Por Jorge Olmos Contreras
De acuerdo con la copia del acta notariada a la que VALLARTA UNO tuvo acceso, Héctor Rafael Caro Elenes pagó tres millones 250 mil pesos al ejido Valle de Banderas por estos reconocimientos, sin embargo, el presidente del núcleo ejidal, Luis Alberto Covarrubias Medina, no ha entregado cuenta claras del destino de este dinero, ni tampoco puso objeción alguna en recibir dinero que probablemente provenga del lavado de dinero.
Al acudir a las oficinas del ejido Valle de Banderas, Covarrubias Medina se portó grosero y altanero, no quiso proporcionar información sobre la vecindad que aceptaron al hijo de Caro Quintero, argumentando que eran asuntos del ejido que no podía hacer públicos.
El presidente de dicho ejido conduce una ostentosa camioneta último modelo, y por lo que se sabe, ha recibido cientos de millones de pesos producto de la venta de tierras en Boca de Tomates, sin que haya repartido en partes iguales a los 363 ejidatarios que conforman el núcleo ejidal.
En el caso de Héctor Rafael Caro Elenes –uno de los hijos del ex capo que fue fichado por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos--, el reconocimiento de las 55 hectáreas se hizo en la Asamblea General Extraordinaria celebrada el 05 de agosto del año 2012 a las 10:30 horas, donde se trataron 11 puntos, entre otros, los correspondientes al hijo del famoso narcotraficante.
Según los documentos, fue el punto número ocho en donde se trató el asunto de Héctor Rafael Caro Elenes. Sometido a la asamblea, se propuso:
“Reconocimiento de la posesión al C. Héctor Rafael Caro Elenes, respecto de una superficie aproximada de 55 hectáreas en el predio denominado “El Jazmín”, de tierras de este ejido. El presidente de debates cede el uso de la voz al secretario del comisariado ejidal, Armando García Robles para que explicara el asunto, lo cual se hace saber que desde hace más de siete años, esta persona compró los derechos de posesión respecto a unas tierras ubicadas en “El Jazmín” a un ejidatario de nombre Adrián Guerra Mota y a sus sucesores. (Este es un extracto de la nota publicada en la edición impresa de VALLARTA UNO, en circulación desde el pasado 18 de diciembre)