Tras largas horas de discusiones, alegatos y demás, un juez de control vinculó a Osbaldo Martínez por el delito de feminicidio y dictó tres meses para la investigación complementaria, por lo que el policía ministerial permanecerá en prisión en espera del juicio final.
LOS HECHOS
De acuerdo con una denuncia que llegó hasta Rocío Nava Rivero, representante de la Secretaría de Gobernación para temas de mujeres y agresiones contra féminas en razón de género –Carpeta de Investigación 4534 /2020—ese 08 de diciembre del 2020 Osbaldo y Cassandra (que para esa fecha eran pareja sentimental) estuvieron brindando, celebrando y bailando, y encontrándose en aparente estado de ebriedad, ella se sintió mal y fue ayudada supuestamente por otro de sus compañeros a subir al lado derecho del asiento delantero de una camioneta RAM 2500 –conducida supuestamente por Osbaldo--, donde se habría quedado dormida. Posteriormente, la pareja se habría retirado del lugar aproximadamente a las 02:00 horas por la calle Terranoble, pero se detuvieron metros más adelante.
En la audiencia de anoche, se habría revelado que la pareja discutió porque Cassandra tuvo una relación antes con otro policía investigador, con quien incluso tuvo una hija; pero que ella de repente tomó su arma de cargo “porque su ex no la dejaba en paz” –para empuñarla y con ella se disparó, apuntando con su mano derecha en su cabeza… resultando lesionada… según trascendidos que han surgido sobre de las declaraciones que habría hecho Osbaldo M. en su momento.
LAS INCONSISTENCIAS
En este punto, abogados de la familia de Cassandra comenzaron a cuestionar y a sospechar que la muchacha no se suicidó, sino que habría sido asesinada, ya que las declaraciones de Osbaldo tenían muchas inconsistencias.
Por ejemplo, él nunca supo explicar de dónde ella sacó o pudo haber sacado la pistola, pues no la vio mover su cuerpo y brazos, para extraer el arma de su bolsa-cartera que se encontraba abajo del asiento del copiloto, en donde supuestamente la guardaba; ni tampoco habló de movimientos que ella hizo para empuñarla y dispararse.
Otra inconsistencia es que –según los trascendidos—el policía avanzó un tramo hacia la salida para luego estacionar la camioneta en una avenida aparentemente cerrada, que lleva a la salida del fraccionamiento Gastronómicos, donde se encuentra el restaurante “Las Carmelitas”, desde donde llamó al 911 o Base Calle aproximadamente a las 3:35 am --es decir, hora y media después de haberse retirado del lugar en que se realizó el festejo--, para hacer el aviso de emergencia por lo sucedido.
En dichos trascendidos, se comenta que Osbaldo se habría bajado de la camioneta cuando vio herida a Cassandra y rodeando la unidad procedió a abrir la puerta del lado delantero derecho, para percatarse de que ella está gravemente lesionada y que, al tomar su cuello, observó que se estaba desangrando, por lo que cerró la puerta y que, con esta acción, él se manchó su ropa y manos de sangre.
Que después llegó una patrulla municipal y minutos más tarde una ambulancia para trasladar a Cassandra a la clínica del IMSS para su atención médica.
UN TRABAJO DESASEADO
Lo que vino después fue un trabajo desaseado por parte de los investigadores, ya que transcurrió más de una hora de los hechos y no se tomaron huellas de sangre en manos y ropa del acompañante de Cassandra, además de que no habrían sido vistas ni apreciadas por la autoridad dichos indicios.
Por ello, los padres de Cassandra contrataron un asesor jurídico para tratar de esclarecer los hechos. De entrada, el profesionista contratado encontró que las deficiencias en la investigación hacían palpable la intención de dejar a salvo a Osbaldo de ser imputado como responsable de haber cometido el delito de homicidio en la persona de Cassandra del Rosario Rojas Aréchiga.
En este contexto, y aunque la Fiscalía tardó meses en resolver el caso, finalmente se apuntó un 10 ayer, al lograr que un juez de control vinculara al presunto asesino de Cassandra, quien dejó en la orfandad a su pequeña hija.
