Los problemas entre puesteros y locatarios de la Isla del río Cuale se han suscitado a lo largo de los años, pero en esta ocasión, las cosas fueron demasiado lejos, ya que un hermano de la señora Antonia, que también posee un puesto de ventas de artesanías, envió a un presunto “sicario” para asustar al señor Martín Alquisiras, que también es dueño de otro puesto similar.
De acuerdo con la denuncia, a la que este medio tuvo acceso, la señora Antonia y sus hijas de nombre Diana Monserrat y María Fernanda Bautista, constantemente agredían de forma verbal al comerciante de enfrente –los puestos están justo debajo del puente del río Cuale, bajando por la calle Ignacio L. Vallarta— y en una ocasión hasta golpearon a su esposa.
Todo, comentó Martín Alquisiras, porque los clientes prefieren comprar en su puesto artículos como vestidos típicos y artesanías varias, mientras que al negocio de la señora Antonia casi no se arriman los turistas; que esto provocó envidias y que un mal día les pidieron que se retiraran de ahí o algo les iba a pasar, ya que las hijas de Antonia tenían novios en “la línea” y que conocían a muchos sicarios.
Pues bien, el pasado sábado 01 de diciembre, alrededor de las 17:00 horas, llegó al puesto del señor Martín un sujeto de complexión robusta, de 1.70 de estatura, moreno, y portaba una mochila, y se le acercó al señor Martín Alquisiras Sotelo para gritarle lo siguiente: “Me mandó la señora de enfrente, Antonia Ramírez Guzmán, con sus hijas, para avisarte que ya no las molestes y te vayas de esta área, es un aviso que manda mi jefe. Yo soy un sicario, a la próxima vez que venga aquí, va a ser para darte un levantón, y te vamos a matar, voy a venir por ti, todo esto te lo manda decir mi jefe”.
Minutos antes, un amigo de Martín y testigo de los hechos, Isidro Marino, observó en la parte alta del puente a un hermano de la señora Antonia, de nombre Moisés Ramírez Guzmán, platicando con el supuesto sicario y apuntando hacía donde estaba Martín Alquisiras.
El mismo sábado, pero más tarde, una empleada de Martín, de nombre María José, al salir de trabajar fue alcanzada por las hijas de doña Antonia en la calle Encino para también amenazarla, que se fuera de ahí o le iba a pasar lo mismo que a su patrón, que la iban a levantar y la iban a matar.
Ese día, Martín llamó al 911 y una oficial tomó el reporte identificado con el número 721, pero no llegó ninguna patrulla, por lo que en su denuncia ante el licenciado Julio César Cortés Díaz de León, fiscal adscrito al Área de Atención Temprana de la Fiscalía Regional, pidió medidas de protección para él y para su familia e hizo responsables a Antonia Ramírez, su hermano Moisés Ramírez y a sus dos hijas, de cualquier cosa que les pudiera pasar.
Las medidas de protección nunca llegaron, el que, si llegó ocho días después, fue el presunto sicario, quien el domingo 09 de diciembre como a las 19:15 horas, se hizo presente alrededor del puesto de Martín Alquisiras con machete en mano lanzando improperios.
En esta ocasión sí llegó la policía municipal y detuvo a quien dijo llamarse Martín Melesio García de 25 años, con domicilio en la calle Andador Río Zula de la colonia Campestre Las Palmas, a quien habían reportado sólo como ebrio y agresivo con los transeúntes, por lo que lo trasladaron a los separos municipales.
El arma blanca la habría lanzado al río, por eso no le encontraron el machete al momento de arrestarlo.
En la policía municipal nadie se dio por enterado que esta persona dijo ser sicario y que tenía una denuncia en su contra, por lo que al día siguiente 10 de diciembre, el juez municipal José Martín Barrera Rojas, le envió un oficio al Director de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento, Jorge Misael López Muro, para que pusiera en inmediata libertad al detenido Martín Melesio García “por haber cubierto en su totalidad la sanción impuesta por esta autoridad”.
Después se supo que el supuesto sicario es sólo un mesero amigo de los puesteros agresivos para tratar de sacarle un susto al comerciante Martín Alquisiras… Y hasta el momento no se ha parado por el lugar, pero anda en libertad.