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Lunes, 07 Septiembre 2015 01:31

En complicidad con Reglamentos Municipales, propietaria de ramada “Eduardos” convierte su espacio en una escandalosa cantina… en Boca de Tomates

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Por Jorge Olmos Contreras

Su nombre es Verónica Plasencia López, una mujer madura que ha sabido aprovechar muy bien sus relaciones con altos funcionarios del Ayuntamiento de Puerto Vallarta para atropellar a sus vecinos de la Boca de Tomates, alterar el orden público y afectar con ruido el estero Boca Negra, anidación de tortugas, cocodrilos y otras especies en peligro de extinción.

 

En su ramada denominada “Eduardos” se han visto desfilar funcionarios como el Director de Tránsito Municipal, Jesús Rodríguez Campoy y su igual, pero de Reglamentos, Moisés Magaña Baltazar, además de una serie de inspectores que piden comida y bebida gratis.

Por ello, la señora se ha envalentonado y poco le ha importado que sus compañeros de los otros negocios se quejen de ella, pues dice que Reglamentos le hace lo que el viento a Juárez.

De unos días para acá, Verónica Plasencia se ha vuelto tan agresiva con sus vecinos, que ya provocó que trabajadores de ella y otras ramadas se agarraran a machetazos, todo porque la señora, en su afán de acaparar a toda la clientela posible, obstruye el acceso a los otros restaurantes y sólo permite que ingresen vehículos a un área de estacionamiento que ella misma se auto asignó.

Y así le va a aquél comensal que aparque su carro ahí y se vaya a otra palapa, pues lo agreden y dañan el auto.

Las cosas se han salido de control en Boca de Tomates a causa de Verónica Plasencia y nadie quiere que este lugar de descanso y diversión que atrae a cientos de turistas y comensales, se vea afectado por la necedad de esta señora que por su propia ley mete banda en vivo, lo cual no sólo altera la tranquilidad de los otros restaurantes –pues en “Eduardos” se vive un ambiente de cantina—sino que el alto ruido afecta directamente al estero Boca Negra, sitio de especies en peligro de extinción como el cocodrilo.

Sin embargo, cuando los afectados de otras ramadas llaman a Reglamentos, les dicen que no pueden hacer nada. Y cuando solicitan la presencia de tránsito municipal para que no tape con carros el ingreso a otros negocios, les contestan que tampoco pueden hacer nada porque es zona federal, aunque para ir a comer de a gratis sí que pueden, comentan los otros restauranteros.

El pasado 29 de abril, los dueños de las Ramadas “Pirrus”, Sabino Ron”, “George”, “Chavela”, , “Leo”, “Tomás”, “Pachuco”, “El Chavo” y “Cocodriloco”, entregaron un escrito al Ayuntamiento, a la Oficialía mayor de Padrón y Licencias, a la sala de regidores y al delegado de Las Juntas, donde piden que no se permita tener música de banda en vivo a la Ramada “Eduardos”, ya que además del molesto ruido, la señora se maneja con un horario de 3:00 pm hasta las 10:00 de la noche los días domingo, “rompiendo con ello la tranquilidad de la playa y molestando a todos y cada uno de nuestros clientes, ello porque se les había prohibido el uso de micrófonos y bocinas, optando libre y deliberadamente por la música de banda en vivo”.

“Aunado a lo anterior, dicha música de banda en vivo son causantes de huacos, gritos, palabras altisonantes que alteran la paz y orden público y que inclusive ha terminado en pleitos, y hay que recordar que las ramadas son familiares”.

A poco más de cuatro meses de que los dueños de las otras Ramadas se quejaron, nadie en el Ayuntamiento ha hecho algo para solucionar este conflicto que amenaza con salirse aún más de control.

En pocas palabras, Verónica Plasencia hizo de su restaurante una escandalosa cantina… con la complacencia de las autoridades municipales.

 

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