“Se trata de Álvaro H., quien fue encontrado responsable del delito de desaparición cometida por particulares agravada, por lo que permanecerá 24 años en prisión, además de que pagará la cantidad de un millón 61 mil 142 pesos, por concepto de multa y reparación del daño.
De los antecedentes del caso se estableció que el ofendido se reunió con un sujeto en un restaurante localizado en la colonia Educación, en el municipio costero, el día primero de septiembre del 2021, y desde entonces su familia ya no tuvo contacto con él.
Se cuenta con información de que las víctimas acudieron en busca del referido individuo para preguntarle por su familiar, sin embargo, éste les hizo saber que al parecer “se había trasladado” a la Ciudad de México, para atenderse un problema de salud.
Sin embargo, las indagatorias dejaron en claro que en realidad el referido sujeto y el sentenciado Álvaro H., mantenían privado de la libertad al ofendido y prosiguieron con los actos de ocultamiento, sin que su familia supiera de él.
El día 2 de septiembre del mismo año, fue capturado Álvaro H. portando un arma de fuego y en posesión del vehículo de la víctima, correspondiente a un Renault Scala, modelo 2011 en color gris con placas de la Ciudad de México. Esto ocurrió en un mirador ubicado en la localidad de Cruz Romero, en el municipio de Talpa de Allende, donde pretendía ocultarlo.
Álvaro H. fue judicializado y el Juez de Control consideró suficiente lo aportado por el agente del Ministerio Público, por ello lo vinculó a proceso.
Los trabajos de búsqueda de la persona desaparecida prosiguieron y, en un operativo conjunto y coordinado entre la Fiscalía de Jalisco con su homóloga de Nayarit, el 13 de octubre del 2022, fue localizada en dicha entidad vecina una osamenta que correspondía a la de la víctima, de acuerdo con los dictámenes periciales realizados.
En fechas recientes, se desahogó la audiencia de procedimiento abreviado en la cual, Álvaro H. reconoció su responsabilidad en los hechos, aunado a que la autoridad judicial dio la razón a esta Fiscalía, ya que lo sentenció a la penalidad ya señalada.
Vale la pena destacar que derivado de los actos de investigación realizados en torno al caso, se logró detener tiempo después, al cómplice del sentenciado de nombre Inoel G., quien se encuentra aún a disposición del Juez de Control, en espera de recibir sentencia”.
Hasta ahí el comunicado de la fiscalía.
EL MÓVIL
Como se recordará, este medio manejó información relativa a este caso que dejó consternada a la comunidad educativa del CBTIS 68, donde el profesor Gregorio Rivas daba clases y era un maestro que representaba a la escuela en el manejo de cuotas que aportaban los padres de familia.
Así las cosas, el profe Gregorio Ignacio Rivas García, habría sido objeto de una acción criminal cuando descubrió y reclamó malos manejos en la cuenta bancaria de la Asociación de Padres de Familia del plantel educativo, que manejaba Inoel Guerrero, un fotógrafo que estaba al frente de dicha sociedad.
Los padres de familia de los más de mil 500 alumnos del CBTIS sabían que las cuotas –alrededor de cuatro millones de pesos-- que aportaban a la sociedad las manejaba Inoel Guerrero por conducto de una cuenta bancaria.
Un día, los padres de familia comenzaron a detectar irregularidades en las operaciones financieras de la cuenta, al grado de que se habrían realizado erogaciones que nada tenían que ver con la sociedad ni con la escuela.
En este sentido, los mismos padres, supusieron, que el profesor Gregorio Rivas fue uno de los primeros que detectó malos manejos en la cuenta bancaria, por lo que habría exigido a Inoel Guerrero que le explicara en qué se estaba gastando el dinero de la Asociación Civil, pues el maestro era el representante del CBTIS ante la agrupación.
Posteriormente, Inoel le habría pedido al sujeto de nombre Álvaro H que le ayudara a desaparecer al maestro Gregorio, quizás para que no diera a conocer los desfalcos de la cuenta de los padres de familia, lo cual habrían hecho entre los dos.
Por ello, el fotógrafo –que antes trabajó para el ex director del Seapal, César Abarca—podría correr la misma suerte que su presunto cómplice en el crimen que se cometió en contra del profesor Gregorio Rivas.
