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Lunes, 08 Agosto 2016 21:40

La triste historia de “El Bioto”, un presunto caso de explotación; fue atropellado ayer en el crucero de Las Juntas

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Por Jorge Olmos Contreras

Un señor jorobado, sin camisa, con voz ronca y exigente, y al que sólo conocen con el apodo de “El Bioto”, fue atropellado la tarde del lunes en el crucero de Las Juntas. Un pesado camión urbano, el U-227, le pasó dos veces por la pierna derecha y lo lesionó de gravedad. Tuvo que ser trasladado a un hospital social para ser atendido.

Es un personaje que ya es parte del paisaje urbano. Todos los días, desde muy temprano, ya está él ahí, en el camellón de la carretera de salida de Ixtapa en su cruce con la calle principal de Las Juntas, o bien, en la curva de la carretera que va de Puerto Vallarta a Bahía de Banderas.

Su mal humor y su descuido personal –siempre está desnudo de la cintura para arriba, pese a los inclementes rayos del sol—son una fama bien ganada en toda la delegación de Las Juntas, donde los vecinos comentan que este señor sufre de explotación por parte de sus familiares, ya que prácticamente lo obligan a pedir limosna para que los mantenga.

“El Bioto” madruga, desde las 7:00 u 8:00 de la mañana ya está taloneándole para sacar pal “chivo”. Su presunta esposa, una señora ya grande, no falta al crucero, es puntual, llega a las 10:00 de la mañana todos los días para exigirle a este señor que le entregue lo recaudado de las primeras horas, dizque para hacer de comer.

Más tarde, la señora vuelve a aparecer para quitarle las monedas que juntó “El Bioto” en un lapso de seis horas. A veces hasta sus hijos –tiene dos que se le conozcan--, ya grandes ellos, se suman a la explotación de este indigente.

Ayer los muchachos estaban más preocupados por fumarse unos churros de marihuana que por el destino de su padre. Como que no les importó lo sucedido.

Sin embargo, y con todo lo dura que ha sido la vida para “El Bioto”, él no se amilana, con el coraje que tiene contra todo mundo y así como detesta a la sociedad –a la que culpa de todos sus males--, emprende su lento caminar hacía el crucero. Él sabe muy bien que ahí está el dinero, que sonando y agitando con dureza el bote y tocando fuerte a los vidrios de los automóviles, puede conseguir mucho, al menos para sacar para los gastos del día.

TODO POR UNA MALDITA GONDOLA

La historia de este señor está llena de accidentes. Él era un hombre trabajador, responsable, pero un mal día, lo atropelló una Góndola –un trompo de esos que mezclan cemento—y lo dejó casi paralítico. El golpe que le propinó el pesado automotor en ese entonces, le afectó la columna vertebral, por eso camina jorobado, y por eso mismo está enojado con todos los que se le acercan, aunque a todos les pide dinero.

Como si los ciudadanos tuviéramos la culpa de su desgracia, arremete contra todo aquél que osa no darle una moneda, pues hasta les recuerda el 10 de mayo a muchos, y les grita y maldice cuantas veces quiere.

Ayer el maldito destino le jugó otra mala pasada, ya que el chofer de un camión urbano –de los azules—no alcanzó a divisar al pobre infortunado por el retrovisor, y al arrancar el bus, aplastó con las llantas la pierna derecha de este hombre que, de por sí está mal de su sistema locomotriz y con este accidente podría quedar peor.

Todos lamentamos su situación, todos nos compadecemos y le damos una moneda de vez en vez, pero sería bueno que el DIF interviniera para investigar si se trata de un caso de explotación laboral de este indigente o si lo obligan a hacer otras cosas.

El delegado de Las Juntas hace como que escucha el “problema” llamado “Bioto”, ya que los vecinos de Las Juntas se han quejado porque el hombre duerme en la calle –a pesar de rentar un pequeño cuarto--, nunca se baña y arroja sus desechos fisiológicos a la vía pública.

Con el calor, el mal olor llega a las narices de todos los que están a su alrededor, pero nadie se ha molestado por ayudar a este hombre, quien como usted y como yo, algún día fue una persona normal… hasta que sufrió el primer accidente.

Del segundo percance, el de ayer, todos deseamos que se recupere, pues los indigentes también son parte de esta sociedad injusta y de contrastes.

 

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