El mejor ejemplo de la corrupción que impera en las dependencias municipales, pero sobre todo en la de Ordenamiento y Desarrollo Urbano que presiden Francisco Javier Altamirano y Oscar Montiel, es la construcción del centro comercial ubicado en la esquina de la avenida Francisco Medina Ascencio y Los Tules, a la entrada del fraccionamiento Fluvial Vallarta –donde estará el nuevo antro de Vallarta conocido como La Santa--, toda vez que no tiene visible su permiso de construcción ni se ha autorizado de parte del Ayuntamiento la licencia de discoteca, bar o restaurante bar, en virtud de que desde hace meses, no ha sesionado el Consejo de Giros Restringidos.
Pero todavía peor, Gustavo Altamirano, el inversionista de este proyecto, no se esperó a que el pleno del Ayuntamiento le autorizara el cambio de uso de suelo, sino que violó la Ley de Desarrollo Urbano y su reglamento municipal y decidió construir sin ese visto bueno.
Y como ni la Asociación de Colonos, ni ningún vecino, ni nadie del Ayuntamiento ha dicho algo, el empresario violentó la ley y los reglamentos al construir “La Santa”, cuya inauguración se realizará este fin de semana.
Su representante y gerente de relaciones públicas, Beba Muñiz, citó la noche de este jueves a los medios de comunicación y los invitó a que fueran a la apertura cualquier día de los tres en que se celebrará la inauguración, el viernes, sábado o domingo, pero ha hecho mutis ante semejante violación a las leyes municipales.
Mientras tanto, al interior del gobierno municipal hay una opacidad terrible, nadie sabe nada y nadie informa. De hecho como que el alcalde ha postergado a propósito la sesión de Cabildo, pues no ha convocado al pleno en todo lo que va del año.
Como que estaban esperando a que se realizaran varios proyectos como el de “La Santa” y la demolición del hotel “Coco Club Vallarta”, pues una vez concluidos, pueden alegar que son “hechos consumados”.
Quizá por eso los empresarios tenían prisa en construir el centro comercial y la discoteca, trabajaron y trabajan día y noche, a toda máquina, antes de que el caso reviente en la próxima sesión de Cabildo.
Varios regidores han expresado su malestar por este proceder del Mochilas, quien tampoco les ha querido informar el por qué este centro comercial se construyó sin licencias, ni permisos, ni cambio de uso de suelo.
El síndico, Roberto Ascencio Castillo, tampoco ha sido tomado en cuenta para estos asuntos.
Se sabe que el funcionario que intervino para que todo se hiciera en lo oscurito, es el actual Procurador Social, Juan Hernández, quien habría negociado a nombre del alcalde con el empresario Gustavo Altamirano.
Este medio de comunicación buscó la versión de los Altamirano a través de sus representantes Sergio Orozco mejor conocido como “El Chocho” y de la Beba Muñiz, pero ninguno respondió. Incluso a la Beba Muñiz, al no responder el celular, se le preguntó vía mensaje al teléfono 322 1505451 que quién podría explicar el por qué no hay permisos ni licencias de “La Santa”, y la respuesta fue el silencio total.
Algunos vecinos consultados, comentaron que las inversiones son bienvenidas, sobre todo cuando crean nuevos empleos, pero que los empresarios deben cumplir la ley, como todos los ciudadanos.
Se espera que el Ayuntamiento informe con detalle el por qué no se esperó a que el Cabildo autorizara el cambio de uso de suelo para “La Santa” y quién o quiénes autorizaron o fueron omisos en las licencias municipales que debieron ser emitidas por la administración de Ramón Guerrero.
Total que “La Santa” se está convirtiendo en una santa corrupción, todo por darle manga ancha a empresarios que sólo ven por sus intereses y no por los del pueblo de Puerto Vallarta.