No asusta notar que la pasión desborde a un fanático de tal o cual candidato de partido. Se trata de un tipo de seguidores que sienten se les va la vida en una elección. Sucede que, en el triunfo o la derrota de un candidato, quienes asumen conductas violentas sí apuestan su futuro, un futuro de por lo menos los siguientes tres años de vida laboral.
Las redes sociales, “el feis”, han permitido ver al desnudo a individuos de todos colores y de todos los partidos. El mundo virtual es la herramienta perfecta para aquellos activistas que se juegan el resto en una en una elección. Recurren al insulto, la agresión artera, las amenazas sin respeto alguno. No respetan a una dama ni al amigo. Se esconden detrás de una computadora, inventan un seudónimo y a tirar estiércol.
De las teclas empiezan a mudar a las calles. Un grupo numeroso o reducido ayuda a proteger la identidad y moverse a hurtadillas. Desde esa posición es fácil gritar la arenga y azuzar a la masa en contra del objetivo. Son perfiles cobardes. No darán la cara porque esa agresión no tiene rostro.
La crítica periodística disgusta a todos. El aplauso gusta a los mismos. El lector fanatizado no se anda con medias tintas pues solo quiere aplausos para él y su candidato. Lo contrario lo hará desenmascarar y exhibirá su verdadero rostro, el de un tipo enfermo, intolerante, agresivo, violento. Sin careta ese fantasma, es inofensivo.
En la última semana el autor escribió una columna en donde se exponía básicamente que la candidata de Morena a la diputación federal, Lorena Jiménez Andrade ganaba simpatías en el electorado, que Ramón Guerrero se estancaba y Cesar Abarca retrocedía. Alcanzamos a leer que alguien consideró que Ramón Guerrero pagó el escrito para “pegar” a Abarca. En un intento de hacer más “justa” la crítica, en la última entrega actualizamos la información del escándalo por la venta del rastro y otros bienes muebles del municipio.
Nosotros entregamos el escrito y se remite a la memoria. La atención entonces apunta al siguiente tema. No perdemos el tiempo ni siquiera en leer la publicación y por ende, tampoco en las reacciones ni opiniones. La garantía irrenunciable es permitir cualquier opinión en el tono deseado. De antemano sabemos que habrá dos tipos de reacciones; unos aplauden y otros reniegan. Son los últimos, regularmente escondidos en el seudónimo, quienes sacaran su rabia.
La mañana de este miércoles 30, nos informaron de una opinión, ganada seguramente a pulso y en la creencia del singular sujeto, por el último Contexto escrito. Es un tal Chepe García. Nadie le conoce el rostro y todo indica que es un seudónimo. De su servidor afirmó que recibe un pago de 40 mil pesos quincenales y luego, en una segunda opinión, que el pago era de 30 mil. Le puso nombre al supuesto pagador: Diego Franco y Guillermo Salcedo.
Asombra la fácil acusación. No hay nada que lo sustente. Por eso no hay daño al autor. En el mundo real no creemos viva nadie capaz de desembolsar ese dinero y con la mano en la cintura darlo a un periodista. Al menos en nuestro mundo, nuestra formación, no es esa. Hasta nos hizo recordar cierto amigo, que nos pidió alguna recomendación y con papel y lápiz fue a la oficina de un funcionario municipal. Había dicho que fácil ganaría varios miles de pesos ese día. En menos de un mes cambió de parecer y de trabajo. Se halló frente a ese mundo real, el mito de recibir el pago de un político, con la promesa de publicar un aplauso o la amenaza de publicar una crítica.
Un columnista que publica regularmente en medios nacionales solía definir como “la legión de idiotas” a quienes con cuentas a nombres reales o ficticios pululan en las redes sociales con la clara misión de anular la crítica a su deidad política, al candidato de su estima, y su treta más recurrida es anular al mensajero.
Eugenio Ortiz Carreño, para nosotros un respetable periodista y mejor amigo, publicó hoy: “Y a sus seguidores los tomaré en serio el día que dejen de insultar, que dejen su lenguaje soez y que dejen de ser prepotentes y violentos”. Advierte la existencia de esas hordas vinotintos que a nombre de Andrés Manuel López Obrador y su partido, Morena, deambulan en el mundo virtual y ya se mudan a las calles aterrorizando, intimidando, a quien sepan no comulga con su candidato.
Hay efectos bumerang. Tanta ofensa provoca pérdida de simpatías. Un ciudadano se asusta frente a la violencia y pone distancia.
En Puerto Vallarta ejercen la violencia seguidores de Morena. Pero también observamos a diversos sujetos adoradores de Ramón Guerrero Martínez. Probablemente no se les va la vida a quienes identificamos como fans de “el mochilas”. Sin embargo, tratan sin duda de recuperar una chamba o mantener la plaza que a principios de este año recuperaron. Recordemos que hace un año, ocurrió “la quema de mochilistas” y decenas de trabajadores del gobierno municipal fueron despedidos.
Hay ejemplo curiosos como el de Francisco “el chuletas” Hernández Ramos que hace su luchita con la promesa de agarrar chamba. “El chuletas” es uno de varios que abandonaron las filas del tricolor con la promesa de una chamba vía “el mochilas”. Y trató de meterse a la nómina municipal pero Arturo Dávalos. Le pidió el favor a Gustavo Fong y tampoco. Empleados de la UNIRSE platican que al principio de la administración de Aristóteles Sandoval le hizo antesala a Andrés González Palomera en la oficina local del gobernador pidiendo chamba. Entendió que no se acomodaría y saltó al MC. Pero en el equipo de Ramón Guerrero tampoco lo quieren. Dicen que no le gusta trabajar, que no va a promover el voto, que es un flojonazo de primera.
La pasión en una campaña solo se entenderá si se añade el segundo ingrediente, el de incluir al adoctrinamiento la apuesta de jugársela por una chamba. Nadie como Ramón Guerrero en este campo. Cuando la reyerta interna entre las partes de Arturo Dávalos y Ramón Guerrero por la candidatura, la carnita más efectiva del “mochilas” para ganar adeptos fue ofrecer regidurías, direcciones, decenas de chambas de quinta. Muchos creyeron el cuento y se comieron el bocadillo.
Hoy, la historia se repite. “El mochilas” les ha jurado a sus seguidores que trae todo el control con Enrique Alfaro y que él es “depositario” de repartir todos los puestos, todas las chambas en dependencias del gobierno del estadio. Los mochilistas hicieron suyo la versión de que Ramón Guerrero va a designar al próximo director del Seapal. Será el también quien designe a todos los funcionarios, delegados, subdelegados, los jefes de todas las oficinas de la UNIRSE.
Si lo nuestro fuera granjear una chamba quizá de aquel lado estaríamos. Eso no es lo nuestro. Nuestra educación, preparación y formación no apuntó a ese rumbo. Jamás buscamos ese tipo de chamba. Si podemos presumir que recibimos y rechazamos por lo menos media docena de invitaciones a trabajar en el gobierno. Rechazamos una, dos, tres veces ser un director en el gobierno municipal, administrar destartalados camiones de Sistecozome, el mordelón mayor del municipio, el número dos de la cuicada, delegado de mordelones en el norte de Nayarit. Ha habido aviadurías al por mayor. Nada hemos aceptado porque lo nuestro no es eso. Acá tenemos vergüenza ver conductas deleznables. Esos son las responsables de la infame imagen del político, del servidor público.
REVOLCADERO
Al principio de esta semana a se divulgaron imágenes de la visita del candidato a gobernador del Movimiento Ciudadano a Talpa de Allende, Enrique Alfaro. Fue en esos días que Alfaro también registró visita a San Sebastián del Oeste. Nos llamó la atención el rostro de una dama a la que ya habíamos localizado allá por Tomatlán y El Tuito, también en eventos de campaña. Se trata de María del Refugio Pulido Cruz. Es Cuquita para sus amigos. Aparece registrada en la casilla número 6 de los candidatos a regidores del MC. Nos preguntamos, sin hallar respuesta, qué diablos hacen en aquellos lugares Cuquita Pulido. Nosotros suponíamos que se dedicaría a hacer campaña para ganarse el voto de sus vecinos y presumir orgullosa ganar con el apoyo popular la regiduría. Si gana el voto, le quitaríamos a Cuquita la etiqueta de ser vivo ejemplo de otra “juanita” de la política. Pero pues sí, la dama se creyó que es “juanita” y como tal, si es regidora lo será por ser eso, una “juanita”, naranja pero “juanita”. Cuquita es regidora gracias a la exigencia de Ramón Guerrero, como lo es Alicia Briones Mercado y también María Inés Díaz Romero. Dávalos se opuso pero acabó por aceptar a las respectivamente esposas de Dagoberto Alarcón, y “damas de los Oscar”, Domínguez y Pérez.******* A quienes debemos reconocer es a los amigos del Partido Acción Nacional los que atraviesan por una crisis fuerte pero no se desanima y ahí están, recorriendo las calles, las colonias y poblados para recuperar la confianza que alguna vez les dio la ciudadanía. Por ahí tuvieron sus desavenencias por la integración de su planilla. Se acomodaron y ahora todos jalan juntos la carreta. Los panistas son un ejemplo de respeto y tolerancia. Ejercen una asombrosa madurez política y demuestran que en efecto, en el PAN se quedaron los buenos, el panista de la doctrina de más temple, quienes no tienen miedo a las crisis ni los envilece el poder.****** Como que el contador Santiago Flores ya se puso a trabajar y empezó a circular por las colonias y barrios de Ixtapa la propaganda de Manuel Galindo Nolasco. Éste es el candidato a la diputación local del Partido Verde Ecologista Mexicano, el PVEM. A las viviendas de la Idipe, solo tres candidatos han llevado propaganda, Saúl López Orozco del PAN, Arturo Dávalos del MC y ahora Manuel Galindo. “Tu bienestar es nuestro deber”, postula Manolo. Propone permiso laboral obligatorio para que padres asistan a reuniones escolares; incentivos a las empresas por contratar a jóvenes, un banco de alientos contrae hambre e instalaciones para transformar la basura en electricidad.