Son palabras dichas por el presidente municipal interino, Rodolfo Domínguez Monroy pero las dedicó al alcalde reelecto, Arturo Dávalos Peña. Fue éste quien inició un gobierno municipal en situación lamentable financiera y lo dejó bien encaminado.
El orden y la responsabilidad referida por Domínguez es probablemente el reto mayoral que han enfrentado el equipo de gobierno el último año opero también en el transcurso de la gestión trianual.
Si de un gobierno responsable, citó la liquidación de deudas heredadas y cubiertas a entidades como la Secretaría de Hacienda, el Fonacot, Pensiones del Estado. Además, atacaron problemas iguales hasta resolver problemas como el de la basura y la falta de patrullas para policía y agentes de tránsito, y vehículos en otras dependencias.
Fue Dávalos, y Rodolfo Domínguez lo secundó, quien impuso como política y compromiso cumplir con una línea de austeridad y responsabilidad frente a la deuda municipal. Hubo por ahí algún préstamo conseguido pero acaban la administración con una significativa reducción a la deuda. Fueron 300 millones de pesos los destinados a pago de deuda y de laudos laborales. Más del 80 por ciento de los litigios laborales han sido liquidados. Por lo menos en el discurso del informe, se acentuó que la deuda se redujo, que los naranjas, no la aumentaron. Se sometieron a estricta austeridad para hacer frente a compromisos de pago a trabajadores, a proveedores, mas y diversos compromisos heredados, mucha inversión en servicios y obra pública. Han sido tres años sin incrementar la deuda.
El servicio de la recolección de basura ha sido parte de las preocupaciones. No está resuelto del todo pero se ha hecho un importante esfuerzo con la adquisición de 25 nuevos camiones. Se liquidó a la concesionaria y hubo un desembolsó millonario. Al final, hay un nuevo sistema para mejorar el servicio, reducir las quejas y cumplir a los vallartenses.
¿Qué más se puede rescatar del informe? El listado de 300 obras distribuidas en las cuatro delegaciones municipales, en las rancherías, en las colonias de la ciudad. Quizá o se trata de obras relumbrantes, grande sobras, obras millonarias. Pero dirigidas a saciar las necesidades de cualquier rincón urbano. Abundan obras de 100, 200 o 300 metros lineales de arreglo de calles, pavimento, cemento o piedra, que facilita el acceso a casas de colonias olvidadas. As los habitantes de Boca de Tomatlán se les construyó un pequeño malecón y la calle de ingreso. Ya se les prometió ampliar su maleconcito. Se construyeron algunos espacios deportivos, se remodelaron áreas públicas, parques y jardines. Las familias que habitan en 22 colonias irregulares ya tienen certeza jurídica.
Hace tres años, con Ramón Guerrero Martínez de protagonista, hubo mucho de qué hablar. No es que en con Dávalos desaparecieron pero es indudable que los escándalos de gran impacto, por lo menos mediático se redujeron casi a cero. Si del 2012 al 2015 hubo un regidor desaparecido, hoy los regidores se “asociaron” al alcalde. Cierto, las imposible controlar y mantenerlas en cero, estadísticas como la de homicidios o feminicidios. Hubo dos o tres casos. Hubo sucesos artificiales, creados por mentes perversas para crear psicosis, tal vez para atentar contra la imagen del gobierno. Eso de las desapariciones forzadas, los robaniños, damitas “levantadas” son más inventos que realidades.
Ahora, nos hemos permitido dejar al final programas que son sinónimos de revueltas con el fin de arrebatar la paternidad de los mismos. El programa Casa Digna “pegó” desde la primera vez que los gobiernos naranjas lo aplicaron. Cada vez que se realiza la entrega de materiales, bultos de cemento, ladrillos o tabiques, varillas, diversos materiales, se improvisa una verdadera verbena popular. Es una hilera de camiones y personas listos para cargar y llevar a casa su dotación de material.
Nos llamó la atención un número del informe. Que han sido 30 mil familias beneficiadas con material para mejorar su vivienda. Es poco más de la mitad del total de votos obtenidos por Dávalos en la elección pasada. No todos los beneficiados por Casa Digna son un voto convencido para el color naranja pero de algo debe ayudar. Medida la efectividad política electoral, funcionarios y afiliados al partido político en el poder intentaron, sin lograrlo, atraer el crédito. El programa es del gobierno federal, sostenían los amigos del PRI. De forma entera o a medias, es una verdad. Pero la ayuda de Casa Digna lo aplica el municipio. Son funcionarios municipales los que entrega el material. El propio Rodolfo Domínguez sudó la gota gorda cargando bultos y pasando en cadena ladrillos. Luego vimos a Armado Ibarría. Eran funcionarias del más alto novel pero ahí estaban, sudando el uniforme y ensuciándose las manos.
En una ciudad como Puerto Vallarta, donde la prioridad única es construir más obra, dar inmaculado mantenimiento a las ya existentes y proveer de la infraestructura hidráulica y vial a los demandantes “socios” del sector turístico, no habrá presupuesto que alcance.
Se trata de entender que la autoridad en turno trabaja con las herramientas, con el presupuesto de gasto a su alcance. Después de eso ya muy poco, si no es que nada, se puede hacer. Presumen los amigos patasaladas que Puerto Vallarta se hizo, que el destino alcanzó fama y nivel mundial gracias a ellos y jamás a los gobiernos estatal o federal. Es cierto y no tenemos dudas. Por acá vienen, se dan la vuelta de vez algunos despistados funcionarios que prometen mandar tal o cual apoyo pero jamás cumplen. Entonces, cuando un gobierno malgasta, despilfarra o desvía dinero, la obra pública desaparece. Hace 30 años, cuando Efrén Calderón Arias fue alcalde (1989-1991) los vallartenses no le personaron distraer casi el total del presupuesto a construir la carretera a Las Palmas. La obra en la ciudad se redujo a casi cero pesos. En 1902 por poco el PRI pierde la elección. En aquel tiempo se agudizó el deterioro urbano y se empezó hablar del envejecimiento de la ciudad.
Dos obras colocaron a Puerto Vallarta e los ojos del mundo. La carretera a Tepic y el aeropuerto internacional. Otras obras importantes, lo han sido el libramiento carretera y la ampliación de la conocida como “avenida de Ingreso”, la rebautizada luego como Francisco Medina Ascencio. Ya viene por Las Varas la supervía que nos acercará al mercado de Guadalajara. Recién vino Enrique Alfaro a decirnos que como gobernador nos mandará dinero para el no menos ambicioso macrolibramiento. Quién sabe si ésta última obra beneficie al destino. Pueden salir quienes se quejen de ser afectados al desviar por la montaña a sus clientes.
El gobierno municipal se dedica a ofrecer aspirinas y dar mantenimiento a la ciudad. Por más medidas de austeridad, no habrá ajuste de cinturones capaz de permitir un ahorro para obras monumentales que nos saquen del rezago en materia de obra urbana.
Una retahíla de obras, que no por implicar una inversión de algunas docenes o miles de pesos, quizá dos o cuatro millones, es natural saberlas en el detallado informe del gobierno municipal. Esas son las 300 obras citadas por Rodolfo Domínguez.
Los bultos de cemento, ladrillos, los cientos o miles de pares de zapatos, uniformes, mochilas, cuadernos y lápices son los aderezos de un gobierno al que de menos le debemos exigir honestidad y transparencia en el gasto. Si a eso se ajustó Dávalos y Domínguez, su pueblo les reconocerá y premiará. Lo demás, la grilla y los cuestionamientos vienen de la mano con su debido matiz político.
Revolcadero
El arranque de los trabajos en el Senado de la república inició con el pie izquierdo. Cual deporte nacional, los mexicanos arreciaron la tunda sobre la dominante bancada de morenos y priistas que de la mano y con singular alegría, primero votaron en contra y luego a favor, votaron la licencia al gobernador de Tabasco, el ecologista Manuel Velasco. Nadie sabe pero todos afirman saber que bastó una llamada de don Amlo para ordenarle a los senadores de Morena dar su reculada y autorizar la licencia pedido por el güerito de Chiapas. Políticos al fin de cuentas, sin la menor vergüenza, los legisladores moreno regresaron a su curul en unas cuantas horas votaron ahora sí a favor de la licencia. No es vergonzoso por sí mismo, ni por responder a la presunta orden de don Amlo. Lo vergonzoso en todo casi es la exhibida que se evidenció cuando casi al mismo tiempo, dos diputados federales del PVEM se aparten de este partido y se van a las filas morenas. De esta forma, en menos que canta un gallo Morena ya sumó un total de 252 diputados y hacen ya mayoría en el Congreso. Dar una licencia a un senador le costó al PVEM perder cinco diputados. Parece mucho pero así debe ser lo que estará en juego en cinco meses en Chiapas.****** Estos aguaceros no falla a últimas fechas por Ixtapa y la de la tarde-noche del martes nos cerró la calle para asistir a la conferencia de la periodista Martha Ramírez Ruiz, programada como parte de los festejos del 79 aniversario del Partido Acción Nacional. “Pasado, presente y futuro del PAN Puerto Vallarta” se tituló la charla. Nos llamó la presencia de la ex primera dama y ex senadora de la república por Acción Nacional, Eva Contreras. Algo trae. Por algo también nos llamó la atención la presencia de Fernando González Corona en un evento público como fue un acto para develar placa e imagen de una escultura en La Aurora. Porque conocemos a González Corona, algo tare entre manos. El señor no da un paso sin “huarachi”. Está gastando. Le está invirtiendo en su proyecto CPC y raramente él arriesga su dinero y no manda sus inversiones a fondos perdidos. ****** A media tarde de esta miércoles trascendió le noticia del fallecimiento de José Antonio Fernández. Era el titular del noticiero nocturno del canal de Televisa Guadalajara. No fue propiamente un amigo personal pero lo conocimos en el ejercicio profesional. Él era de venir y divertirse siempre con la entre política. Imposible olvidar momentos de aquella reunión en el restaurante Balam de la calle Basilio Badillo. Pepe, como era su apodo, se esmeró en hacerle pasar un mal rato a Luis Alberto Alcaraz. Ellos son, o mejor dicho, fueron compadres. Nosotros somos de rancho. No por eso sentimos que la ausencia del periodista hará falta en un despacio con seguidores acá en Puerto Vallarta.