Por el contrario, Jaime Cuevas ya sacó las uñas y está decidido a ponerse del lado de los inversionistas, toda vez que en el grupo de empresarios que pretenden levantar dos torres de seis pisos y una de tres, con 62 departamentos, lo encabeza Carlos Lemus Mateos, un viejo conocido del ahora alcalde, con cuyos hermanos hizo muchos negocios de tipo inmobiliario cuando Cuevas Tello fue presidente municipal por primera vez.
Reacio, necio y testarudo como lo es Jaime Cuevas, se ha negado a sostener un dialogo abierto con los habitantes de San Pancho, debido a que lo primero que le van a exigir es que investigue en qué condiciones se otorgaron las licencias municipales a estos inversionistas de “Punta Paraíso”, que ahora se amparan en una supuesta Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) otorgada por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para invadir terrenos federales y hasta colocar rejas para que nadie acceda a las playas, sitio por cierto de anidación de tortugas.
Y si nosotros creíamos que en este X Ayuntamiento de Bahía de Banderas había algún funcionario inteligente y capaz para hacer frente a temas tan delicados como éste y dar la cara por el gobierno municipal y, por supuesto ofrecer soluciones de corto plazo, pues estábamos equivocados; porque no hay uno, un solo servidor público de esa administración que pueda atender la inquietud de los ciudadanos de San Pancho, que sufren un despiadado atropello a sus intereses por la voracidad de los inversionistas inmobiliarios y la complicidad del mismísimo Jaime Cuevas.
CRISTIAN VALIENTE, TAMPOCO PUEDE
En algún momento se le apostó al secretario general del Ayuntamiento, un joven él que no está tan contaminado como Jaime Cuevas ni tiene tantos compromisos como el alcalde, para que mostrara credenciales y buen oficio político, pero Cristian Valiente ha sido todo un fiasco, no le aprendió nada a su padrino político local, Héctor Paniagua.
Cristian Valiente podría ser el funcionario que destrabe el asunto de Punta Paraíso, ya que tiene los contactos en la Ciudad de México y su roce con el grupo de Los Chuchos del PRD podrían darle derecho de picaporte en la Semarnat para que se reconsidere la MIA otorgada al grupo de Carlos Lemus. Pero el “podría” ya significa mucho, ya que Cristian está más entretenido en salir en la foto, difundir instantáneas de su familia en las redes sociales, en cortar el listón de negocios privados, que en atender asuntos propios de su encargo.
Y aunque Cristian tuviera voluntad política para atorarle a los temas que tarde o temprano le van a explotar en la cara a todos los funcionarios de Jaime Cuevas, se va a topar con los oscuros intereses de Jaime Cuevas, quien está dispuesto a vender lo que sea con tal de hacer negocios inmobiliarios al autorizar licencias aquí y allá, tal y como lo hizo en su primera incursión a las arcas municipales.
Cristian Valiente pronto se va a dar cuenta quién es el verdadero Jaime Cuevas, un político ambicioso, voraz, que navega con otra bandera –esa que dice que siempre está bien y de buenas, pero para alargarse las uñas—pero que en realidad es el Jaime Cuevas de siempre, el que le metió la mano, pero en serio, a los dineros públicos en su primer periodo al frente del Ayuntamiento de Bahía de Banderas.
CUENTAS PENDIENTES
No dudamos que salgan defensores de Jaime Cuevas a tratar de defender lo indefendible, pero en la información que tiene archivada el órgano de fiscalización del Congreso del Estado se pueden leer datos duros de cómo el señor Tello hizo negocios de diferente índole con el gobierno municipal. Y la investigación de los peculados ahí está y todavía conservamos una abultada copia de los asuntos irregulares que manejó el señor Cuevas; entre otros, la desaseada concesión de la recolección de la basura al priista Juan Carlos Castro Almaguer, en tiempos en que un hermano del propio Juan Carlos se daba el lujo de operar para una célula de Los Zetas sin que el señor alcalde pusiera objeción alguna.
Ahora bien, Jaime Cuevas difícilmente va a meter las manos para darle para atrás a las licencias de Punta Paraíso, porque, como dijimos líneas arriba, es muy amigo de Miguel Ángel Lemus Mateos –el bróker favorito de Felipe Tomé y los hijos de Martha Sahagún, la ex primera dama de la nación, es decir, los hermanos Bribiesca—y Carlos Lemus, es hermano de Miguel Ángel, que a su vez trae el dinero de los canadienses Regina Saskatchewan y Martín Bast.
Tan sólo hay que recordar un dato: Felipe Tomé (léase los hermanos Bribiesca) y Miguel Ángel Lemus, fueron los que comenzaron la agresión inmobiliaria en San Pancho con el megaproyecto “San Pancho Country”, que ha sido todo un fracaso debido a la mala planeación y a la misma ambición desmedida de estos desarrolladores, los amigos íntimos de Jaime Alonso Cuevas Tello.
Si le rascan un poco más, van a encontrar de seguro la mano del ex gobernador Roberto Sandoval, quien junto con José Gómez comenzaron a darle luz verde a este proyecto inmobiliario, del cual Jaime Cuevas se hace el occiso y peca de omiso, precisamente por los intereses que tiene con los Lemus.
EL ÁRBOL TORCIDO
Por eso, aunque el perredista Cristian Valiente quisiera enderezar ese árbol torcido llamado Jaime Cuevas, no lo va a lograr, pues se va a topar una y otra vez con el pasado de corrupción del alcalde, con su presente que no es diferente y con un futuro de poder muy ambicioso que podría incluso hacer a un lado al propio Cristian en caso de que se conduzca con honestidad y represente un peligro para los intereses del doctor.
En este sentido, un regidor podría ser la contra parte para los planes ambiciosos y corruptos de Jaime Cuevas, y este es Pepe Castañeda (a quien le dicen el dedo chiquito del bisoño gobernador Toño Echevarría García), quien comenzó el gobierno municipal muy aguerrido y cuestionador, pero de pronto lo pararon. O negoció algo para quedarse callado, o lo detuvo su padre putativo a petición del propio Jaime y de Cristian Valiente.
Entonces, ni para dónde voltear, el pueblo está a merced de estos politiquillos de pacotilla.
Así las cosas, este lunes en punto de las 11:00 horas, la comunidad de San Pancho y grupos ambientalistas realizarán una marcha de protesta del parque a la playa, por lo que consideran una arbitrariedad de las autoridades al haber autorizado la MIA y las licencias de construcción de “Punta Paraíso” a cuyos dueños les autorizaron una concesión que invade mil 170 metros cuadrados de playa pública.
CLAUSURA SIMBÓLICA
Los manifestantes harán una clausura ciudadana simbólica de este proyecto, en donde, como repetimos, Jaime Cuevas sale muy, pero muy embarrado por omiso y conflictos de interés.
Y para demostrarles que no hay el mínimo interés por atender casos como el que nos ocupa y la inquietud de los pobladores de San Pancho, intentamos contactar por las vías adecuadas tanto al alcalde Jaime Cuevas como al secretario Cristian Valiente, y no respondieron ni en tiempo, ni en forma.