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Sábado, 01 Noviembre 2014 06:09

Viven tapatíos jornada violenta en las inmediaciones del mercado San Juan de Dios

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Por Elizabeth Ibal, Antonio Sánchez y Víctor Chávez (Crónica de El Occidental)

Tarde de brujas vivió la Zona Metropolitana y en concreto el centro de la ciudad, que tras fallido operativo contra el contrabando, la piratería y comerciantes informales en las inmediaciones del mercado San Juan de Dios, todo degeneró en una serie de actos vandálicos en los que dos policías resultaron lesionados a golpes, incendiaron dos automóviles y una motocicleta, además del saqueo a una tienda de conveniencia.



"Nosotros no prendimos la mecha, pero sí tuvimos que venir a apagarla", sentenció el fiscal Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velazco.

El caos reinó por unas cuatro horas en la zona y tuvo que intervenir personal de la policía estatal para llevar todo a la tranquilidad.

Fue al filo de las 14:10 horas cuando el operativo -como había ocurrido semanas atrás en la zona aledaña de Álvaro Obregón- se desplegó en la zona. Al frente, personal de la Procuraduría General de la República, que se concentró en el baquetón de la avenida Javier Mina, frente al mercado San Juan de Dios, aparentemente con el propósito de confiscar mercancía y retirar del lugar a los comerciantes que durante años han permanecido ahí.

Se respaldaron solo por unos policías municipales de Guadalajara, que permanecían ahí para cualquier situación.

Nadie sabe de dónde, pero de pronto (14:35 horas) aparecieron decenas de jóvenes, algunos con mochilas, otros con gorras y lentes, varios más con su rostro cubierto con pasamontañas y paliacates Estos se fueron encima de los policías con palos y piedras, y prácticamente los hicieron huir, dejando a merced de los vándalos una camioneta de la fiscalía, estacionada en plena calzada Independencia, entre Javier Mina y Dionisio Rodríguez, a la que le prendieron fuego.



HORAS DE MIEDO EN LA CALZADA

Ana, quien en ese momento viajaba en el Microbús, de Miravalle hasta el punto de conflicto relató que los guardias de ese sistema de transporte, al llegar a la estación San Juan de Dios, les ordenaron tirarse al piso; ella tomó con sorpresa la indicación, pero aún así la acató. Luego vio como una patrulla tipo Tundra de color gris y placas JR90652 sin logotipos era consumida por llamas. Eran las 15:24 horas.

"Yo dije nos va a tocar aquí explotar junto con la camioneta, para cualquier parte que te fueras había violencia 'para donde te hacías' como pudimos nos cubrimos de las piedras. A las patrullas y bomberos no los dejaban entrar, a las ambulancias las apedrearon", dijo aún con miedo y a la expectativa de una posible agresión por proporcionar su testimonio a este medio informativo.

Los vándalos no conformes con quemar la unidad oficial, se le acercaron al carro propiedad de la casa editorial Milenio, cuyo chofer -el propio camarógrafo trató de sacarlo de la zona- y lo incendiaron entre casi una veintena de sujetos, algunos de ellos con los rostros cubiertos para no ser reconocidos. El automotor quedó por la calzada Independencia, a la altura de la calle de López Cotilla, entre los dos carriles del Macrobús.

Después apuntaron hacia un agente vial que desviaba a los automovilistas en la zona para evitar que sufrieran algún daño, fue golpeado y su motocicleta fue consumida por las llamas.

El ambiente se percibía tenso en la zona todos los comercios ubicados sobre la Calzada y sus alrededores desde Pablo Valdez y hasta Revolución, cerraron sus puertas para evitar ser saqueados como ocurrió con el Oxxo de Javier Mina y la citada arteria, en el que decenas de vándalos quebraron cristales y cámaras de seguridad e irrumpieron para adueñarse de toda la mercancía existente, incluso hasta con los extintores cargaron.

Toda una fiesta era la que se hacía en el exterior cada vez que alguno de ellos salía de la tienda afectada con bebidas alcohólicas y refrescos, eso llegó a causar algunos conatos de riña al negarse varios de ellos a compartir los productos con el resto de los integrantes de la turba,.

Tres grandes columnas de humo, producto de los tres vehículos ardiendo, asemejaban a un campo de guerra.


HICIERON TEMBLAR A REPORTEROS

Ya no respetaban a nadie. Poco antes de las 4 de la tarde se reportó que los sujetos apuntaron ahora hacia los representantes de medios de comunicación y dos camarógrafos de televisoras locales fueron despojados de sus equipos de trabajo, los que quebraron y dejaron inservibles. Miles de pesos se perdieron ahí.

Mientras tanto, cientos de cámaras de celulares atestiguaron cada uno de los destrozos originados en el perímetro ingobernable, muchos presumían entre sí la avanzada tecnología de sus aparatos, con la que decían haber conseguido "las mejores imágenes" del automotor ardiendo.

Llegaron policías de Guadalajara a apoyar, fueron insuficientes. A las 16:00 horas la alerta se dio a todas las corporaciones. La zona estaba fuera de control.

Se sumaron policías estatales, pero también de Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco -que llegó por el costado del parque Agua Azul- y Zapopan, que cruzó por el barrio de Analco hasta ubicarse en pleno centro de la ciudad.

La zona fue acordonada diez cuadras a la redonda, se tomó el control del crucero y poco a poco fue cerrándose el perímetro.

Dentro y en el exterior de la otra tienda de conveniencia del área se encontraban los comerciantes ofendidos, encabezados por Julio Ríos, quien se deslindó de los actos vandálicos consumados en la zona, dijo que ellos no son delincuentes y aseguró que todos los desastres los realizaron ciudadanos solidarios que se inconformaron por los constantes operativos contra ellos (los vendedores) "ahí están las cámaras, son gente común y corriente que simpatizan con nosotros".

Luego de casi tres horas de absoluto descontrol e ingobernabilidad, docenas de elementos antimotines de la Fuerza Única a pie y a bordo de sus camionetas, liderados por el Fiscal General de Jalisco, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco y el comisario de Seguridad, Alejandro Solorio comenzaron a adentrarse en el perímetro, a lo que todo se volvió un caos. Hombres y mujeres de todas edades comenzaron a correr para ponerse a salvo ante una posible redada.

Con voz potente muchos de los gendarmes comenzaron a indicarles que se retiraran del lugar y volvieran a sus casas; mientras otros dispersaban a los replegados en los distintos puentes peatonales desde dónde apreciaban las escenas. Cayeron entonces los primeros cuatro detenidos, todos por robo a la tienda, ninguno por los desmanes, como lo informaría el fiscal general.



SINTIERON PAVOR

El sonido de las patrullas era ensordecedor, pero aun así, muchos de los desastrosos continuaban presentes. Después de casi media hora de la irrupción policiaca el ambiente el histórico hecho volvió a la normalidad.

Los jóvenes, que apuntaban ya a saquear una tienda de Seven Eleven situado también por la calzada Independencia, desistieron de su idea y escaparon corriendo.

"Nosotros no prendimos la mecha y tuvimos que llegar a apagarla", sentenció el fiscal general Luis Carlos Nájera, que dialogó con comerciantes y acordó ayudarlos a recuperar la mercancía que les habían incautado en principio. De los vándalos, no hay pistas, solo hay imágenes, captadas por algunos medios de comunicación y la gran cantidad de cámaras que hay en el crucero
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