Aquel encuentro ocurrió en el restaurante de mariscos 8 Tostadas, en la zona de la unidad deportiva. El magnate de los tiempos compartidos agradeció el gesto y rechazó la invitación.
Si algo tiene claro la elite de Morena, y en ese sentido son los reportes periódicos enviados a la dirigencia nacional es la necesidad de buscar a un candidato a la presidencia municipal capaz de colocar al partido en posición de competir y ganar la alcaldía. Ninguno de quienes se han apuntado para el proceso electoral 2018 llena el ojo de los dirigentes.
Se han dado algunos pasos. Antes se reunieron con Marijosé Zorrilla Alcalá y se le invitó a encabezar el proyecto en calidad de candidata. La dama hotelera, alguna vez titular de la cartera de cultura municipal en la era de los gobiernos panistas, fue la primera en eludir la invitación. Asumió como razón su mermada salud y con mucha vehemencia dio las gracias a la distinción.
Los neomorenas vallartenses se exhiben desatados en las redes sociales y pareciera que todos los días recorren la ciudad, van de colonia en colonia, de ranchería en ranchería, y engrosan las listas de la militancia. Pero en los informes que se rinden a las oficinas centrales se reiteran en la necesidad de reclutar un pez gordo a encabezar al partido de Andrés Manuel López Obrador. Definitivamente no convencen los aspirantes apuntados ahora.
Alguna vez se analizó la posibilidad de contactar a Miguel Angel Preciado Bayardo. Dejó buena imagen inclusive después de ser regidor, el más congruente de los que integraron el ayuntamiento 2007-2009 presidido por Javier Bravo Carbajal.
Los operadores de Morena revisan talentos políticos y cuadros de activistas locales de las tres últimas décadas. Tienen anotado el nombre del ex alcalde, David Cuevas García como un prospecto deseado. Les llenan los reportes recopilados del que hasta ahora se desempeñe como abogado general del Instituto Politécnico Nacional. Tienen reportes del paso por la presidencia municipal de David Cuevas 1997-1990 y aprueban su gestión.
Analizaron cuadros que se mantienen en el Partido Acción Nacional y concluyeron que no hay talento rescatable por buscar en ese partido que gobernó durante nueva años a la ciudad y durante 18 años al estado de Jalisco. Inclusive, uno de los descartados es el regidor Juan José Cuevas García, hermano de David Cuevas. Tampoco hallan prospectos atractivos en los partidos de la chiquillada.
No ven con malos ojos al empresario Jorge Villanueva Hernández. Es el único priista anotado en la libreta de prospectos. En su biografía del perfil saben hasta de las andanzas del ex diputado local en las filas de la FEG.
La tarea es titánica de los headhunters en Morena. Se trata de cazatalentos comisionados que sabemos trabajan de la mano del comisionado distrital Bruno Blancas. No se desanimaron cuando Fernando González Corona les dio las gracias y les dijo que él estaba disfrutando vivir las despreocupaciones de no vivir de la política. González Corona fue alcalde de 1995 a 1997, cuando se separó para postularse a la diputación federal. Fue legislador por dos años y otra vez pidió licencia pero ahora para buscar ser el abanderado del PAN al gobierno del estado. Fue derrotado y al final del proceso interno anunció su renuncia a su partido y su decisión de retirarse de la policía y dedicarse a sus negocios.
Cada tres años enviados del PAN buscan a González Corona y le ofrecen candidaturas. Nada más la semana pasada fue entrevistado y debió repetir estar dedicado a lo suyo; “no se crean de lo que escuchan, ya cuando uno estás viejo, tiene que ponerse a pensar en cosas más serias”, le dijo a la periodista Martha Ramírez.
Hay dos nombres de políticos en la cartera pero uno fue desechado casi en automático. Sin ir a fondo pensaron en Ramón Guerrero Martínez pero el diputado local reprobó hasta los filtros menos rigurosos. “Tiene demasiados puntos negativos” nos dijo un cazatalentos morenista.
El otro nombre es el del actual alcalde, Arturo Dávalos Peña. No elude el análisis la imposibilidad legal de la reelección. A cabalidad, la reelección se permite exclusivamente por el partido que ya lo postuló. Sino, pues no será reelección y se declara inelegible al postulante. Pero nadie objeta a Dávalos estar colocado en la punta de los liderazgos más aceptado en la ciudad. En el círculo del alcalde tampoco se mueven liderazgos que siquiera se le asomen al liderazgo del apodado “cepillo”. Al interior de Morena se han realizado varios ejercicios, cotejado y comparado fortalezas y debilidades en un cara a cara entre Dávalos y “el mochilas”, y en todos Dávalos pasa por encima de Guerrero. Inclusive, en un hipotético escenario, si Dávalos es candidato por un partido distinto al suyo, y Ramón Guerrero lo es por el MC, el primero aplasta al “mochilas”.
En Morena no han renunciado a construir puentes de comunicación con Dávalos. Creen es buena la apuesta intentar diálogos y acercamientos con el alcalde, alcanzar acuerdos y negociaciones en uno u otro sentido. En honor a la verdad, tampoco tienen interés en ofrecer la candidatura a alcalde a uno de los del círculo rosita de Dávalos. Han “medido” a los Diego Franco, a los Centeno, los memos, a otros de su grupo, pero no les da. En dado caso, para estos del bronx cepillistas, también hay propuestas pero esto será un paso secundario.
Nada de lo establecido arriba es de consumo de los activistas de la Morena que pululan en Puerto Vallarta. Nadie se propone desdeñar el trabajo que cada quien realiza y menos si se trata de peones de calle. Los reportes se levantan y se envían a oficinas centrales. Regularmente hay luz verde del coordinador distrital, Bruno Blancas quien es enterado con puntualidad las actividades. No podemos pasar por alto que los morenistas cruzan sus agendas y chocan sus intereses. El propio Bruno Blancas suele tropezarse con el resto. Sin embargo, el propio Blancas ha dado sus “vobos” para continuar la búsqueda del candidato del 2018 en Puerto Vallarta. Se presentarán riesgos y relucirán la capacidad de los operadores políticos morenistas para detener aceleres y enfriar calenturas. Ya ven puntos rojos de una crisis en la que deben neutralizar al abogado Roberto Ascencio. Actitudes de soberbia y arrogancia, poses de villanos de cristal no tendrán espacios caben en Morena. Se impondrá la humildad y la prueba será aceptar a un candidato de nivel y de estatura, un perfil no visto en los cuadros de hoy.
Revolcadero
El fin de semana fue trágico para el maestro universitario José Manuel Rodríguez Rivas. Hoz un viaje a sui natal Santiago Ixcuintla a reunirse con sus amigos secundarianos y de regreso se “extravió” la tarde del domingo. Ya el lunes fue hallado su vehículo Liberty en un arroyuelo de aguas estancadas poco antes de llegar a Tepic, en las inmediaciones de El Rincón. Dentro estaba el cuerpo sin vida del catedrático en el área de administración de la Universidad de Guadalajara. Apenas en mayo pasado la UdeG entregó un reconocimiento al “maestro Rivas”, como era conocido por sus alumnos y profesores, por sus más de 20 años entregado a la docencia universitaria. El contador Hernández Rivas era un respetable profesionista y destacaba entre los mentores como un gran jugador de dominó.****** Que ya estamos a la víspera del arranque de actividades de los taxis UBER. Si cumplen sus amenazas, los taxistas amarillos sacará sus dientes a quien pase como sospechoso de estar al volante de un taxi de dicha plataforma que tiene como sede la californiana San Francisco. En Guadalajara se registraron ciertos forcejeos cuando la irrupción de los taxis ejecutivos pero hubo un sospechoso “acomodo” y ya todos son amigos. Eso reforzó la versión de que varios funcionarios del gabinete del gobernador Aristóteles Sandoval invirtieron millones de pesos, compraron automóviles y los registraron como taxis UBER. Uno de esos supuestos “taxistas” es el ex alcalde Salvador González Reséndiz. Y su otro socio es el dirigente del PVEM, Enrique Aubry, el que por cierto, la semana pasada pidió licencia y se retiró de la diputación local. Otro con dinero invertido en taxis UBER es Netzahualcóyotl Ornelas Plascencia, el actual director de Obras Públicas del gobierno del estado y antiguo secretario particular de Aristóteles. ****** Ahora que estalló el escándalo del espionaje a políticos y periodistas, práctica que se le atribuye al gobierno federal y de varias entidades, nos acordamos de una vez que un personaje ligado al servicio público y metido a tareas sindicales nos presumió un equipo dizque para espiar a cualquier persona vía su celular. El amigo registró una estadía en Puerto Vallarta pero desde siempre tiene residencia en Puerto Vallarta, vino, se instaló en un hotel de Marina Vallarta, encendió su aparatito y se puso a husmear. En cada movimiento sintonizaba alguna llamada telefónica. Ya años después, supimos de espionaje electoral en una campaña. Esta vez los autores eran panistas. Fue cuando pillaron a varios funcionarios federales en talacha para Luis Reyes Brambila. Esa elección se realizó en noviembre. Los panistas lograron esa vez desnudar a “la fuerza mexiquense”, un grupo de “turistas” que desplazó al equipo local de Reyes. Aun nos acordamos aquella vez que el amigo Luis Alberto Alcaraz estaba furioso con los “operadores” acuartelados en el hotel Paya de Oro. Negó primero algunos difundidos por el autor y después de la campaña nos habló para hablar y abundar del tema. Total, que el espionaje siempre ha habido y a veces ni equipo de alta tecnología se necesita. Ahí está el esquipo de espionaje y contraespionaje de las chicas superpoderosas de Jorge Olmos.