El mejor ejemplo de estos especímenes lo representa sin duda el ex Director de Servicios Públicos Municipales en la etapa final de la administración de Salvador González Reséndiz, Eliseo Aréchiga Castillo, mejor conocido como “Cheo Aréchiga”, un personaje que se creyó el cuento de poder ser el candidato del PRI a la alcaldía en la pasada administración y que fue relegado vergonzosamente por los dirigentes priistas por su pobre capacidad política y sus antecedentes de corrupción.
Para Cheo Aréchiga fue un duro golpe no ser tomado en cuenta como pre candidato –hay que recordar que el abanderado fue Adrián Méndez González--, lloró y pataleó y casi, casi juró que tomaría venganza contra todos aquellos que le dieron la espalda en los momentos cruciales de su magra carrera política.
De hecho quedó muy resentido con el entonces alcalde Chavita, porque éste no movió ningún dedo para lanzarlo al ruedo y de menos ser considerado por quien en ese momento tenía la sartén por el mango para sacar al candidato del PRI, es decir, el líder de la CTM, Rafael Yerena Zambrano y en segundo plano, por Jorge Aristóteles Sandoval.
DEL POZO AL GOZO
Sin embargo, el resentimiento de Cheo Aréchiga con los González Reséndiz quedó enterrado cuando Chavita lo “jaló” al gobierno del Estado, donde le consiguió una posición envidiable, un cargo público desde donde Cheo pudiera hacer lo que quisiera y en donde podría hincharse de dinero, gracias a las compras y obras que autorizara, entre otras, la compra de aires acondicionados.
A la vuelta de los días, Eliseo Aréchiga efectivamente, se está hinchando de dinero mediante la compra sospechosa no solo de aires acondicionados –el mismo es propietario de una compañía de aires--, sino de una serie de artículos de oficina que van a parar a las oficinas que están bajo la tutela del sub-secretario de finanzas, en este caso, de Salvador González Reséndiz.
Chavita puso a Cheo –su frustrado delfín--, en donde hay la manera de hacer mucho dinero, y vaya que el otrora delegado del Pitillal resultó muy listo para ello, lo malo es que a últimas fechas el mismo Salvador González Reséndiz se está dando cuenta de que su muchacho está creciendo mucho económicamente y que no le reporta ni un peso al ex alcalde priista.
El dinero quizá no sea algo que le moleste a Chavita, pues no tiene necesidad, sin embargo, se sabe que González Reséndiz explotó y montó en cólera en días pasados, cuando supo que su queridísimo Cheo Aréchiga había desayunado con Gustavo González Villaseñor, y se enojó todavía más cuando supo de primera mano los acuerdos a los que llegaron.
LA ESPADA EN LA PIEDRA
Se sabe que Eliseo Aréchiga habló mal de los González Reséndiz, que le prometió a Gustavo jugársela políticamente con él y que haría una estrategia ‘inteligente’ para que todo el grupo que según Cheo logró reunir durante su paso por los gobiernos de Javier Bravo y Chavita, se sumen a la causa de González Villaseñor y no eventualmente a la de Rafael González Reséndiz.
También habría dicho Cheo Aréchiga que pondría todo de su parte para simular un apoyo político a Rafael González Reséndiz –ya sea en el 2015 o en el 2018--, pero que sus canicas las apostaría al proyecto político llamado Gustavo González Villaseñor.
Semejante traición llegó ya a los oídos de Chavita, el protector de Cheo, quien en estos momentos podría estar en la cuerda floja y si los González Reséndiz comprueban que Eliseo les jugó chueco, no dudarán en ponerlo de patitas en la calle y regresarlo al Pitillal, para que aprenda a respetar.
El golpe para Cheo, si le quitan la chichi Chava y Rafa González Reséndiz, sería demoledor, ya que en algunos sectores del PRI Vallarta ya no lo consideran un soldado raso, sino un político vallartense que escaló a las grandes ligas, pero parece que su montaña la hizo de naipes.
MORDIENDO LA MANO… DE CHAVITA
Las versiones de los encuentros que han sostenido Gustavo y Cheo vienen precisamente de fuentes cercanas al propio diputado local, donde aseguran que ya tienen planchado otros encuentros y amarres políticos, con lo que es un hecho que Eliseo Aréchiga está mordiendo la mano que le da de comer, y no es cualquier comida, es un auténtico banquete el que le da Chavita a Cheo, pues lo colocó como Director de Conservación en Guadalajara, específicamente dentro de la estructura de la Subsecretaría de Finanzas, cuyo titular es precisamente el cachorro menor de Rafael González Pimienta.
En Guadalajara, las jugosas participaciones que obtiene Cheo Aréchiga dentro de las promociones de obras que están bajo su designio, ya le han hecho bastante ruido al propio Salvador González Reséndiz, por dejarse ver muy “voraz y descuidado”, según palabras de proveedores que han sido víctimas de la comisión que Cheo les cobra por derecho a tener jugada.
“No cuida las formas y se queda con la mayor participación”, comentan otros proveedores.
Indistintamente de esta situación de presunta corrupción, que seguramente para nadie es una novedad, lo relevante es que Cheo Aréchiga ha logrado tener pie en ambos grupos, por una parte se está hinchando de dinero a costa de su menor político –sin reportarse como quisiera Chavita—y por el otro lado no solo coquetea con la banda contraria, sino que desde hace tiempo se metió hasta la cocina y se tomó un café con el presidente del PRI Vallarta, lo que para rematar, ha generado la desaprobación del grupo cercano a Gustavo, donde aseguran que (Cheo) se ha comprometido --por debajo del agua-- no apoyar en las próximas elecciones los intereses de la familia González Reséndiz --específicamente no ayudar a Rafael González Reséndiz en el 2015 ni en 2018--, lo cual ven como un exceso del propio Cheo.
Incluso, colaboradores cercanos de Gustavo afirman haber escuchado una frase que dibuja a la perfección la traición política de Cheo con los González Reséndiz y su compromiso con Gustavo: “Yo haré como que apoyo, para simular no se necesita mucho, pero a mi gente yo te la arrimo, nomás te la encargo que me la trates bien”.
De plano Cheo y los priista deberían reconocer cuando alguien es mejor operador político que económico. Por lo pronto, al grupo del Subsecretario de Finanzas le están creciendo los enanos, y sino… al tiempo.