Pero bueno, usted se preguntará por qué sale a relucir ahora el nombre de Frank Lozano en la prensa local y le podemos responder que por un solo caso, el hecho de que este señor se haya atrevido a escribir en su columna de “Milenio” que la Consulta Ciudadana para la Revocación de Mandato no fue otra cosa más que una “tomadura de pelo”.
Por increíble que parezca, este funcionario que cobra con la mano derecha pero que pega con la izquierda, se ha convertido en el artífice del “fuego amigo” al interior del Ayuntamiento de Puerto Vallarta. Y la verdad no entendemos cómo es que el alcalde Ramón Guerrero, tan estricto que es para la indisciplina de sus colaboradores, soporte una ofensa de esta naturaleza, una clara humillación de alguien de todas sus confianzas que no sólo traiciona esa confianza, sino que va más allá y pone en entre dicho la tan cacareada y presumida Consulta Ciudadana que finalmente aprobó que El Mochilas se quedara en el cargo.
El asunto no es menor, de ninguna manera, ya que fue el mismo Frank Lozano quien orquestó dicha “Consulta, la misma que ahora critica como “tomadura de pelo”, ya que en Guadalajara escribió agrias críticas a este tipo de votaciones calificándolas de “tomaduras de pelo”.
Y bueno, a pesar de ser pieza clave en el gobierno del MC en Puerto Vallarta, ha mantenido un bajo perfil público, pues en Guadalajara quiere hacerse pasar por intelectual recto. Su nombre aun no es muy conocido en la bahía, pero si por el círculo rojo del alcalde, incluso es quien esta atrás de la imagen, los discursos y la política de Mochilas, hasta fue el autor intelectual del Plan Municipal de Desarrollo y quien dirigió la logística para la dizque consulta ciudadana para la “ratificación de mandato” del presidente municipal del pasado domingo, pero de manera totalmente incongruente pone en entredicho su propio trabajo y coloca en una mala situación al presidente municipal, pues hace ver como una farsa la Consulta Ciudadana, como una trampa y un engaño al pueblo de Vallarta.
Otro alcalde en lugar de Ramón Guerrero, ya hubiera puesto de patitas en la calle a este tapatío de nombre Frank Lozano
Pero ¿Quién es Francisco Javier Lozano del Real o Frank Lozano?, bueno antes trabajó para el Instituto Electoral y Participación Ciudadana del Estado de Jalisco, donde cobró muy bien, solamente por su finiquito recibió seis cheques en agosto del 2012 sumando 282mil 212 pesos. En entrevistas él mismo se declara simpatizante del PAN, también tuvo importantes cargos en la Secretaría de Jalisco en tiempos que gobernó el albiazul.
Después se arrimó a buen árbol, con los padrinos de Mochilas de Guadalajara-Tajomulco, y sin trabajar en la campaña ni hacer méritos llegó como muchos a ocupar los mejores puestos del actual gobierno vallartense, el cargo que ostenta es el de subdirector de la Coordinación General de Control y Seguimiento, con el número de empleado 11335, ganando libres ya de impuestos aproximadamente 30 mil pesos mensuales de manera oficial, se desconocen otro tipo de prestaciones, bonos y apoyos.
Muchos directores y jefes de la presidencia municipal le tienen pavor, pues prácticamente es el brazo derecho de Mochilas, dicen que nada se mueve si él no da el visto bueno o supervisa. Hace poco dio de qué hablar a nivel estatal, en el prestigiado periódico Mural, el reportero Erik Sepúlveda escribió una nota donde evidenció que por su culpa se retrasó la mencionada Consulta Pública, promesa de campaña de Ramón Guerrero que haría a mediados de su periodo, es decir en abril del 2014, pues Frank Lozano estaba de vacaciones en Argentina y se daba vuelo presumiendo sus fotos en su cuenta de Facebook, mismas que en su mayoría borró.
Pero volviendo a su columna que tituló “Temporada de Consultas”, tras hacer su análisis de las que promueven panistas, priistas y perredistas, cínicamente evita decir también la que él mismo realizó en Puerto Vallarta para el MC, señala: “La noción de legitimidad que se supone debe aportar la participación ciudadana, se diluye en operaciones políticas calculadas, hechas a la medida de las bases clientelares y las militancias”.
Y con total desvergüenza cuestiona: “En teoría, la consulta pública vendría a ser un mecanismo de participación ciudadana en el que los ciudadanos resultan vitales para construir una agenda, impulsar temas o para la toma de decisiones. No obstante, en las circunstancias políticas actuales, las consultas ciudadanas son tomaduras de pelo”.
Frank Lozano escupe al cielo, y en el periódico de circulación Estatal todavía se atreve a escribir: “A este paso, el concepto de consulta pública terminará tan prostituido como hoy lo está el de lo ciudadano; como lo está la transparencia; como lo está el de lo ambiental; como está el de revolución, por citar algunos.
Y un instrumento que debió prosperar de abajo para arriba, se invierte: ahora, las élites gobernantes y la clase política usarán las figuras democráticas y a los ciudadanos para sus fines políticos. Y los ciudadanos seguiremos en medio, como testigos incómodos de un teatro del absurdo”.
Así se las gasta Frank Lozano, cobra con la derecha, pero apuñala con la izquierda al presidente municipal.