Son tres tubos los que se colocaron y que obstruyen claramente la vía pública, sin que hasta el momento ningún inspector de planeación urbana o de reglamentos haya exigido al arrendatario del establecimiento que retire estas barreras que violentan los reglamentos municipales.
Armando Ibarría estuvo a punto de ser suspendido al ser exhibido por utilizar camiones recolectores de basura para su uso particular, no obstante, le perdonaron semejante uso de recursos públicos, por lo que se envalentonó aún más y ahora hasta obstruye las banquetas.
Lo anterior, con la gravedad de que el restaurante “Las Potrancas” no cuenta con licencia municipal para operar el giro, y hasta tenía tomas clandestinas de agua potable y descarga sus aguas negras en una fosa séptica que debería ser clausurada, ya que en la avenida México, donde se encuentra el bar, sí hay línea de drenaje por parte del Seapal.
Las tomas clandestinas de agua potable ya no están, pues el Seapal obligó al dueño a conectarse a la red, previo pago de derechos, pero la fosa séptica sigue operando.
¿Hasta cuándo se va a permitir tanta impunidad?