En 2003, Gustavo González compitió por la alcaldía y luego de nueve años de gobiernos panistas recuperó el municipio. En aquella ocasión demostró capacidad y convocatoria para unir a los priistas. Se unieron las facciones que por una década deambularon por separado, cada quien velando por sus propios intereses. Andrés González fue uno de los pilares que mas ayudaron al encumbramiento del ahora diputado local. Con el grupo de amigos de barriada, los motejados “campeones” de Gustavo gobernaron la ciudad y excluyeron a otros grupos con fuerte presencia en la ciudad. Ejemplo de ello, fue el grupo del diputado federal en ese entonces, Javier Bravo Carbajal, quienes no tuvieron cupo en la administración municipal. Estos fueron pacientes en el 2006 le arrebataron el control político a Gustavo. Varios de los “bravos”, o “la morralla” como también gustaban les llamaran, también están en pláticas con el MC. No hay apertura y los excluyen, es la queja constante.
Juan Carlos Castro Almaguer es otra pieza clave de aquel grupo de González Villaseñor. Fue la primera opción de Gustavo cuando éste desde la alcaldía empezó a pulir a su futuro sucesor. Juan Carlos y Andrés competirían dentro del grupo por la candidatura. En un momento determinado Gustavo se decidió por Andrés, decisión que mas tarde provocó el distanciamiento de Castro Almaguer. El enojo se llevó a los negocios. En dos empresas Gustavo y Juan Carlos eran socios. Uno, en un auto baño en el exclusivo fraccionamiento Fluvial Vallarta, por la avenida Francisco Villa, sociedad en la que Castro Almaguer liquidó a Gustavo y por un tiempo se quedó como dueño único. El otro negocio que debió dejar el político vallartense fue la empresa concesionaria de la recolección de la basura en Bahía de Banderas. González Villaseñor, como también Jaime Cuevas Tello, se hizo de acciones solamente por conseguir la concesión por la vía del tráfico de influencias. Cuevas Tello era presidente municipal de Bahía de Banderas. Castro Almaguer liquidó a los dos y ahora posee, a través de Claudia su esposa y su madre, el total de las acciones. Hugo Peña es el administrador y Castro Almaguer el apoderado legal. Para cuidar las formas y evitar los escándalos políticos, recurrieron a la familia en calidad de prestanombres.
Gustavo González Villaseñor tampoco tendrá totalmente a su lado a Castro Almaguer. Un amigo de éste también del grupo de “los campeones”, el médico Francisco Sánchez Peña tiene aspiraciones propias y busca una oportunidad fuera del PRI. Paco fue regidor en la administración de Gustavo pero al cabo de unos años también se siente excluido. A diferencia de otros priistas, el médico de Las Palmas, no ha tenido acercamientos con cazatalentos del MC. Sin embargo, tiene apoyos, como el de Castro Almaguer, Roberto Islas Cobos, Abel Chávez, Gaudencio Ortiz, Heriberto Sánchez, otros amigos de Gustavo, y otros que no recibieron espacios en el gobierno estatal ni federal.
Los anteriores casos son solamente ejemplos de priistas que se sienten ninguneados por el PRI y particularmente por Gustavo. A ellos, la bonanza de un nutrido grupo de privilegiados no los alcanzó. Se sienten libres de buscar otros horizontes en la búsqueda de satisfacer aspiraciones legítimas. No creen ya en las promesas del líder del grupo, de Gustavo González, al que consideran un caníbal que no les cumple, que solamente se preocupa por sus propios intereses, su familia y unos pocos amigos.
Gustavo es pues una amenaza para la unidad del priismo. Nadie cree le cumpla a Andrés el compromiso que pregona de ayudarlo a ser el candidato a la alcaldía. El propio Andrés esta consciente de ello y así lo ha insinuado a reclutadores del MC. Es el ejemplo que mas ilustra el escenario que puede venírsele encima al PRI.
Los observadores de la política también dedican tiempo a analizar el caso del director del Seapal, Cesar Abarca Gutiérrez. De acuerdo a lo que se sabe, el ahijado de Gustavo debe cumplir los seis años despachando al frente del Seapal, apoyar a Andrés en el 2015 y prepararse para abanderar al priismo en el 2018. Sin embargo, no son pocos quienes colocan a Cesar Abarca como un serio contendiente. Hallan respuestas en ese sentido en los espacios que ocupan operadores y activistas del partido en dependencias claves de la paraestatal. Igual hallaron cabida cetemistas que allegados al grupo de los hermanos González Reséndiz. Abundan también cuadros emergidos en el Centro Universitario de la Costa, la casa de estudios donde se formó Cesar como profesional y político. Si bien, el director general del Seapal tiene el compromiso de respaldar a Andrés, muy pocos del resto de la plantilla asumen el compromiso. Las huestes yerenistas van con todo para impedir el avance de Andrés. Los universitarios se mantienen en el PRI pero condicionan su “militancia” exclusivamente por apostar al proyecto de Cesar. A ningún otro candidato priista apoyarán, y menos a Gustavo.
González Villaseñor se ha ganado a cabalidad la fama de no cumplir sus compromisos. Sus amigos lo acusan de excluirlos y cerrarles los espacios en el partido y traerlos de mentira en mentira cuando le han pedido ayuda para conseguir una chamba en el gobierno estatal o federal. Las chambitas en las casas de enlace se leas dio a su familia y las plazas a las que tiene derecho en el Congreso del Estado las ofreció a desconocidos.
Ya son menos quienes le creen. Andrés González Palomera se mantiene en el PRI paciente de ver cumplida la promesa. Sin embargo, tiene claro que si no consigue ser postulado, emigrará muy probablemente al MC. En el proceso anterior, Andrés se perfilaba para ser el candidato del MC pero reculó por convencimiento y promesas de Gustavo, y este Partido al final reclutó a Ramón Guerrero Martínez.
El máximo líder del MC, Enrique Alfaro ha dado puntuales instrucciones a sus operadores sin perder de vista el objetivo de fortalece su proyecto político. Le queda claro que González Palomera sería una valiosa aportación en el plano local. De ahí que no se ha perdido el contacto y todo se resume a esperar los momentos de las definiciones. Esa es la palabra empeñada de uno y otro lado.
REVOLCADERO
Ahora que citamos a Juan Carlos Castro Almaguer, las últimas consultas que hemos hecho sobre sus huellas, nos confirman que en efecto, se mueve y actúa como empresario y que como tal, no solamente apostará por apoyar un peso a la polla que organice el médico Paco Sánchez Peña, sino que tiene un ahorro para invertir en cuanto proyecto político considere viable y le vea posibilidades de ganar una elección. Sus amigos nos presumen que tiene buen olfato. Cuando percibió en Bahía de Banderas que Rafael Cervantes por el PAN tenía posibilidades, le metió unos pesos. Preguntamos si en Puerto Vallarta invirtió en la campaña del MC y como respuesta nos explicaron que al principio de la actual administración rentó, “a buen precio”, cuatro camiones recolectores de basura para la franja turística. Con esto nos intentaron convencer de que el concesionario de la recolección de la basura en Bahía de Banderas financió con algo la campaña de Ramón Guerrero Martínez.****** Ese Oscar “el canitas” Avalos no sale de una cuando se mete en otra. Medio pueblo de Las Palmas lo tiene encima porque intenta ayudar a Gilberto “el chivo” García a apoderarse de una casona que tiene dueños legítimos. La historia es corta. “El chivo” se casó con una tía de Lupe y Concha González y vivió en la casa de la abuela de los González. Las escrituras están a nombre de la abuela. Al morir la tía y enviudar “el chivo”, la familia reclamó el patrimonio. Concha González está a la cabeza de quienes reclaman. Pero Oscar Avalos, quien presume ser amo y señor del ejido, prometió a “el chivo” ayudarle para quedarse con la casa. No parece ser un litigio difícil pues el dueño de cualquier propiedad es quien exhibe y acredita con escrituras ser el propietario y “el chivo” no tiene el nada. Recordemos que Concha González es hermana de Lupe “el titán” González, el mismo que desde hace varias semanas goza de libertad después de ser encarcelado, él y Toño Santana, gracias a las influencias del regidor Avalos Bernal. ***** Vaya, donde se está poniendo las cosas color de hormiga es en las dependencias del gobierno municipal. Los grupos que rodean al presidente municipal, Ramón Guerrero Martínez, se están dando hasta con la cubeta. Son los primeros escarceos, previo a la temporada electoral que se avecina. El villano favorito es Arturo Dávalos Peña, a quien el alcalde lo mantiene como potencial aspirante del MC a la alcaldía. Es esto último el tizón de las patadas que por debajo de la mesa se empiezan a ver.