Fue mediante un reporte hecho al 066 por parte de un familiar de las víctimas, que se alertó a la Policía Preventiva sobre los hechos a las 08:22 horas, informando que en el interior de la finca marcada con el número 277 de la calle Niza se encontraba una persona armada y temía por la seguridad tanto de él como de quienes habitaban en la vivienda.
Al lugar acudieron efectivos de la Policía, quienes siguiendo los protocolos de seguridad ingresaron a la finca, detectando que en una de las recamaras se encontraba una mujer de avanzada edad tirada en el piso y ya sin vida y en otra de las habitaciones una mujer más joven también fallecida. En una tercera habitación se encontraba Sergio de Santiago, de 28 años de edad, quien estaba escondido, por lo que los oficiales ingresaron y lo detuvieron.
En la cama de la persona detenida se encontraron dos machetes de diferente tamaño los cuales presentaban manchas hemáticas y al cuestionar al detenido sobre lo sucedido, se detectó que éste se encontraba fuera de sí (al parecer es esquizofrénico) y con desvaríos dijo que privó de la vida a sus familiares en defensa propia, porque no le daban de comer.
De acuerdo con información proporcionada por algunos parientes, las víctimas responden a los nombres de María Guadalupe García Rodríguez de 40 años de edad y Blanca Clotilde Rodríguez Herrera de 71 años, cuyos cuerpos presentaban múltiples heridas producidas con arma blanca.
En el sitio se presentaron el Agente del Ministerio Público Alejandro Valencia Salazar y la perito en criminalística, Carmen Ramírez Cano, así como elementos de la Fuerza Única Jalisco a cargo del comandante Rosalío Delgado, quienes se encargaron de realizar las pesquisas y de trasladar los cuerpos al anfiteatro del Servicio Médico Forense.
En lo que respecta al detenido Sergio de Santiago, fue puesto a disposición de la Fiscalía General del Estado para que se le realicen los estudios correspondientes y de esta manera determinar jurídicamente si la persona padece una enfermedad mental y de esta forma acreditar que es inimputable la conducta que desplegó hacia sus consanguíneos.