Casi nadie entendió del por qué la descortesía de Juan José Cuevas hacia la investidura del primer alcalde. Hubo confusión entre asesores y funcionarios municipales pues todos ellos acudieron al edificio de la UNIRSE en atención a instrucciones de ir al informe del panista. Estaba fresco el discurso instruido: “el peri Cuevas tiene un compromiso con nuestro partido”.
El mismo fin de semana se dejó correr un rumor que causó mayor confusión y mas asombro: El “peri Cuevas” se va al Movimiento Ciudadano”. Ya luego todo se convirtió en un ir y venir de chismes y versiones de todo tipo.
Lo único cierto en todo aquello, al menos lo aceptado por los involucrados, es el acuerdo entre diputados del MC con cuatro diputados panistas y un ex panista. Cuando se hizo público y se presentó como un acuerdo político, más allá de asuntos legislativos, los panistas recurrieron a la prensa para explicar que el llamado G10 solo tiene alcances legislativos y cada uno mantiene su filiación partidista. Juan José Cuevas hizo lo propio y convocó a periodistas para decirles que él sigue siendo panista. “Solo se trabajará en temas de la agenda legislativa. Sigo siendo panista” recalcó.
En el escenario local el tema causó furor en la clase panista. Los dos grupos enfrentados en el reciente proceso interno del cambio de directiva, chocaron otra vez y fue oportunidad para cobrar agravios personales. Los viejos panistas, el ala doctrinaria, reclamaron a Cuevas García haber pactado en lo oscurito con los del MC. Le recriminaron ser otro panista reclutado por Enrique Alfaro y Ramón Guerrero.
Existe otra verdad deliberadamente oculta. En Guadalajara ha habido varios encuentros y en ellos tiene participación Cuevas García. No sabemos si ha caído a los encantos de Enrique Alfaro Ramírez, pero el ex candidato a gobernador del MC ha promovido negociaciones para consolidar su proyecto político. Para el de Tlajomulco y para el MC es importante Puerto Vallarta como también es del interés de Juan José Cuevas. De todo ello ha sido informado puntualmente Ramón Guerrero y éste a su vez baja la información a sus colaboradores. De ahí que la bufalada mochilista el viernes del informe del “peri” no fue mera casualidad. El único que se cuidó en no dejarse ver fue Arturo Dávalos Peña, a quien los mochilistas le han dicho ser el bueno del MC” para la alcaldía. “El cepillo” supo a tiempo las razones de la presencia de sus amigos al informe de su ex compañero de partido y se ocupó en asuntos de trabajo.
Pero el anfitrión también dio la misma lectura que Arturo Dávalos. Se desentendió de la arropada dada por su antagonista Ramón Guerrero y dejó de lado el agradecimiento político para dejarse ver frío ante la presencia del alcalde.
Lo que tampoco sabemos son las tertulias íntimas que el grupo de asesores de Cuevas sostiene y de donde obtienen el compendio de estrategias políticas. Pero los muchachos no son descuidados y nada hace el diputado sino es bajo la cuidadosa asesoría de sus asesores.
A estas alturas mide mal quien asuma los acontecimientos de la última semana como síntomas de debilitamiento y sometimiento de Cuevas García ante Enrique Alfaro, el MC y Ramón Guerrero. Pueden estar mal sus cálculos si se creen el cuento de tenerlo en la bolsa. Aquí también les pueden aplicar la máxima de la familia, la del “a poco te la creíste”.
Juan José Cuevas y sus seguidores están segurísimos de que ahora les toca la alcaldía. No se observan indicios de estar camino a renunciar a la candidatura por el PAN, algo que lo palpa en el bolsillo. Mas bien, tiene mayor sentido la teoría de que Cuevas y sus asesores hicieron el juego de la alianza legislativa por mediciones de que la jugada les redituará políticamente más a ellos que al MC.
Es una utopía pensar que Cuevas renunciará a sus aspiraciones de gobernar el municipio. Arturo Dávalos lo conoce muy bien, fueron uña y carne, y por eso se abstuvo de ir al informe de quien camina a ser su eventual adversario en la elección por la alcaldía. Dávalos Peña no se hizo ilusiones cuando le dijeron que debía ir por haber un pacto con “el peri”.
Juan José Cuevas es uno de esos panistas que en años recientes se animaron a sacar la cara en el PAN. Dávalos, Memo Salcedo, Audomaro García, Eliseo Torres lo animaron cuando lo convencieron de que podía hacer carrera política. Todos ellos se convirtieron en mochilistas y renunciaron al PAN. En la autonombrada alianza legislativa del G10, participan otros panistas de perfil similar. Guillermo Martínez Mora es un empresario de Zapopan, simpatizante del PAN a escondidas que cuando le prometieron hacerlo alcalde, diputado, cuando le ofrecieron la secretaria de Educación aceptó quitarse la máscara y vestirse de azul. El diputado Víctor Sánchez no es distinto, o por lo menos no es del linaje profundo. Ricardo Rodríguez ya había renunciado al PAN y se declaró diputado independiente.
Sí, es una alianza legislativa, al margen de los partidos, pero miente quien diga que solo es para trabajos en el Congreso. En la política nada es casual. Si todo sucediera por casualidad “el peri Cuevas” jamás se aliaría con el grupo de diputados que lo orillaron a renunciar a los 93 mil esos mensuales del apoyo a las casas de enlace. Cuando tronó este escándalo, que también es muy reciente, el menor de la dinastía Cuevas casi sufre un infarto por el coraje que le hicieron pasar los diputados del MC que pidieron acabar con la partida 412. Pero puede más su ambición política. Se presenta ahora aliado al MC, impulsado por el sueño de ser candidato del PAN a la alcaldía y apoyado por los mochilistas. Es un sueño sin sentido.
Lo interesante es que los aliados del “peri” también han hecho cálculos parecidos. Se sienten seguros de los buenos oficios de Enrique Alfaro y que “el peri Cuevas” estará con ellos en las próximas elecciones y todos juntos volver a derrotar al PRI. Sin embargo, por ningún lado se ven condiciones favorables a ese proyecto. Más aun, parece que la criatura mestiza nació muerta, sino es que la alianza aborte mucho antes de la temporada electoral.
Revolcadero
Puede no ser verdad pero lo cierto es que ya se habla del tema, como rumor o como chisme político. En su temporada de caza de nuevos talentos para el Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro Ramírez no solo ha platicado con panistas. Tiene en la mira a un ex alcalde de Puerto Vallarta y éste se llama Francisco Javier Bravo Carbajal. La información ya ha sido deslizada con ánimo de causar reacciones entre los dueños del PRI. A Bravo no le incomoda que se hable del tema por esas mismas razones. Estima que si sus no tan amigos priistas pueden extenderle la mano y cobijarlo. Es decir, que si se enteran los priistas pueden buscarlo y él aprovechar las condiciones y venderse a buen precio.****** Ahora que tanto se habló de los 93 mil pesos mensuales de apoyo para las casas de enlace de los 40 diputados locales, nos llamó la atención la tibieza con la que nuestros diputados locales, Juan José Cuevas García y Gustavo González Villaseñor abordaron el tema. Cuando el pleno se pronunció en noviembre pasado, los dos defendieron la dieta de la partida 412. Una diputada del MC propuso retirar el dinero pero priistas y panistas salieron a la tribuna a defender la permanencia de ese dinero. Ya ahora en enero, “el peri” y Gustavo, aceptaron a medias renunciar a ese emolumento. Los dos con aspiraciones políticas inmediatas, dijeron que sostendrían sus casas de enlace. A los dos los movieron las mismas razones. Si no tienen aspiraciones políticas, júrelo usted que los dos cerrarían de inmediato sus casas que cierto es también, son oficinas de campaña nada simuladas.***** Los diputados federales panistas tienen su encerrón, otros le llaman cónclave en donde discuten la agenda a desarrollar para este próximo periodo legislativo. Trabajan a puerta cerrada y de vez en ves salen y hablan a los reporteros. De lo que trasciende es que jaloneos y desgreñes están a la orden del día. Los grupos que responden a Felipe Calderón están encima del grupo de Gustavo Madero, una escaramuza que atrae la atención nacional.
