El organismo tampoco avisó a los vecinos que se realizaría el cambio de medidores –se supone que todavía funcionan los actuales--, ni que abrirían la calle casi de lado a lado.
Y es que estos empleados del Seapal, en su afán por cambiar en forma rápida los medidores, dañaron la tubería interna y tuvieron que abrir un hoyo para poder repararla, pero sólo consiguieron que se inundara y se hiciera un cochinero, con la molestia de los colonos afectados.
Los vecinos también se quejaron por el comportamiento de estos trabajadores, ya que se la pasan gritándose entre sí con groserías muy fuertes, sin importar que las amas de casa y niños los estén escuchando.
Los habitantes del Palmar de Aramara exigen que Seapal repare la calle, que deje el lugar como estaba y que al menos informe sobre el cambio de medidores y o de una explicación del por qué siempre dejan las calles como zona de desastre.