Juan José Navarro Amaral, titular ecología puntualizó que como parte de un trabajo normal de revisión, fueron localizados y capturados los cocodrilos, y explicó que "es justo por la creciente de ríos, la fragmentación y reducción de su hábitat que los animales se desplazan y podría parecer que hay una sobre población de los mismos, sin embargo, esto no es así".
Los animales no representan ningún riesgo para la población, siempre y cuando se les respete su espacio vital y se acaten las recomendaciones de las autoridades.
Recordó que regularmente los cocodrilos cuando nacen o son capturados son marcados ya sea por el estero El Salado, la Dirección de Medio Ambiente y Ecología, o el Centro Universitario de la Costa; entonces hay un número específico para que la identificación.
En esta ocasión los organismos capturado tenían los números 309, 325 y 464 y median 3.53 metros, 2.16 metros y 3.65 metros respectivamente.
“Estos animales son una especie protegida, desafortunadamente poco a poco hemos ido reduciendo su espacio y seguramente será más frecuente tener avistamiento de estos organismos en áreas que no son tan comunes. Nuestro programa de cocodrilos tiene como base la captura y reubicación de los animales cuando entran en conflicto con el hombre; por eso es importante los reportes de la ciudadanía e inclusive tenemos registros de zonas donde cada año por las lluvias se hacen lagunas y los cocodrilos se establecen ahí, lo que pedimos a la comunidad es que sea sensible hacia el respeto de este animal”, mencionó Juan José Navarro.
El funcionario comentó que están trabajando en la localización y captura de otro ejemplar en la Vena de los Tules, en donde incluso se han hecho adecuaciones a fin de reducir el nivel de agua.
Recalcó que es muy importante respetar los señalamientos y el área natural de esta especie y en caso de ver algún cocodrilo en zonas urbanas o que no correspondan a su hábitat, se debe reportar a la Dirección de Medio Ambiente y Ecología, en el teléfono 1788225, así como mantener una distancia mínima de 10 metros, no alimentarlos porque el ejemplar podrá relacionar al humano con la comida, tampoco arrojarles objetos, pues los cocodrilos no se mueven a voluntad de quien los observa, sino cuando ellos lo necesitan, y no se deben cazar o capturar pues ello constituye un delito federal.