giweather joomla module
Martes, 20 Marzo 2018 02:31

El dúo siniestro “Mochilas-Munguía” pretenden reventar al MC con imposiciones en la planilla de Arturo

Valora este artículo
(0 votos)

Por Gerardo Sandoval Ortiz

El proceso de selección del Movimiento Ciudadano se redujo  a una refinada etapa de discriminación a los cuadros más talentosos cuyos negociadores privilegian propuestas que abiertamente han atentado contra los intereses comunitarios.

“Hasta Dante quiere meter mano”, nos dijo una fuente bien informada hace dos semanas. En efecto, en la mesa de negociaciones que se efectúa en Guadalajara, el dirigente nacional del  MC, Dante Delgado Ranauro, alguna vez  huésped distinguido del famoso penal Pacho Viejo de Veracruz, impulsa decididamente a Leticia Baca.

Es conocido de todos que Dante Delgado no es el único que se propone manosear la planilla que encabezará Arturo Dávalos Peña. Enrique Alfaro Ramírez, el candidato naranja a gobernador exige espacio para un profesionista que viene del llamado “Grupo Universidad”. Pero bajo la manga del brazo trae una segunda propuesta.

Sin embargo, lo de Dante Delgado y de Enrique Alfaro es cosa de niños si se trata de comparar con las vergonzosas pretensiones de Ramón Guerrero Martínez y su asociado, Luis Ernesto Munguía González. Pareciera que estos dos señores lo que desean es reventar al MC, a Alfaro y a Dávalos.

Ya apuntamos la semana anterior que con cierto sigilo Antonio Pinto Rodríguez acudió a una oficina de la Secretaría General del Ayuntamiento, para solicitar carta de residencia. El viernes, hicieron el mismo trámite Iris Ulloa Godínez y Oscar Ernesto Pérez Flores. También solicitó su carta de residencia, un tipo de nombre Carlos Félix de quien nos dan referencias que ensombrecen al propio “mochilas”.

Ellos cuatro, pero también Ariadna Luquín, alias “la nena”, propietaria de una cadena de abarrotes y concesionaria de varios camiones urbanos, son las cinco propuestas de Ramón Guerrero. Por si alguna de esas propuestas es vetada, también se considera como reserva número uno, a Adolfo “el grinch” López Solorio, más o menos igual que “la nena” Luquín.

Si, leyó usted bien, son cinco candidatos a regidor que exige para cual feudo suyo, “el mochilas”. Si hace una semana no  muere don Carmelo, capaz y se atreve a proponerlo y en un descuido, mete a Carmelo Jr. Pura sinvergüenzada.

No es todo. Su socio político”, Luis Munguía trae otros dos nombres. Por doble carril, el dúo infernal reclaman como por mandato, abrirle campo a “la nena” Luquín. Es decir, sino puede “el mochilas”, Munguía cierra la cuña con la misma propuesta. Un dato, por si “el mochilas” la cuaja, Munguía trae un segundo nombre, una dama que entiendo le apodan “Cuquita” Pulido Cruz.

A los diputados naranjas les vale Puerto Vallarta. Conocidas sus propuestas, se imponente la unánime lectura de que lo primero son sus intereses y sus negocios.

Toño Pinto era un auténtico desconocido cuando se instaló en Puerto Vallarta con la consigna y orden precisa del dueño de la lechera Sello Rojo, Abraham González Uyeda. Vino a impulsar a Ramón Guerrero a principios del 2012. Vino con una cuadrilla de obreros y los instaló en barracas en los patios de carga y descarga de la lechera, ahí frente al aeropuerto. Ganada la elección, Pinto dispuso regresar a Guadalajara y afinar a hurtadillas quienes serían los funcionarios municipales.

Naturalmente, Pinto Rodríguez fue designado secretario general del Ayuntamiento, la posición más importante después de los cargos de elección popular. Desde ahí privilegió proyectos urbanos, fraccionamientos, desarrollos turísticos, casinos, y a todos se les dio luz verde. Las sospechas siempre apuntaron que los principales “beneficiario” fueron, Ramón Guerrero y González Uyeda. Para entender lo anterior, se debe de tomar en cuenta que Abraham González Uyeda, como el segundo en la Secretaría de Gobernación, en la era de Francisco Ramírez Acuña en la SEGOB se involucró en el escándalo nacional de la expedición de permisos para casinos. Por lo menos un negocio de ese giro se instaló en Puerto Vallarta y las señales presumen que Pinto fue enviado a Puerto Vallarta a dar protección. Con la impunidad característica de un negocio protegido y solapado desde el gobierno, nada de raro fue que empleados de quinta pasaran por encima de Susana Carreño, cuando en calidad de regidora se atrevió a ir a tratar de poner orden a los abusos de los casineros.

En algún momento Ramón Guerrero  y González Uyeda tronaron a media administración. El empresario lechero se quejó de que su ahijado político, le salió muy tragón y se quedaba con la mayor parte de las “ganancias”. Pinto se regresó a Guadalajara y se apuntó, por el PAN, a la alcaldía. Terminó por aceptar una candidatura a la diputación local. Perdió la elección. A finales del año pasado regresó a Puerto Vallarta. Ya no enviado por el lechero, sino por decisión propia, invitado por “el mochilas” y con la enésima promesa de hacerlo regidor. Ignoramos si conservó en estos años su residencia en Puerto Vallarta pero iguales credenciales presentó en Zapopan hace menos de tres años. Ya dirán las autoridades electorales si se vale tener doble residencia.

Oscar Pérez, así chaparrito y menudito encierra intrigas y reencarna a cualquier figura maquiavelezca pero de sorprendente poder kafkiano, de un linaje del peor político mexicano, el ejemplo más infame de actualidad. A quien se le ocurra asociarlo a los Duarte, los Borge, los vecinos Veytia o Roberto Sandoval, se vale.

Aquel administrador del Banco de Alimentos, súbdito domesticado a las órdenes de Eva Contreras Sandoval se transformó en personaje irreconocible al adquirir poder político. Por su piel se le resbalaban los diarios regaños, a veces mentadas, que su nuevo jefe, Ramón Guerrero le propinaba.

Familiar de la dueña del restaurante “Gaby”, a dos cuadras del palacio municipal, convirtió a dicho negocio en el proveedor número uno de eventos en oficinas de juntas, de cualquier mesa de trabajo, sesiones de plenos del Ayuntamiento y todo tipo de encerrones en el despacho de Ramón Guerrero. “Gaby” surtía también los platillos probados por el exigente paladar de los periodistas que cubrían estos eventos y actividades públicas diversas. Todo ayudaba a sumar exorbitantes cuentas pagadas al principio con puntualidad de reloj suizo. Personal de la oficina de presidencia, subordinados directos de Oscar Pérez sostienen que esas cuentas solían inflarse para elevar el moche, tajada o comisión. En un cierre de ejercicio, no se cubrió a tiempo el pago, y Oscar Pérez tronó con su familiar y se cortó el servicio.

En el anecdotario de las reuniones de gabinete mochilista abundan historietas como aquella exhibida de Ramón Guerrero a su secretario. Frente a funcionarios, “el mochilas” le reclamó haber metido mano al cajón y al dinero de “moches” de ciertos empresarios para sufragar el costo de la celebración de los XV años de su hija. Ramón Guerrero no le perdonaba nada y hasta él se cansó de los abusos de su secretario. A escondidas de su jefe de las ingeniaba para meter gastos personales y de su casa en Nuevo Vallarta.

Alguna vez lo pillaron con sus cuentas mochas. Era depositario responsable de la caja --el dinero de para gastos de cuenta corriente de la oficina del alcalde-- y no hubo mes que reportara algunas compras y convertirlas en donativos de papel al Banco de Alimentos. Al dejar de ser presidente del Banco de Alimentos, rindió un informe --pero en las cuentas a la Asociación Civil no se reflejó los supuestos donativos—de apoyos por parte del gobierno municipal. “Oscar Pérez nos dejó números rojos”, se quejaron consejeros de dicho banco. Nadie supo a donde fue dar ese dinero, cuyo monto tampoco se precisó.

Con el consentimiento o no de Ramón Guerrero el accidentado secretario metió mano al cajón a los jugosos negocios que dejan los negocios del giro negro. A él se le atribuye la apurada apertura del antro La Santa, el bule preferido del diputado federal Luis Munguía, quien en esos tiempos era un disciplinado regidor a la orden del “mochilas”.

Hubo varios negocios, sobre todo de diversión nocturna que disfrutaron de privilegios y protección. Bajo presión dieron “patrocino” de ciertos gastos y Pérez maniobraba para que dependencias como Planeación Urbana y Reglamentos se hicieran de la vista gorda. Con Oscar y “mochilas” todo se podía. Algunos hoteleros también merecieron protección por la vía  a través de él para evadir en materia de ecología.

“De donde sea sacaba provecho. Su ambición es desmedida y cínica” nos sintetizó su odisea un antiguo subordinado de Oscar Pérez. Este partidario en su momento de Ramón Guerrero y sufrió presiones y amenazas por negarse a ser parte de los abusos del chaparrito. Para deshacerse del empleado, Pérez le pidió apoyo a Luis Munguía hasta lograr el despido. El alcalde ordenó reinstalarlo y cuando supo Pérez, fue con el jefe inmediato y volvió a pedir el despido. Ese jefe, Jaime Castillo Copado, empezó a portarse raro y al siguiente día, lo mandó con Nacho Guzmán y éste, sin más, le dijo que estaba sin empleo. “Le sonreí y salí de la oficina en ese momento”, contó al autor.

 Revolcadero

 

La preferencia de Ramón Guerrero Martínez a personas sin arraigo, auténticos desconocidos en la ciudad, fuereños o chúntaros, como dicen en la Baja, es una bofetada para algunos vallartenses que se la rajaron y hasta perdieron su trabajo por declararse fieles al político de Ayutla. Preferir a Toño Pinto o a un tal Carlos Félix, que no cualquier vallartense sabe de dónde vienen, es un insulto para los Pitas Pelayo, el cachis”, “el canitas”, Toño Arreola, muchos otros, que no escatimaron un peso ni una hora de su tiempo para trabajar en el proyecto. Y que no se hagan, también les cabe el saco a un Dago Alarcón y a su compadre Ramón Chávez Lara. Con el debido respeto, se ven tontos, útiles tontos, utilizados por “el mochilas” y tirados al bote de la basura como el condón de un hotel de paso. Es una pena que vallartenses de respeto se dejen usar por un político foráneo. Entendemos que creyeron, pero es ahora cuando deben reclamar les cumpla y no permitir que los oportunistas les arrebaten la cosecha de su trabajo.*******el fin d esem,ana,el PRI registró a sus candidatos plurionominales al Senado y a la diputación federal.  No hubo sorpresas y en los primeros lugares van los de siempre políticos encumbrados, casi todos amigos del presidente de la república, Enrique Peña Nieto. A San Lázaro va el dirigente nacional de las CROC, Isaías, González, el ex gobernador de Durango y dirigente nacional de la CNC, Ismael Hernández Deras, la ex gobernadora de Yucatán y ex presidente nacional del PRI, Dulce María Saura, el ex titular de la Sedesol, Luis Miranda y el jalisciense, Arturo Zamora, dirigente nacional de la CNOP. Al Senado: Claudia Ruiz Massieu, Miguel Angel Osorio Chong, el hijo de Emilio Gamboa Patrón, Pablo Gamboa Miner, Beatriz Paredes, Eruviel Avila, Carolina Viggiano. La última es diputada federal y para mayores señas, esposa de Rubén Moreira. Agregue a ellos, Carlos Aceves del Olmo, dirigente nacional de la CTM. Esta es la crema de las cremas del PRI.****** Por cierto, a propósito de la CTM, el dirigente estatal y regional cetemista, Rafael Yerena Zambrano acomodó a su secretario personal, Juan Huerta Péres en la lista de candidatos a diputado local por la vía plurinominal. A menos que la votación favorable se caiga a niveles ínfimos, Juanito perdería la diputación. De Juanito, -no confundir con aquel Juanito de Iztapalapa- podemos presumir ser buen amigo personal cuando despachó en la oficina de Vivienda Municipal, con sede en Ixtapa, de donde saltó a la secretaría de presidencia municipal, jalado precisamente por Rafael Yerena cuando le cubrió el interinato al ya fallecido, Rodolfo González Macías. Cuando Yerena se convirtió en rey de los obreros en la CTM Jalisco, se lo llevó y en poco más de dos décadas, ya Juanito es el mero mero de esa central obrera en todo Jalisco. Claro, después del jefe. En los primeros cinco lugares, arriba de Juanito, va puro patrón: Mariana Fernández, Carlos Pizano, Sofía García, el 1, 2 y 3, respectivamente secretaria, presidente del CDE del partido y dirigente del Sector Femenino, el ONMPRI. La cuarta posición le dieron al gobernador Aristóteles Sandoval quien metió a su secretario privado, Manuel Alfaro. El quinto espacio de la lista es de Arturo Zamora y la encarna, Verónica Martínez. De ahí para arriba poco cuentan pues raro sería que después de la sexta posición accedan al Congreso.******Nos llamó la atención Tanto alboroto por el llamado de la dirigencia nacional del MC a la regidora Magally Fregoso Ortiz. Le dieron trato como de ser ya senadora o de tener amarrado esa Senaduría. Sin embargo, el partido la registró en una posición más abajo del lugar 6 de la lista nacional naranja. De acuerdo a las estimaciones, el MC computará tantos votos en la elección nacional como para alcanzar por esa vía dos, tres, quizá cuatro senadores. Sin embargo, estamos de acuerdo, ocupar la sexta posición es una distinción y reconocimiento del partido a su trabajo. Colarse a la Cámara Alta, la apuesta más cuichita es al “no”.****** Ya entrada la tarde de este martes, Ramsés Moedano hizo pública su renuncia al Partido Acción Nacional. No nos sorprendió su renuncia pues hace  unas dos o tres semanas, nos anticipaba sus intenciones, con una invitación al café “y darte una noticia”. Nos dijo que llegó al PAN de la mano de Nacho Guzmán pero que tenía cinco años de militante, pero agradeció a la maestra Dulce Flores y a Humberto Muñoz como sus “invitadores”. Escribió “Gracias a su invitación fue que milite en Acción Nacional. Me voy tranquilo, nunca le fallé a los colores que me tocó representar, hasta hoy defendí los colores del PAN, durante estos años nunca me puse otra playera”.

 

 

Visto 2584 veces
Inicia sesión para enviar comentarios

Vínculos importantes

Publicidad

Para anuncios en la versión impresa y en línea comunicarse a la Redacción al teléfono 322 294 8412