Desde luego, no queremos insinuar, ni por asomo, que el dirigente de la Coparmex extorsione o intente extorsionar a sus agremiados. No, para nada. El punto es que el Centro Empresarial parece más bien un club de Tobi, que ahora pretende erigirse en el árbitro del proceso electoral de Puerto Vallarta, cuando no tiene la más mínima calidad moral para hacerlo.
EL ENCERRON
Sin embargo, a alguien se le ocurrió la peregrina idea de organizar un debate que más bien suena a un “encerrón político” para linchar a algunos candidatos y favorecer a otros. No sé porque nos huele que atrás de esta ocurrencia está la mano del inefable magnate de los tiempos compartidos, Fernando González Corona, quien junto con su esposa y otros paleros buscan influir para que la presidencia municipal de Puerto Vallarta sea ganada por uno de sus incondicionales.
El escenario que busca el titiritero es encerrar a los candidatos que van arriba para bajarles unos cuantos puntos en las preferencias electorales. Al menos, Arturo Dávalos se dio cuenta de la jugada a tiempo y declinó la invitación a debatir. En un comunicado, Dávalos dijo que es preferible que este tipo de ejercicios los organice el Instituto Nacional Electoral, cual debe.
Pero bueno, Fernando González Corona está metido de lleno en el proceso electoral, primero presiona a los candidatos para que firmen un documento donde se comprometan a la rendición de cuentas y a permitir que la “sociedad civil” (aunque en el fondo son los mismos empresarios voraces) maneje la contraloría municipal del próximo Ayuntamiento; y después, mueve los hilos para que Arnulfo Ortega coacciones a los abanderados de cada partido para que debatan este martes en un salón del hotel Holiday Inn.
Si fuera inteligente, Arnulfo Ortega debería cancelar el “debate” y esperar –o hacer un llamado—a que el INE o el IEPC sean los árbitros de un ejercicio de esta naturaleza. De lo contrario, corre el riesgo de que en pleno “debate” le recuerden al mismo dirigente de la Coparmex que él mismo está metido en líos jurídicos por un pleito familiar y un presunto despojo de tierras que pertenecieron a su papá, un señor que fundó la pastelería “Don Chonito”; o que tiene varios pendientes en la Junta de Conciliación y Arbitraje porque trata con la punta del pie a sus trabajadores.
EL CAMINO
Otros candidatos, como Andrés González Palomera, deberían seguir el camino de Arturo Dávalos y declinar la invitación de la Coparmex, pues también corren el riesgo de que los agarren de tiro al blanco o más bien, como en las ferias, de “péguenle al negro”.
Si el “debate” de la Coparmex sigue este camino de rechazos, lo más seguro es que el ejercicio programado para este martes a las 18:30 horas termine como el programa de las lavanderas, o que sirva para que la chiquillada exponga su libreto sacado de “La utopía”, el libro de Tomás Moro, que nos recuerda que de que los hay, los hay.
Y es que por si esto fuera poco, los organizadores del “debate” se pusieron exigentes con la prensa, al pedir fotografía, acreditación y demás para cubrir tan magno evento. Oiga usted, ni que fuera la pelea de Floyd Mayweather Jr., contra Manny Pacquiao.
Pero todavía más indignante, en la invitación señalan que al final del evento se darán todas las facilidades para que los reporteros entrevisten a los candidatos participantes.
La verdad qué flojera. Ya me veo escuchando mentiras, propuestas vacuas y promesas insultantes (porque nunca las cumplen) durante un largo periodo de tiempo, para al final buscar la entrevista de uno de estos iluminados que pretenden gobernarnos por tres años más.