De acuerdo con fuentes internas de la Dirección de Seguridad Ciudadana, los hechos ocurrieron alrededor de las 0:40 horas del sábado --en el momento en que un grupo de policías municipal realizaba operativos preventivos para evitar que turistas cometieran faltas administrativas, se comportaran agresivos, portaran armas, hicieran sus necesidades fisiológicas en la vía pública etc.-- ya que fue justo afuera del antro conocido como “Mandala” donde se llevaba a cabo la revisión a unos jóvenes, pero en eso salió de algún lugar el reportero Evaristo Tenorio en estado inconveniente y trató de obstaculizar el trabajo de los oficiales; les gritaba que no fueran abusivos, prepotentes etc., pero los gendarmes le explicaban que sólo estaban realizando acciones preventivas, que no interviniera.
Sin embargo, ya en avanzado estado etílico, Evaristo Tenorio hizo caso omiso a lo que le indicaban los policías, de no intervenir, por lo que de pronto sacó una cámara para tratar de grabar lo que estaba sucediendo… pero como no podía sostenerse y balbuceaba, le recomendaron una y otra vez que no interviniera. Una mujer policía se le acercó para persuadirlo de que no obstaculizara la labor policiaca, y fue en ese momento en que el reportero le gritó insultos a la oficial y le arrojó toda la bebida que traía, es decir, vació todo el líquido en la economía corporal de esta fémina, representante ella de la autoridad.
A partir de ese momento –informan las fuentes de la municipal--, el grupo de policías que participaban en el operativo preventivo, procedieron a detener al agresivo personaje, presunto comunicólogo, que no para de gritar que él era de la prensa y que no se lo podían llevar.
Pese a los gritos, el corresponsal de TV Azteca fue arrestado, lo subieron a una patrulla y se lo llevaron a la cárcel municipal de “Las Juntas”, donde le tomaron fotografías y al parecer hasta un video por su forma agresiva de comportarse.
Lo grave de todo esto, es que el reportero no duró mucho tiempo detenido en los separos municipales, toda vez que un importante funcionario del Ayuntamiento, intervino para que le entregaran al periodista, sin que se haya seguido el debido proceso de ponerlo a disposición de un juez municipal –como cualquier ciudadano--, quien tiene la facultad de ponerlo bajo arresto administrativo o fijarle en ese momento una multa por la agresión que efectuó contra una oficial de la Policía Municipal, pero esto no sucedió.
Después de 24 horas del escándalo, ha trascendido que Evaristo Tenorio estaba acompañado del también reportero Osvaldo Granados, que ambos estaban tomando desde muy temprano el viernes, y que ya entrada la noche andaban muy ebrios, por lo que al corresponsal de TV Azteca se le habría hecho fácil comportarse agresivo y prepotente con la autoridad municipal, confundir su condición de periodista y arrojarle un vaso con vino a la mujer policía, “que insistimos, añadieron nuestros informantes, sólo cumplía con su trabajo”.
Lo peor de todo, agregan, es que varios policías municipales fueron testigos de cómo Evaristo Tenorio los ofendió al salir de la cárcel municipal con una frase parecida a: “¡Ya ven putos, me la pelaron!”.
Habrá que esperar si la Dirección de Seguridad Ciudadana proporciona copia o audio del video, para determinar las palabras altisonantes utilizadas por el reportero al momento de salir libre mediante influencias, y quién o quiénes participaron en su irregular liberación.
En este mismo tema, ya por la tarde del sábado, la jefatura de prensa de la policía municipal envió el parte informativo a los medios de comunicación, pero no se incluye nada de este incidente. Y sí, en cambio, manejan tres o cuatro casos de detenidos por agresivos en la vía pública, y hasta pusieron los nombres de los presuntos, pero no el caso del corresponsal de TV Azteca.
PRECISIÓN IMPORTANTE:
De la Dirección de Seguridad Ciudadana, informan que el reportero Evaristo Tenorio, en efecto, fue detenido por ebrio y agresivo y por obstruir el trabajo de los policías, pero que nunca llegó a los separos, sino que alguien abogó por él, y que después de una hora de estar en el lugar de los hechos, y cuando estaba a punto de ser trasladado a la cárcel, fue liberado.
En otras palabras, sí aplicó el influyentismo, ya que fue "rescatado" por alguien.
