Pero… ¡oh sorpresa!... el evento que se llevaría a cabo en el salón de bailes Real del Oro, resultó un estrepitoso fracaso, por dos ingredientes que actores políticos, internos y externos, le pusieron al coctel para que la fiesta se aguadara y no tuviera éxito.
Entre los principales factores para que Luis Munguía sumara otro fracaso a su corta carrera política, está el hecho de no prevenir un escenario adverso y pensar, ingenuamente, que su cartera de seguidores seguiría intacta después de las elecciones municipales, donde consiguió más de 20 mil votos.
EL “MAGNO EVENTO”
Los responsables de organizar el “magno evento” se toparon con pared al no poder reunir ni 700 personas –que era el aforo autorizado por la mesa de salud ante el incremento de contagios por Covid-19--, pues solo lograron juntar poco más de 100 individuos, entre hombres y mujeres que vieron, con desgano y tristeza, cómo su ídolo se derrumbó como un castillo de naipes al primer soplo del viento vespertino de ese sábado.
Y bueno, ¿cuál es la lectura que nos dejan estos hechos?
La caída de Luis Munguía es lamentable, y decimos lamentable porque el joven vallartense logró lo que nadie había logrado en las filas del Partido Verde; sin embargo, el duro golpe que recibió el sábado por la tarde nos habla de un Luis Munguía que comienza a acostumbrar a sus seguidores al fracaso y a la derrota, y si continúa por ese camino, en poco tiempo ya nadie querrá seguirlo, ya nadie va a creer en él; pues meterse a un proyecto político con el señor Munguía es garantía no de éxito, no de triunfo, sino todo lo contrario, es garantía de seguir perdiendo, de estar del lado de los perdedores, en un… (¿cómo se dice en inglés?) en un loser.
Y es que, si recordamos el pasado reciente, Luis Munguía perdió la elección interna del Partido del Movimiento Ciudadano, en donde la candidata --a quien, por cierto, le levantó la mano y le aseguró que trabajaría para ella—resultó ser la hoy regidora, también perdedora, Lupita Guerrero.
SE AHOGÓ EN LAS PROFUNDIDADES DE MORENA
Después se aventuró en las profundidades del Partido del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y se ahogó, solo perdió tiempo y dinero, mucho dinero que invirtió y que salió del bolsillo de sus patrocinadores.
En Morena también fracasó y de inmediato buscó a los dirigentes del Partido Verde para venderles la idea de que él sería el próximo presidente municipal, que las condiciones políticas estaban dadas en Puerto Vallarta para que él tomara la silla presidencial; pero a la hora de la hora, Luis Munguía solo les vendió piñas a los dueños del Partido Verde, pues quedó en tercer lugar en los comicios pasados, debajo de Lupita Guerrero y muy, pero muy atrás del profesor Luis Alberto Michel Rodríguez, quien finalmente resultó ganador de la contienda electoral.
LA TERCERA ES LA VENCIDA… O EL YA MERITO
Así las cosas y después del descalabro de junio pasado, Luis Munguía no ha quitado el dedo del renglón y les sigue vendiendo piñas a los dirigentes del Partido Verde, con el cuento de que la tercera es la vencida y que en la próxima elección si ganará la presidencia municipal… ¿Usted le cree?
Sin embargo, y como ya lo vimos, su evento de toma de protesta fue un rotundo fracaso, independientemente de los factores externos que apretaron la pinza, como la clausura que hizo el Ayuntamiento al casino Real del Oro.
Por cierto, las autoridades municipales se vieron mal, pero muy mal al clausurar el casino Real del Oro, con argumentos tan tontos como que el establecimiento no contaba con licencia municipal de operación desde el año 2020, pues tanta rudeza era innecesaria. Luis Munguía no necesita que lo acosen, que lo hostiguen, que lo empujen por un despeñadero, él solito se cae a pedazos por sus múltiples mentiras y su falta de tablas políticas para convertirse algún día en alcalde de este famoso, pero sufrido Puerto Vallarta.
La pregunta ahora es… ¿cuál será el próximo fracaso de Luis Ernesto Munguía González?... Se los dejamos de tarea.