Álvaro Rodríguez viajaba en una camioneta SUV blanca marca Toyota que estacionó momentáneamente sobre el aparcamiento de la agencia de automóviles y en ese punto arribaron sujetos que iban en una motocicleta y le hicieron cuando menos ocho disparos al automotor del lado del piloto.
En la SUV iban tres hijas de Álvaro y su esposa del lado del copiloto, quien al ver que le disparaban a su cónyuge gritó y minutos después pidió auxilio. Muy cerca estaba una ambulancia que había acudido a atender un accidente de un motociclista, por lo que los paramédicos rápido se llevaron al hospital al empresario.
Desesperada, una de las hijas de Álvaro comenzó a pedir sangre con carácter de urgencia, ya que a su papá lo habían entubado y estaba muy grave.
Después de las 15:00 horas, Álvaro Rodríguez no logró recuperarse de las lesiones por arma de fuego y falleció.
De acuerdo con información que ha trascendido en los corrillos policiacos, Álvaro ya no se dedicaba a los centros nocturnos que ofrecían variedad para adultos, sino que estaba concentrado en un negocio de bienes raíces y que operaba tanto en la región de Vallarta y Bahía de Banderas, como en Santa Anita, en Tlajomulco de Zúñiga.
Dichos trascendidos hablan también de que Álvaro había tenido problemas con un valioso terreno y que probablemente por ahí vino la agresión.
Álvaro Rodríguez fue yerno de don Jorge Barragán, otro empresario de establecimientos nocturnos, pero ya se había separado de la hija del empresario y ahora vivía con su otra mujer y sus tres hijas.
La fiscalía de justicia ya comenzó con las primeras investigaciones en torno a este homicidio.