La noticia, que ya está en boca de muchos, debido a que fue filtrada desde el interior del propio Tribuna de la Bahía, no deja de sorprender por lo que ello implica para el sector de los medios de comunicación en Puerto Vallarta, pero, sobre todo, porque nadie pensaría que un millonario como el señor Fernando González Corona se atreviera a cerrar una fuente de trabajo y dejar sin empleo a decenas de trabajadores que dependían del sueldo que devengaban en la empresa.
UN BARRIL SIN FONDO
Algunos dicen que nadie en su sano juicio –así tenga los millones de pesos y dólares como parte de su fortuna personal—está dispuesto a desembolsar la friolera cantidad de cinco millones de pesos mensuales para sostener un periódico como Tribuna de la Bahía que, por sus magros resultados –tanto en lo publicitario como en lo periodístico—era lo mismo que arrojar el dinero a un barril sin fondo, puras pérdidas y nada de ganancias.
Aquí lo realmente lamentable es que Fernando González Corona haya utilizado Tribuna de la Bahía como un juguete de millonario aburrido y caprichoso y como un arma para abrirse camino en la política y poder ser alcalde de Puerto Vallarta, tal y como sucedió en 1995 en que el empresario se convirtió en el primer presidente municipal de un partido distinto al PRI, en este caso, del Partido Acción Nacional.
QUERIAN SER EL PARTEAGUAS DEL PERIODISMO VALLARTENSE
En este sentido, el señor González Corona nunca fue honesto con los periodistas que mantenían una huelga en el extinto Diario de la Bahía allá por la calle Morelos, siempre se condujo con mentiras e hipocresía para hacerles creer que él estaba muy preocupado por los reporteros y que les proponía crear un nuevo periódico para ofrecerle a la sociedad vallartense una alternativa real de buen periodismo, algo que fuera un parteaguas y un paradigma a la vez, les prometía a aquellos huelguistas entre los que se encontraban David Rojo Díaz, Francisco Quezada Hernández y Jesús Manuel Díaz Zurita.
Estábamos al final de la década de los años 80 y a principios de los 90 cuando sucedieron estos hechos, en que Fernando González Corona se apareció como el salvador de los periodistas y los invitó a construir una nueva empresa periodística, que después se llamó periódico Tribuna de la Bahía.
Esos periodistas pensaban que se habían sacado la lotería, que Tribuna de la Bahía sería en realidad el parteaguas del periodismo vallartense, pero en el fondo, Fernando González Corona ocultaba muy bien su verdadera intención, que era utilizar como plataforma política el diario para ser candidato a presidente municipal, lo cual logró, como ya dijimos en 1995.
Absortos en su buena suerte y para demostrar que sí se podía hacer un periodismo distinto en Puerto Vallarta, los reporteros de Tribuna de la Bahía fueron combativos, absolutamente críticos con el gobierno municipal que en ese momento dirigía el priista Rodolfo González Macías.
FALSO PURITANISMO
Fueron tiempos en que Tribuna de la Bahía tenía excelentes columnistas, reporteros de investigación y un equipo que, si bien se veía empañado por el falso puritanismo que le imprimía el entonces director, Prócoro Hernández Oropeza, estaba muy compactado y unido para buscar noticias desde otra perspectiva, no las simples nota del día que estaban aborreciblemente impregnadas de declaracionitis vacuas de los políticos y empresarios turísticos del momento.
De hecho, fue el mejor momento de Tribuna de la Bahía –de 1990 a 1995—aunque en esos tiempos hubo dos casos que hicieron tambalear la credibilidad de la empresa. Uno fue la balacera de la discoteca Christine, debido a que los pistoleros de los Arellano Félix se hospedaron en el hotel Villas del Mar, propiedad de Fernando González. Y otro, muy lamentable, aunque igual de escandaloso, fue el asesinato del extranjero Mark Puerner, presunto socio de González Corona y cuyo caso fue prohibido manejarlo en el periódico. De hecho, este crimen sigue impune.
El periódico iba muy bien, no había quejas por la situación financiera, ni por los contenidos, ni por la distribución. Sin embargo, un día Fernando González Corona se quitó la máscara y mostró su verdadero rostro, les anunció a David Rojo, a Díaz Zurita y a Prócoro Hernández, que tenía intenciones de entrar a la política, que quería ser alcalde de Vallarta.
APLASTÓ LA CREDIBILIDAD DEL DIARIO
Y aquí fue donde Fernando González echó a perder todo lo bueno que había logrado el equipo de periodistas de Tribuna de la Bahía, pues comprometió la credibilidad del diario –lo realmente valioso de un medio de comunicación—al vincularlo a sus proyectos políticos y hacerlo prácticamente una extensión no oficial del PAN.
Al divulgarse que el dueño de Tribuna de la Bahía sería candidato del PAN, todos comenzaron a leer con recelo las notas y artículos del periódico que creían realmente independiente. Si uno criticaba al alcalde en turno (y nos incluimos porque también formamos parte del equipo de Tribuna antes de que Fernando fuera alcalde) o salía a relucir alguna nota sobre corrupción en el Ayuntamiento, de inmediato nos decían que el trasfondo era golpear al primer edil (En ese entonces Rodolfo González Macías, para que no se nos olvide) para dejarle la cancha libre a González Corona.
Así las cosas, en muchos sectores de la sociedad vallartense se comenzó a ligar a Tribuna de la Bahía con el PAN, máxime porque después González Corona fue candidato a diputado federal y ganó; y más tarde su esposa Eva Contreras también fue candidata a la presidencia municipal (elección que perdió con Gustavo González Villaseñor), fue regidora de oposición y después le regalaron un escaño plurinominal en el senado de la República.
Antes, Fernando impuso como candidato del PAN a David Cuevas García –quien también ganó y fue alcalde--, todo con el respaldo de Tribuna de la Bahía y sus reporteros. Por cierto, hoy David Cuevas es el Director de los nuevos medios informativos de Fernando, TV Mar y Radiante FM, cuya persona moral es Compañía Periodística Sudcaliforniana (CPS).
EN CAÍDA LIBRE
Con estos antecedentes y la intromisión de Fernando como alcalde en la toma de decisiones de Tribuna de la Bahía, el periódico comenzó a decaer, iba en picada, como en un tobogán y ya nadie pudo detener su estrepitosa caída.
Hubo intentos vagos para enderezar un árbol cuyo tronco fue torcido por el mismo Fernando, pero ya no se pudo. Trajo periodistas supuestamente experimentados de la Ciudad de México (que sólo venían a pasear y a bajarle dinero) y le ordenó a David Rojo que dejara Tribuna de Los Cabos y viniera a rescatar el periódico de Vallarta, pero fue imposible.
Con una planta de reporteros que son más noteros que los del Vallarta Opina y con la credibilidad comprometida, Tribuna de la Bahía ya no funcionaba como negocio (o quizás nunca funcionó, sólo fue usado como trampolín político) y como el señor González Corona ya no quiere saber nada de política, pues tomó la alternativa más fácil para él, cerrar la empresa, dejar de imprimir el periódico y liquidar a todos los empleados, aunque a algunos que le dieron lástima al propio Fernando, los van a mandar a TV Mar y GPS Noticias.
Fernando está enfocado en su proyecto depredador denominado “Residencial Garza Blanca”, y sabe perfectamente que Tribuna de la Bahía ya no podrá ayudarle a socializar este asunto y que, como tal, ya no le sirve de nada el periódico, de ahí su desaparición, al menos en su versión impresa.
Fernando ha sido un empresario muy bueno en su ramo, que es el de los tiempos compartidos y la operación de hoteles, pero muy malo en los medios de comunicación.
Ya tronó Tribuna de la Bahía, veremos cuánto tiempo está dispuesto a mantener los jugosos sueldos que paga a los directivos de TV Mar y GPS Noticias, medios que a lo mejor los tenga para cubrirle las espaldas de su proyecto depredador en la montaña, porque en lo periodístico, tampoco han levantado.