distinción de ser también el primer candidato a la alcaldía. Lo hicieron a un lado y Oscar Pérez hoy en día se ha resignado por decisión propia ser la voz crítica dentro de Morena. Aun en esa posición tampoco renuncia a la posibilidad de ser bendecido con la candidatura.
En Morena Vallarta pululan los aspirantes. Algunos con bandera ciudadana e inclusive, se ofrecen como independientes. Hace tres años lo intentó un empresario heredero ferretero. Otro empresario, éste restaurantero, Luis González Valdepeña cree tener más mérito y mayor trabajo partidista, como para ser ungido. Valdepeña, sin pena ni gloria, fue hace dos décadas candidato a la alcaldía por el Partido Democracia Social, aquel partido fundado un día y desaparecido al otro, por Gilberto Rincón Gallardo.
Morena se dirige a un choque interno. Poco a poco se ha ido apoderando del membrete un grupo de activistas que del PAN emigraron en su momento al MC, en 2012. Es el grupo lidereado por el ex síndico Roberto Ascencio Castillo y el contador Héctor Gallegos de Santiago. Ellos traen grupo y, todo parece indicar, recursos provistos por el grupo de amigos. Ya ha dado muestras de haber llegado para quedarse con Morena. Son los mejor organizados y redoblan esfuerzos en reclutar tantos talentos que les aseguren estar bien representados en cada casilla en las más próxima selecciones.
Animado por el fenómeno López Obrador, a Morena también llegó con un puñado de amigos el barzonista Fidencio Hernández Lomelí. Este amigo llegó del PRD pero por años coqueteó con el PAN. Sin embargo, pronto ha sido tachado como una decepción pues su trabajo se limita a erigirse en un activista apostado a tras de su teléfono inteligente compartiendo algún mensaje o foto. Fidencio hace tres años se propuso para abanderar el PRD y alegó como razones algunos miles de votos captados en una elección distrital del 2012.
Los que se mueven en la Morena vallartense son tres tribus. Todos se enseñan los dientes pues todos quieren la candidatura a la alcaldía. Uno al otro le resta fortaleza. Los desdeños son mutuos. En el grupo de Gallegos-Ascencio quiere de lejos a Fidencio pues lo ven como un personaje que resta y no suma. Al ala fundador se le cuestiona su falta de trabajo; “no trabajan” dice Fidencio de ellos. De Fidencio, los izquierdistas de siempre no lo bajan de loco y oportunista. Los viejos de la izquierda son medidos si se trata de cuestionar a los Gallegos. Reconocen el trabajo pero no los consideran tampoco dignos de abanderarlos.
Hace una semana vino Carlos Lomelí a Puerto Vallarta. Algunos morenos locales de le alinearon. Otros prefieren mantenerse a la expectativa y el fin de semana regresaron a casa con algo claro: Abrazar la causa del dulcero Michel Velasco y en Puerto Vallarta renegociar con la tribu naranja convertidos a Morena. Sucede que en acá no hay muchas opciones y la de Gallegos se fortalece como la más sólida de las precandidaturas.
REVOLCADERO
La primera participación de Morena en una campaña elección en Nayarit ha sido decepcionante. Si acaso rayó los cinco puntos porcentuales los votos obtenidos por su abanderado Raúl Mejía. Le fallaron sus candidatos porque casi todos llegaron del PRI y todos manchados por sus vínculos con Edgar Veytia. Ganaron en dos o tres alcaldías, cuya suma acaso serán unos 50 mil gobernados. Muy al principio se supo que Morena se autoeliminó. Hicieron a un lado a cuadros de renombre por su vida de izquierda como su dirigente estatal, Nayar Mayorquín que de ser el apuntado natural a competir por el gobierno del estado fue vergonzosamente hecho a un lado para abrir espacio a los recomendados del fiscal zeta. Preso en Nueva York Veytia, ya se anuncia limpieza total. De los pocos que se salvarán es el Beyto Arellano, quien ganó en Acaponeta. Todos los demás, se van a la Comisión de Honestidad y Justicia.***** Nuestros amigos de Las Palmas se reportaron para comentarnos que en aquella comunidad todos aplauden la decisión de haber despedido a Alfredo Uribe Dávalos el que también es conocido como “el bolillo”. Que este personaje se había subido a un ladrillo y de ser un buen vecino literalmente se creía el nuevo mochilas, a quien le tiene veladores prendidas por todos lados. Presumía que nadie lo podía correr por ser mochilista; le habló para pedirle ayuda pero su dios ni siquiera le contestó la llamada.****** La noche del domingo nos informaron de la muerte de Don José Reyes allá en su natal San Pancho, Nayarit. Como casi todos los domingos, Pancho su hijo, había ido de Ixtapa a visitarlo y por ser el Día del Padre lo invitó a comer. En el restaurante se quejó de un dolor lo llevó al doctor pero en cuestión de horas murió. De extraordinario humor, inacabable alegría e incansable bailador, él y doña Ramoncita eran el ángel de las fiestas familiares celebradas en su rancho. Los acompañamos a un baile revolucionario en septiembre pasado. En noviembre ellos nos acompañaron en una fiesta familiar. Nos asombró cuando en la celebración de uno de sus últimos cumpleaños, aceptó ensillar y montar su caballo, ponerse su traje de charro y unirse a la cabalgata de amigos en una travesía de San Pancho a su rancho. N fue una cabalgata cualquiera. Don Pancho ya andaba en sus 90 años. En el camino los sorprendió un feroz aguacero. Sus hijas lo recibieron y lo llevaron a vestir. En misa y en el panteón cientos de amigos acompañaron a doña Ramoncita y a los hijos de do José. Nosotros nos quedamos con extraordinarios momentos en las idas a San Pancho y en sus visitas a Ixtapa. Vaya para Panchito, a Diana, a Joshua fortaleza para superar esos momentos de adversidades.