En la junta estuvo como invitado especial el presidente municipal de Puerto Vallarta, Arturo Dávalos Peña, quien llegó acompañado por su equipo de confianza conformado por Guillermo Salcedo y Santiago Centeno Ullín. Entre los empresarios, destacó el doctor Jorge Villanueva Hernández, dueño del hospital CMQ Premier; el propietario del hotel Velas Vallarta, Juan Vela; Eduardo Legorreta, de Opequimar; la presidenta de la Canirac, Evangelina Sánchez; el dueño del hotel Las Palmas, Gabriel Igartúa Sánchez; el propietario del desarrollo Sierra del Mar, Carlos Osuna; el mandamás del restaurante “La Leche”, Ignacio Cadena Berau, entre otros.
Y aunque se utilizó el membrete de la Asociación de Empresarios, la encerrona fue convocada por el priista Jorge Villanueva Hernández, quien tiene cierta amistad con Enrique Alfaro por haber sido compañeros de legislatura años atrás en el Congreso del Estado, lo cual le da cierto margen de maniobra para aglutinar a una pequeña parte del empresariado local en torno a una misma causa y tratar de hacer valer su peso para dictar la agenda, al menos de los temas que ellos consideran son los más importantes en estos momentos para Puerto Vallarta.
Sin embargo, no se observó, ni se observa hasta el momento, a un empresariado preocupado por otros temas que no son menos prioritarios para Puerto Vallarta y Bahía de Banderas. Más bien se siente como un club de Tobi privado que busca entrometerse en asuntos que son competencia exclusiva de la autoridad municipal.
LOS INTERESES
Por ejemplo, el hecho de que los empresarios estén pugnando por exigir el establecimiento de un Reglamento de Asociaciones Público Privadas Municipales, es una clara intención de pretender doblegar al gobierno municipal para que acepte el manejo de órganos públicos a través de manos privadas, pero con un presupuesto también público, como el mentado Patronato del Centro Histórico, donde querían que el Ayuntamiento les autorizara un presupuesto anual de nueve millones de pesos.
Como el alcalde Arturo Dávalos no permitió que algunos empresarios, manejados por Jorge Villanueva controlaran el Patronato, ni mucho menos obtuvieran un peso del erario municipal, se replegaron. Y como tampoco lograron los votos suficientes para que repitiera en la presidencia de dicho patronato el maestro Luis Zúñiga Bobadilla, ahora buscaron acercarse a Enrique Alfaro Ramírez, a quien ya ven como el próximo gobernador de Jalisco, para pedirle que los apoye en todas sus peticiones.
Desde luego, Enrique Alfaro sólo los escuchó y les dijo que “órale, va, todo el apoyo que necesiten”, pero no les dijo cuándo ni cómo se van a aterrizar los proyectos que piden los señores del sector privado, sólo les recordó que el enlace directo para todo lo que tenga que ver con asuntos del gobierno municipal, es por supuesto, el alcalde Arturo Dávalos Peña.
También les señaló Enrique Alfaro que otro conducto para establecer cualquier puente de comunicación con él, es la regidora Susana Rodríguez Mejía, por ser la presidenta de la Comisión de Turismo y por ser la persona que tiene mayor cercanía con los empresarios de este grupo, en especial con Jorge Villanueva Hernández, Gabriel Igartúa y Juan Vela.
EL PUENTE
El otro tema fue el puente Federación que comunicaría por la brecha de Ixtapa a San José del Valle a los dos municipios, y cuya obra será determinante en la conurbación de esta zona que divide a dos estados de la República, pero que ya están más unidos que nunca y tienen la tendencia a convertirse en una gran zona metropolitana, ya no solo en un corredor turístico.
En este contexto, el otro punto que le informaron a Enrique Alfaro es el fortalecimiento del Instituto de Planeación Metropolitano, organismo que será punta de lanza para todo lo que tenga que ver con el ordenamiento urbano, tanto de Puerto Vallarta como eventualmente con Bahía de Banderas.
EL CLUB
Al término de la reunión quedó esa sensación de que no estuvieron todos los que son empresarios importantes en Puerto Vallarta ni fueron todos los que eran, es decir, todo parece indicar que este es un mero club de Tobi comandado por Jorge Villanueva Hernández, quien al interior de la Asociación de Empresarios de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, ya ni siquiera tiene el contra peso de un empresario de la talla de Fernando González Corona (No al menos en esta junta), ni de un Álvaro Garcíarce, pues la mayoría de los asistentes representan a la chiquillada, es decir, a la morralla del empresariado local.
¿O no me diga usted que la señora Guadalupe Bayardi –ex presidenta de la Canirac-- representa los intereses de alguien, o que está aglutinada en un grupo de empresarios con peso específico, medidos desde luego por el número de sus fortunas?... Pues claro que no, de hecho Lupita ya no es empresaria de nada.
¿O que Nacho Cadena sea un digno representante de empresario alguno o que tiene lo suficiente como para hacer valer su voy y su voto en dicha Asociación?... Pues por supuesto que no, al señor sólo le interesa promocionar su restaurante con dinero público del Fideicomiso de Turismo.
U otros que no tienen la suficiente moral como para representar a empresarios, como la señora Evangelina Sánchez, que está a punto de ir a prisión por hacer declaraciones falsas ante una autoridad, y cuyo restaurante es lo único que tiene para tratar de influir en la toma de decisiones, toda vez que su membrete como presidenta de la Canirac, deja mucho que desear, ya que se le va la vida en simples declaraciones vacuas a la prensa y en salir en la foto y en la radio, cada que un reportero desesperado por conseguir notas, le arrima una grabadora.
Otro que tiene muy negros antecedentes es Eduardo Legorreta. O ya se les olvidó que fue uno de los que rescató el famoso Fobaproa, junto con su hermano Agustín, luego de que éste último cometiera un terrible fraude bursátil. Ah, pero ahora forma parte del Club de Jorge Villanueva, que se van por la libre para imponer sus designios tanto a Enrique Alfaro, como a Arturo Dávalos.
EL VÍNCULO INDISOLUBLE DE JORGE
Y bueno, Jorge Villanueva hace lo que puede, aprovecha su amistad con Enrique Alfaro y la pretende convertir en un vínculo indisoluble para tratar de imponerle una agenda al alcalde tapatío que, para esas cosas es todo un experto y se pinta solo, jamás se dejaría manipular por un empresario en cuyas venas corre sangre priista y cuyos antecedentes en su vida universitaria, representan una huella indeleble de su personalidad, que ni el mismo tiempo puede borrar.
Bajo este escenario, también vale la pena decir que la reunión fue una junta privada bien intencionada, de eso no queda la menor duda; pero póngase usted en los zapatos de un presidente municipal como Arturo Dávalos, a quien estos empresarios del Club de Tobi de Villanueva desdeñan, minimizan, le restan importancia, no lo toman en cuenta para los asuntos prioritarios de la ciudad que gobierna; y sí, en cambio, buscan intermediarios para que a través de acciones de tipo político, traten doblegarlo para que acate recomendaciones que sólo buscan un interés personal y de grupo, como el mentado Reglamento de Asociaciones Público Privadas.
Creemos que los empresarios de este clan están errando las formas, ya que en estos momentos Enrique Alfaro no es el presidente municipal de Puerto Vallarta, sino de Guadalajara. Que el señor Alfaro todavía no es gobernador, y que en Puerto Vallarta tenemos un alcalde que se llama Arturo Dávalos Peña.
Ahora bien, veamos las cosas desde otra perspectiva: Por qué, por ejemplo, estos empresarios que dicen estar muy preocupados por Puerto Vallarta, no se atrevieron a cuestionar, delante de Alfaro y de Dávalos, el contrato aprobado el pasado viernes por el Pleno del Ayuntamiento, entre el Instituto de Pensiones del Estado y la Administración Municipal, para entregar en dación de pago a la UMA, sin que hayan existido de por medio denuncias penales contra los tres últimos ex presidentes municipales, Ramón Guerrero Martínez, Salvador González Reséndiz y Javier Bravo Carbajal, lo cual es una patente de corso para que estos pillos sigan disfrutando las mieles del poder y haciendo dinero bajo la misma sombra.
¿Por qué se quedaron callados?
¿O son empresarios de noche y agachones de día?
Que ellos mismos lo digan, porque tenemos muchas dudas... ¿o usted no estimado lector?