Un caso sucedió en la colonia Versalles, sobre la calle Roma, donde alrededor de las 15:50 horas llegaron dos camionetas –una de ellas al parecer blindada de color negro—con varios policías estatales para introducirse a una vivienda a la fuerza, sin que exhibieran alguna orden de cateo y tratar de hurgar por toda la casa.
Vecinos de la calle Roma dieron aviso a VALLARTA UNO, en el sentido de que policías del Estado, cuyas camionetas no traían logotipos ni números oficiales, se metieron a la casa de una señora, subieron por las escaleras y abrieron intempestivamente un cuarto donde dormían niños pequeños que se asustaron ante la presencia de los policías, quienes sin ninguna precaución, iban armados.
Los vecinos comentaron que la propietaria de un comercio, al parecer hija de la dueña de la casa allanada, les preguntó a los policías que qué se les ofrecía, que por qué se metían a la casa, y los estatales respondieron con una gran mentira, que tenían un “reporte de robo”. La mujer les dijo que eso no era cierto, que mostraran la orden de cateo o el reporte, y los oficiales, prepotentes, contestaron que no necesitaban ninguna orden, que ellos podían entrar a cualquier casa.
La muchacha, asustada, sólo les advirtió que los iba a reportar en ese momento, y sólo así se retiraron del lugar.
No se entiende, externaron los vecinos de esa vivienda, cómo es que el gobernador Jorge Aristóteles venga a Puerto Vallarta a inaugurar convenciones y a premiar a maestros, y a la vez consienta los abusos de los policías estatales, por lo que exigen un castigo a estos elementos.
También piden una explicación al fiscal del Estado, Luis Carlos Nájera y que diga si él fue quien ordenó estos cateos ilegales o si los policías estatales actuaron solos, quizá buscando un botín aprovechando su estadía por unas horas en Puerto Vallarta.
En la gráfica, se puede aprovechar el cuarto de la parte alta de la vivienda que abrieron los policías estatales y donde dormían la siesta los nietos menores de la dueña de la casa.