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Sábado, 21 Diciembre 2013 05:33

Abusos policiacos en Ixtapa y el Mayor Rogelio Hernández no hace nada para impedir la violación de los derechos humanos

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Por Gerardo Sandoval Ortiz

A las cuatro y media de la tarde del sábado 15, la tranquilidad del vecindario Idipe, en Ixtapa, se rompió por los gritos y golpes que a la puerta de una finca daban un grupo de policías municipales. En fracción de segundos, lanzada la amenaza de que echarían la puerta del departamento 23, los genízaros sacaron a jalones, empujones y golpes a Iván y lo trasladaron a la batea donde ya tenían esposada a su pareja.

 

Los ojos de lo curiosos no importunaron el trabajo de los uniformados y con exceso de violencia sometieron a los dos párvulos.

¿Porque me detiene jefe? Intentó Iván en vano cuestionar al oficial que lo mantuvo sujetado del cuello. Como respuesta, se ganó otras dos últimas cachetadas, uno a puño cerrado y en pleno rostro. A un nuevo cuestionamiento, lo tomó de la cabeza y lo azotó contra el piso de la patrulla.

Una señora de edad avanzada observó a metros el trato dado a David Iván Guerrero Campos y Elizabeth Benítez Pablo. Luego fue identificada como la agraviada por el par de mozalbetes y un tercer jovenzuelo no detenido ni tampoco identificado. Son tan malos nuestros policías que el inesperado huésped del departamento 23 se les escapó por la ventana que da a la calle.

En el fraccionamiento Idipe de Ixtapa todos conocen al hijo de David Guerrero. Llegó al departamento 23 cuando apenas tenía un año de edad y ahí creció, en un ambiente hostil que a la larga, lo aisló de las oportunidades y quedó arropado por la malvivencia. La violencia doméstica, drogas y la delincuencia común ha sido su vida. Si alguien afirma que Iván ha pisado una docena de veces la cárcel no es una exageración, y mas aun, quizá se quede corto.

La breve historia narrada líneas abajo es cosa común de cualquier asentamiento popular de Puerto Vallarta. A veces recogidos por algunas razones o por haberlos presenciado el autor y porque al siguiente día, un periódico de corte policiaco publicó a doble página los hechos. No es todo. Solicitamos el parte informativo y al cotejar las dos informaciones, hay disparidades, y al asociar ello con los hechos ocurridos también, abundan incorrecciones, desinformaciones y falsedades.

Estamos claros que la nota recogida por el reportero del Meridiano, “Jesús Calata”, fue de buenas intenciones pero eso no implicó que se apartara de la realidad. Tomó foto y nota en los patios de la policía, segundos antes de poner en barandilla a la parejita.

Primero, retomemos tres párrafos del parte que la jefa de prensa de la Comisaría de Policía Preventiva y Vialidad, Verónicas Rodríguez Díaz muy amablemente nos hizo llegar:

Siendo las 17:03 horas del sábado 15 de Diciembre, se recibió el reporte de Base Care que por la calle México e Independencia en la delegación de Ixtapa se encontraban dos personas drogadas y agresivas con una persona del sexo femenino, motivo por el que se dirigieron al lugar los oficiales de la Policía Preventiva y se entrevistaron con la señora María Lourdes Barbosa Torres informando que no conocía a la pareja y estos la querían agredir a golpes.

Ante ello se les llamó la atención y se les pidió que se retiraran del lugar, en lugar de acatar la indicación se pusieron bastante agresivos y empezaron a gritarles a los uniformados “cuicos culeros váyanse a la v…” al tiempo que se les dejaban ir a golpes, motivo por el que fueron asegurados.

Al realizarles una revisión, a la femenina se le encontró en su poder una bolsa negra de plástico y en su interior un DVD portátil en color negro, mismo que dijo no sabía de dónde lo había tomado, sin embargo al no existir un señalamiento de robo de parte de algún afectado, solo se ingresó a los detenidos a las celdas municipales por falta administrativa.

La última parte de apega a la verdad. Se les recogió un aparato, del cual existen fotografías, una de éstas publicada en el diario. A la pareja de detenidos se les liberó unas 15 horas después y por consideraciones de la autoridad, solo se trató de una falta administrativa. No les cobraron multa pues pagaron con tiempo de cárcel.

La gendarmería hizo lo recomendable. Si se cumple con los protocolos, debió existir un examen médico y el galeno de guardia consignar los golpes en la humanidad del detenido. Nada se dejó constancia y prefirieron ordenar la liberación de los detenidos.

Respecto a la nota periodística, en esta se informa que la pareja “está a disposición del MP”. Se indica que la aprehensión ocurrió luego que una señora, en la avenida Independencia, enteró a los policías que los detenidos le arrebataron el DVD y se echaron a correr rumbo al mercado.

“Los policías se inmediato se activaron y a los pocos minutos lograron interceptar a los sospechosos, mientras que uno mas se les dio a la fuga”. Concluye la nota, breve por cierto, pero con abundantes imágenes, que la afectada aseguró que acudiría a interponer su denuncia correspondiente.

Un hecho hilado con un segundo, ocurrieron. De eso es seguro. La señora agraviada existió pero luego prefirió esfumarse. Existe el DVD pero ya nadie sabe en dónde quedó, pues nunca apareció el dueño.

Es claro que los policías que realizaron la detención falsearon sus testimonios al rendir el parte a sus superiores. No es cierto, como sostiene la nota periodística que “los interceptaron”. Como al principio se afirma en esta escrito, los policías llegaron a la puerta del departamento 23, bajo amenazas, lograron convencer a la pareja de Iván abrir la puerta y la sometieron con exceso en el uso de la fuerza. Le dieron sus cachetadas guajoloteras, la esposaron y la usaron para obligar abrir la puerta por segunda vez. Uno o dos minutos de gritos y golpes, amenazas de que iban a tumbar la puerta, llamaron la atención de los vecinos. La amenaza se cumplió, cuando a punta de golpes lograron abrir la puerta y arrastraron a Iván a la calle. Lo sometieron a golpes y los uniformados lo dejaron de golpear cuando llegaron otros dos patrulleros de moto a reforzar el operativo.

Cuenta Iván que él estaba dormido al momento de los golpes a la puerta de la casa de su padre David. Los policías forzaron la puerta y entraron por él. Los vecinos aparte añaden que vieron saltar por la ventana a un tercer sujeto. Todo indica que éste pudo haber sido el responsable del robo del DVD y en su huída buscó esconderse en el depa 23. Pero, sucede que la policía tiene perfectamente ubicado tal domicilio. También saben quién es Iván y a qué se dedica. Mas aun, el mismo sitio ha sido allanado por personal de la marina y no pocas veces, han estado ahí policías municipales. Nunca han podido hallar evidencias de algo ilícito, drogas o partes productos de robo.

Ningún vecino en su sano juicio está en condiciones de salir en defensa de Iván. El muchacho no tiene solución. Tampoco el autor asume el relato como su defensa.

Ahora, lo cuestionable es el exceso de violencia contra los detenidos. Iván, como cualquier individuo bajo sospechas o señalamientos de ser un ladronzuelo, cualquier delincuente tiene derechos. El exceso de violencia no está permitido a los policías. No hubo vecino capaz de pedir a los policías dejar de golpear a los detenidos. Pero todos los testimonios reprobaron la golpiza propinada a la pareja.

Decíamos que abusos y atropellos de la policía, municipal, estatal o federal es cosa común. Se conducen con impunidad cuando se trata de indefensos mozalbetes. Lo curioso es que los policías de barrio, el perfil de los genízaros comisionados a Ixtapa, saben quién es quién en toda la demarcación. Raro es que actúen contra ellos como sí lo hicieron el sábado 15 con los dueños del departamento 23.

REVOLCADERO

Por cierto, el mayor Rogelio Hernández ya ha dado muestras de que a él los derechos de las personas es lo que menos le importa respetar. La Comisión Estatal de Derechos Humanos admitió la queja de los activistas apaleados cuando el pasado 02 de noviembre se manifestó en la zona del malecón. La Comisión ya requirió al militar comisario de la policía local para que en su defensa explique por qué coartó la libertad de manifestarse en la vía pública. Se equivoca el mayor Hernández si usa su mano contra los vallartenses como lo hizo a su paso por Chiapas. Si el como jefe se erige en el hombre de mano dura que nadie espere que los policías de pie-tierra, la tropa pues, respeten al ciudadano.*******A la una de la tarde, de este domingo 22, está programado el registro de la planilla de Gustavo González Villaseñor. Debe ser el único en inscribirse y desde ya se le debe de considerar el presidente del Comité Directivo del PRI Puerto Vallarta y sucesor de Gloria Palacios Ponce. Quienes llevan las cuentas de las veces que Gustavo ha sido el pastor de los priistas, pos pueden decir si son cuatro, si va por su quinta ocasión que el locutor ha sido líder del tricolor. Eso a nadie asombra, como tampoco habrá sorpresas cuando se de a conocer el listado de un centenar de miembros del comité del diputado local. Tantos espacios, secretarías o carteras, ayuda a no excluir a nadie. Por lo tanto, podemos adelantar el discurso del gris diputado: “Mi comité es incluyente”.******

 



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