El hecho de que José Gómez, quien ya fue rector de la Universidad Tecnológica de Bahía de Banderas y que ha tenido más de un cargo público, ignore el número exacto de cuartos que tiene la Riviera Nayarit, ya es preocupante y dibuja a la perfección la clase de político que va a gobernar nuestro vecino municipio en los próximos tres años, o quizá seis, si es que se le antojara reelegirse, como ya lo contemplan las leyes en materia político-electoral.
Como académico que fue de una importante universidad en Bahía de Banderas, José Gómez debiera conocer como la palma de su mano los datos informativos del sector turístico, social y económico de Bahía de Banderas, pero exhibe una profunda ignorancia que anticipa un Ayuntamiento que quizá no esté a la altura de las necesidades de un pujante destino turístico, el segundo a nivel nacional en ocupación hotelera el año pasado, como lo es Nuevo Vallarta y su marca Riviera Nayarit.
Hay que recordar que la Riviera Nayarit tenía registrados 14 mil 200 cuartos de hotel en 2010, lo que representaba el 61.7 por ciento de toda la entidad nayarita en 2007, actualmente ronda en los 20 mil cuartos y la proyección a mediano plazo es tener 30 mil habitaciones, pero José Gómez lo desconoce.
Pero bueno, quizá José Gómez también desconozca que Bahía de Banderas, el municipio que pretende gobernar, registra una población de 124 mil 209 habitantes, según el censo del INEGI del año 2010, con una tasa de crecimiento poblacional de 113.30 por ciento, la más alta a nivel nacional.
Que el turismo representa el 23.9 por ciento de su economía, el campo y la agricultura el 16.9 por ciento y el comercio el 14.9 por ciento.
Pero lo más grave es que quizá José Gómez desconozca, que la administración municipal, que encabeza su cuñado, el alcalde Rafael Cervantes Padilla, ha elevado sus niveles de deuda por encima de su capacidad de pago, y que según datos publicados por la Calificadora Verum revelan que la deuda de Bahía de Banderas representa el 85.7 por ciento de sus Ingresos Fiscales Ordinarios.
El panorama, por donde quiera que se le vea, es oscuro, y no es que queramos pecar de pesimistas, pero el pago de los intereses en el gasto público de Bahía de Banderas, originan un desequilibrio financiero en la hacienda municipal que resta liquidez a la tesorería municipal para atender otras prioridades de carácter social y la atención en la prestación de los servicios públicos, como lo señaló en campaña el contador Héctor Paniagua, quien fue candidato de la alianza de facto PAN PRD y quien perdió en condiciones todavía muy, pero muy dudosas.
Pero quizá a José Gómez ya no le preocupe que hasta la Calificadora Verum haya bajado la calificación del municipio el año pasado, al observar nulas acciones para mejorar e incrementar los ingresos, un aumento del gasto operativo al cierre del 2013, al registrar una plantilla de 896 empleados, 633 de confianza y 263 sindicalizados y un aumento de sus pasivos de corto plazo en 374.2 millones de pesos.
Y decimos que quizá no le preocupa esto a José Gómez, porque hace unos días la Suprema Corte de Justicia de la Nación aprobó una resolución para condonar deudas a los municipios que, como Bahía de Banderas, han despilfarrado los recursos en negocios particulares, en amigos, en compadres, y… ah, se nos olvidaba, también en apuntalar campañas política de los cuñados.
Pero bueno, a lo mejor José Gómez es tan ignaro que no sabe que ya está en marcha el rescate financiero de los Ayuntamientos, y tal vez sí ande muy, pero muy preocupado.
Durante el gobierno de Ney González Sánchez, y derivado de talleres de análisis y trabajo, la Secretaría de Turismo de Nayarit realizó un estudio donde señalaba, entre otras cosas, los puntos en contra que tenía Bahía de Banderas para ser un destino altamente competitivo y que a continuación reproducimos:
1.- Falta de infraestructura de servicios y equipamiento urbano (salud, agua potable, drenaje sanitario y pluvial, educación, relleno sanitario, vialidades regionales y locales).
2.- Imagen urbana bastante deteriorada.
3.- Falta de una plataforma de servicios turísticos de calidad y diversificados (alimentos y bebidas, recreación y entretenimiento, cultura, etc.) que impide promover el destino más allá de “Sol y Playa”.
4.- Dispersión de los núcleos poblacionales que originan problemas de inversión pública en el mejoramiento urbano.
5.- Inventario inmobiliario con predominio de departamentos y condominios que condiciona el dinamismo turístico.
6.- Falta de certidumbre y planeación en los accesos al mar y el uso de playa.
7.- Falta de ordenamiento del transporte público y falta de eficiente sistema de transporte público turístico.
8.- Falta de reglamentación urbana y turística y su aplicación.
9.- Falta de una cultura turística.
10.- Falta de oficinas para la atención especial izada a los inversionistas y empresarios.
11.- Promoción aislada de los diversos destinos turísticos y no adopción de la marca “Nayarit”.
12.- Elevada tasa de migración en el destino, “La operación supera a la planeación”.
13.- Crecimiento anárquico de la mancha urbana.
14.- Altos niveles de generación de desechos sólidos, falta de programas de manejo integral, sitios de disposición final y proliferación de tiraderos clandestinos principalmente en la orilla de la carretera y las playas.
15.- Falta de planificación turística bajo el concepto de sustentabilidad.
16.- Mínima profesionalización de los empleados de primer contacto.
17.- Necesidad de desarrollar una cultura empresarial.
18.- Limitada infraestructura de comunicaciones, en especial carreteras para acceder a los principales atractivos.
19.- Reducida oferta de servicios turísticos de calidad.
20.- Falta de señalización turística.
21.- Limitado conocimiento del perfil, necesidades, satisfacción y expectativas del turista.
22.- Necesidad de integrar dependencias y prestadores de servicios.
23.- Falta de vinculación con Puerto Vallarta, Jalisco.