Alfaro a perdido tiempo en otras cosas que no tienen razón de ser y no se ha enfocado en diseñar una estrategia de gobierno real, se preocupa en demasía por la oposición, se preocupó hasta el cansancio por el super delegado Lomelí, ha dado excusas y rodeos para problemas reales, se enfrasca en trivialidades y caprichos como el desaparecer el Instituto de la mujer o en ver los eventos deportivos de élite en el extranjero y cuando se le cuestiona sobre algo que le incomoda, responde con un nivel verdaderamente lamentable, con una falta de respeto al pueblo de Jalisco.
Respecto al tema incontrolable de la violencia dice que no es problema del gobierno actual, no es un secreto que es una consecuencia de gobiernos anteriores, pero él ya sabia a la perfección a lo que se enfrentaba, al igual que como consecuencia de eso las fosas clandestinas que ya daban señales de existir cuando el escándalo de los trailers con cadáveres deambulando por la zona metropolitana de la capital del estado por falta de espacios para su correcto manejo por el desborde de los homicidios producto de la guerra entre narcos que se vive por el control de "la plaza" en el estado de Jalisco. No puede decir que no es su problema, ni tampoco puede ni debe guardar silencio, como gobernador tiene que enfrentar su responsabilidad y por lo menos ser humilde y reconocer que no se ha podido avanzar en ese aspecto y no estar buscando números sobre si disminuyeron los delitos de bajo impacto.