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Lunes, 23 Septiembre 2024 02:00

Comienza a abrirse la cloaca del interinato de Lía Castro y surge el nombre del ladrón de ladrones, Gabriel Salcedo Angulo

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Por Jorge Olmos Contreras

Entre marzo y abril de este año, la señora Lía Castro y su lugarteniente, que después hizo tesorero, se relamían los labios, se afilaban las uñas y observaban con malicia, morbo y con un enorme placer, cómo el proyecto político de la entonces presidente municipal para repetir en el encargo, Mirtha Villalvazo, se caía a pedazos y se iba al fondo de un abismo del que ya nunca saldría. Al ser la suplente de su comadre Mirtha, Lía sabía que sería alcaldesa por los últimos seis meses del XI Ayuntamiento de Bahía de Banderas, y ni tardo ni perezosa, preparó el terreno para tomar por asalto la administración del gobierno del vecino municipio.

Mientras Mirtha Villalvazo hacía hasta lo imposible por sortear la crisis política y judicial que le provocaron las denuncias que le interpusieron desde el gobierno del Estado, Lía Castro y su cuasi delincuente amigo Gabriel Salcedo, comenzaron a armar el plan maestro para tomar como botín el Ayuntamiento; y que consistía en hacer cualquier cantidad de negocios que les dejaran millonarias utilidades y resolvieran su situación económica por el resto de sus días.

EL SÚPER BONO

Uno de esos grandes negocios fue la aprobación, en lo oscurito, de renovar el contrato de prestación del servicio de aseo público entre el Ayuntamiento y la empresa denominada “Grupo Integral de Recolección de Reciclados de Occidente (Girrsa)”, cuyo propietario es el priista Juan Carlos Castro Almaguer.

Mirtha Villalvazo intentó cancelar la concesión a Girrsa, ya que le cobra al Ayuntamiento alrededor de tres millones de pesos mensuales por la (mala) recolección de la basura en la zona turística de Bahía de Banderas. Y es que la empresa de Juan Carlos Castro ha resultado todo un fracaso, es onerosa para la administración y encima de esto también les cobra a los empresarios turísticos –hoteles, restaurantes y establecimientos comerciales—una cantidad mensual por el pésimo servicio, es decir, los dueños de esta firma cobran dos veces porque así lo señala el contrato leonino que les firmó hace años el entonces alcalde (hoy preso en una cama del hospital CMQ) Jaime Cuevas Tello.

El malestar entre los empresarios es cada vez más fuerte, debido a que la basura se acumula en la franja turística y todavía, cada año, tienen que pagar otra cantidad por el servicio de recolección al renovar sus licencias municipales.

Algo inaudito.

Por ello, Mirtha Villalvazo quiso ponerle un alto a Girrsa, le suspendió los pagos y, cuando ya iba a cancelar la concesión mediante un juicio, el tiempo se le vino encima y tuvo que dejar la presidencia municipal para tratar de reelegirse primero, y para defenderse de las denuncias penales después.

LA DUPLA Y SUS MILLONES

Sin embargo, llegó Lía Castro y el ladrón de ladrones, Gabriel Salcedo, y acordaron renovar la concesión a Girrsa, pese al cúmulo de denuncias por el mal servicio y porque el contrato es lesivo a los intereses de la comuna.

Pero bueno, ahora sabemos que dicha renovación se hizo en privado, a puerta cerrada y que en esta reunión no solo habrían pactado la entrega de un “súper bono” de un millón 700 mil pesos a cada regidor que levantara la mano y votara a favor (para tenerlos contentos), sino que también se repartieron, por igual, dos millones de pesos. Y no, no crea usted que la empresa les dio un moche a los ediles por este enorme favor, no, el dinero salió de las arcas municipales disfrazado de “otros egresos”.

Ya se imaginará usted el gran negocio que hicieron Lía Castro y Gaby Salcedo para que Girrsa siga sangrando las finanzas municipales y estafando a los hoteleros con un servicio que no está al nivel de lo que requiere una zona turística como la Riviera Nayarit, pues fueron ellos dos, con Salcedo como “negociador”, los que habrían recibido prebendas y canonjías presentes y futuras por parte de Girrsa.

LOS CETES

Por algo, el nuevo alcalde, Héctor Santana, está muy molesto, ya que se está investigando a fondo si estos dos pillos (la dupla Lía Castro-Gaby Salcedo) comprometieron 30 millones de pesos del organismo operador de agua potable, el OROMAPAS, al invertirlos en Certificados de la Tesorería (CETES) sin el aval del cabildo, ni mucho menos con el visto bueno del Congreso del Estado. O si el dinero se lo “jinetearon” para quedarse con los rendimientos que se obtienen al invertir en estos instrumentos financieros.

El saqueo a las arcas municipales fue tan grave y profundo por parte de Gabriel Salcedo Angulo al fungir como tesorero de Lía Castro, que se gastaron alrededor de 900 millones de pesos que Mirtha Villalvazo dejó a la administración, dejaron las arcas vacías y hasta el papel de baño se llevaron.

El robo al presupuesto se puede observar en obras de mala calidad, entregadas a medias o a las que simplemente se les dio el banderazo para que la señora presidente posara para la foto con sus mejores vestidos, pero de cuyos trabajos aseguraron haber pagado varios millones de pesos en sus boletines de prensa.

LA CLOACA

Bajo este escenario, no debemos perder de vista el trabajo que está realizando el equipo de Héctor Santana para verificar en qué se gastaron el dinero, ya que es arduo, meticuloso, visto con lupa. Y ya ha arrojado las primeras evidencias de compras a sobreprecio –en algunos casos hasta del 700 por ciento más de su valor—y de cómo engañaron a constructores con un pago que nunca llegó, toda vez que solo les entregaron a algunos el 10 por ciento de lo que les debían.

Pero la corrupción de Lía Castro-Gaby Salcedo no se podrá ocultar por mucho tiempo, en virtud de que hay casos notorios como el de la compra de palmeras que pusieron en el nuevo boulevard rumbo a la Cruz de Huancaxtle y que parece que las adquirieron en un vivero de tercera o con algún proveedor que las consiguió donde fuera, a cambio de una jugosa comisión, ya que se están secando, pero las pagaron en una importante cantidad de dinero público.

Y esto no es todo, ya que para tener felices y en la bolsa a alrededor de 80 medios de comunicación (no sabemos de dónde salieron tantos) y guardaran silencio ante el saqueo, les pagaron una millonada por todo el mes de septiembre. En otras palabras, les adelantaron el pago de sus contratos, cuando éstos se vencían el 15 de septiembre, por lo que prácticamente les “regalaron” 15 días sin tener el respaldo de la publicación de boletines, gacetillas y anuncios (banners para las páginas de Internet) del XI Ayuntamiento.

Así las cosas, podemos observar que Gaby Salcedo y Lía Castro son una pareja de amigos que están sumamente felices con el dinero mal habido, al grado de que el ex tesorero ya construye su tercer edificio de 80 departamentos en un lugar exclusivo de Puerto Vallarta.

Pero la dupla de Ali Babá y sus 38 ladrones piensan que el saqueo va a quedar impune y que nunca los va a alcanzar la justicia (ilusos), por lo que incluso ya buscan cobijo en el próximo Ayuntamiento de Puerto Vallarta que va a presidir Luis Ernesto Munguía González a partir del 01 de octubre.

Lo que hace la corrupción, pues Gaby Salcedo, de ser un árbitro frustrado de fútbol en las populares canchas deportivas de Las Juntas –en tiempos en que todavía traía hambres atrasadas--, ahora es un “despreocupado” empresario que, presume y desliza a quien lo quiera escuchar, que no le importa si Luis Munguía le da chamba o no, que él, con lo que ya tiene, se va a retirar de la política.

 

 

 

 

 

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