El evento más hostil, y esto en estricto apego al término, ocurrió en Ixtapa. El todavía presidente del comisariado, Marco Antonio Fernández por poco y acaba liándose a golpes con uno de sus sobrinos. Fue poco ates de concluir el evento. A esa hora ya se habían retirado la mayor arte de los invitados especiales. Cuando se animó a echarse sus palomazos, todos supieron que “el cepillo” estaba alegre. En un momento determinado se cruzó entre las mesas con Marco Antonio Mora Ortiz, también del clan Ortiz. “El güero”, como le apodan al hijo de Toño Mora y Lucía Ortiz, siempre ha sido un opositor al grupo de sus tíos y familiares. En todas las anteriores elecciones, ha hecho equipo con su tío Lino Ortiz Muñoz, otro acérrimo crítico del grupo controlador del ejido.
De acuerdo a versión dada al autor por “el güero Mora”, Marco Antonio Ortiz Fernández le reclamó por chismes que se cuentan en el pueblo. “Le dije que somos de la familia, que yo no he dicho eso y que nosotros estamos haciendo campaña de otra forma, no hablando chismes”.
En el fondo, la escaramuza tiene tintes políticos. Es cierto que medio Ixtapa ha escuchado pláticas donde se acusa a Ortiz Fernández de haber hecho “negocios” con los bancos de tierra del ejido; nunca ha entregado cuentas a la asamblea ejidal. También hablan de un trueque o permuta de predios rústicos que los directivos ejidales han negociado con sus pares del ejido Valle de Banderas. No se sabe mucho de esto pero hay quienes acusan directamente al “cepillo” de haberse apropiado de una cantidad indeterminada de propiedades que se mantenían en posesión del ejido Valle pero que eran parte del inventario original del ejido Ixtapa. El ejido que por segunda vez preside en menos de una década Ortiz Fernández recibió los predios y a cambio entregó otra cantidad de bienes.
Pero bueno, decíamos que mas allá de si son ciertos los cuentos callejeros ixtapenses, en la comida del 78 aniversario del ejido, la tensión se desbordó precisamente por estar a semanas la asamblea de elección de la próxima directiva ejidal. La presencia de Andrés González Palomera alborotó el gallinero. Ortiz Fernández tiene varios trienios apuntándose por a CNC para ser regidor. Al Salón Ortiz acudió el dirigente del sector Campesino del PRI, Esteban García Aréchiga, también legítimo aspirante a ocupar la posición de la CNC en la planilla. Santiago Flores, miembro de la directiva actual tampoco ocupa la misma aspiración y como mérito asume como mérito propio la cartera de los jóvenes cenecistas que ocupa su hijo. Ellos son unos cuántos de decenas de cenecistas que intentan disputarle el derecho de Esteban García, al que por derecho de antigüedad, ya le toca ser regidor.
No es todo. La efervescencia en la fiesta la marcó el activismo desarrollado por ejidatarios de las dos planillas y por ahí se originó el malestar de Ortiz Fernández. Ceferino Ramírez, uno de los hijos de Ignacio Ramírez es el opositor al grupo del actual comisariado, desde donde se impulsa a Miguel Ángel Pimienta Torres. En el ambienta se palpó un visible rechazo a la candidatura del hermano de Oscar Pimienta y hasta los meseros comentaban el desagrado a atender al abogado Pimienta. Las opiniones indican que “el chéfero” ganará al grupo de Ortiz Fernández por las mismas razones que por poco acaba liado a golpes con su sobrino.
El mismo jueves 20 de noviembre, en el remoto salón Cesar, el feudo del ex alcalde Javier Bravo, el hermano de éste organizó su cena revolucionaria. La plana mayor priista se dio cita para rendirle honores al ahora su delegado administrativo del IMSS. Iván Bravo Carbajal, en su pose de dirigente de la CNOP fue el anfitrión pero su hermano mayor le ganó los reflectores. Fue una cena de los Bravos con alto matiz político. Iván, de apodo “el tigre”, como Esteban García para la CNC, reclama su cuota en la planilla y el pretende ser regidor. El hermano mayor, tiene el mismo gusanillo y no le desagrada volver a ser diputado.
Vino entonces la cena revolucionaria, este evento en el Real del Oro. De lo que sabemos es por versiones de meseros contratados para el servicio de mesas. Las opiniones son desfavorables. Hubo buen alcohol pero los precios molestaron a los comensales de varias mesas. Hubo quienes salieron a la calle a comprar a la tienda de la esquina sus cocacolas a mitad de precio. También metieron six de cervezas y las ocultaron bajo la mesa. Entre ellos platicaron no estar dispuestos a gastar su dinero para depositarlo a una cuenta donde lo gasta a su criterio Gustavo González Villaseñor, cambiaron las botellas buchanans, vendidas en 900 pesos, por cervezas de lata.
El encuentro revolucionario tricolor arrojó una lectura para lo meseros. El PRI de Gustavo González Villaseñor no se levanta de su derrota ante el MC de Ramón Guerrero y buena parte de los militantes no acaba por aceptar a Gustavo como su dirigente. Desconfían de él. También se dejaron escuchar opiniones de abierto rechazo a Javier Bravo Carbajal, invitado estelar a quien muchos de los que en su momento lo querían en la cárcel y lo acusaron de ladrón, esa noche le aplaudieron en público, pero en la intimidad de las mesas fue su villano favorito.
El PRI sigue vivo. Sin duda alguna. Pero los eventos de la semana anterior exhibieron las debilidades propias de los enconos propios de los aceleres en una época que marca las disputas por las regidurías. No en pocas veces, es este momento el que marca las diferencias entre una victoria electoral o la derrota en las urnas. Al mismo tiempo que su virtual abanderado, Andrés González Palomera hace su chamba, la de mantener viva su imagen en la mente del electorado, sus porristas sacan los cuchillos y dan muestras de querer matarse entre ellos.
REVOLCADERO
El Partido de la Revolución Democrática gritó a Puerto Vallara que también se mantiene vivo El sábado tomaron protesta a su Comité Directivo Municipal y entregaron la estafeta a la renegada regidora ex mochilista Susana Carreño. Por Ixtapa, ya al caer la tarde pasaron varias camionetas, una de perredistas y otra de conocidos simpatizantes del PAN. Se dirigían al mismo evento. Los testigos estelares del momento fueron varios regidores que han hecho bloque antimochilista, como el otro renegado naranja, Humberto Gómez Arévalo, el panista Humberto Muñoz Vargas, el priista Adrián Méndez y el ex perredista, Miguel Ángel Yerena Ruiz. La presencia del diputado local panista, Juan José Cuevas García, a la postre virtual candidato del PAN a la alcaldía, fueron las razones de la minibufalada panista al acto perredista.****** Por cierto, el gallo del barzonista Fidencio Hernández Lomelí, Mauricio Rosales Delgado anda tan despistado que el sábado, al momento de ser llamado a protestar al lado de Susana Carreño, no pudieron localizarlo. Fidencio salió del salón a buscarlo pero regresó solo. Pudo alzar la mano con el resto de miembros de la junta directiva amarilla.****** La contratación estelar del PRD fue la de Edgar Treviño, un incondicional de la regidora Susana Carreño que desde los tiempos de la radio va a todas con la ex mochilista. El muchacho ocupará una cartera que tiene que ver con algo de “equidad y género”. Lo que nadie supo explicar es cuales serán sus funciones y a qué género se refiera. Porque aparte, el PRD tiene una cartera, o más bien secretaria, de “diversidad sexual”, actividad en donde se desenvuelve a la perfección el ex periodista. .***** Caray. Era necesario un evento perredista de esta naturaleza para que dos vacas sagradas de ese partido, Maximiliano Lomelí Cisneros y Jorge Chavoya Gama se dejaran ver ante la militancia del partido del sol azteca. Los dos ex dirigentes en dicho partido estaban en el presídium y mostraron poco entusiasmo. No sabemos si fue por a ausencia de su nuevo dirigente estatal, Raúl Vargas López y porque no acaban por aceptar la imposición de Susana Carreño.
