Sin duda, el presunto desarrollador tapatío les resulta atractivo a los medios –solo algunos que le creen a ciegas por obvias razones--porque culpa al gobierno de haber perdido su patrimonio, cuando la realidad es que él adeudaba mucho dinero y mediante un proceso mercantil, llevado a cabo ante juzgados establecidos en el estado de Nayarit, una resolución determinó adjudicar los bienes a las personas que les debía los recursos; el gobierno no tuvo nada que ver en este asunto, de acuerdo con abogados consultados por el periodista.
Pero el señor Eduardo Valencia quiere ocultar su pasado criminal y ahora aparece como víctima, cuando, además de qué debía dinero, defraudó a más de 100 extranjeros y mexicanos, los cuales presentaron denuncias penales y es por lo que él está en calidad de imputado en diversos procedimientos en su contra.
Este medio de comunicación no miente, toda vez que tenemos copias de la lista de las Averiguaciones Previas que se iniciaron en su contra, también los departamentos que compraron las personas y sus nombres, por lo que tenemos la certeza de la cantidad de personas que dañó.
Vale la pena mencionar que las víctimas de este defraudador, en su mayoría son personas ya en la parte final de su vida, mayores, que confiaron en él y le entregaron su dinero para la adquisición de departamentos.
Para los defraudados, fue significativamente trágico que en la tercera edad de su vida tuvieran que pasar días viajando a Tepic, lidiando con procedimientos civiles y penales.
EL DOLO
Es claro que Eduardo Valencia actuaba con dolo, aprovechándose de las debilidades del sistema judicial mexicano, porque los juicios civiles tardaban tanto, que para cuando terminaban, las personas afectadas eran demasiado grandes o carecían un domicilio para notificarlas. Y al final del juicio, cuando Valencia tenía una sentencia en su contra, simple y sencillamente se amparaba y un juzgado ordenaban la reposición del procedimiento… Terrible para las víctimas.
También es claro que algunos medios le dan difusión a este asunto porque Eduardo Valencia es una persona que habla en contra del gobierno y en especial del ex fiscal Edgar Veytia (el villano favorito). Lo que la gente desconoce –y también esos portales-- es que quién entregó la posición y donde se iniciaron las Averiguaciones Previas en contra de Valencia, fue con el entonces Procurador General de Nayarit, Javier Germán Rodríguez (qepd), ya que él percibió de primera mano la conducta delictiva de este sujeto y través de su encargo ordenó se hiciera justicia a los extranjeros y nacionales, quienes honestamente habían adquirido una propiedad.
Bajo esta tesitura, debe quedar claro que las propiedades –que Valencia afirma se las quitaron-- no se las quitó el gobierno; el gobierno ni siquiera participó, fue un asunto entre particulares.
Al respecto existen varios juicios contra Valencia, como el 60/2023, seguido en el Juzgado Tercero de lo Civil con sede en Bucerías Nayarit.
No obstante, los amparos que promueve Eduardo Valencia en contra de esos juicios son los siguientes, 2298/2023, 2976/2023 y 15/2024, según documentos que obran en poder de este medio, que ha corroborado dicha información.
Entonces, queda claro que el gobierno no participa en absolutamente nada relacionado con los bienes de Eduardo Valencia y no fue su responsabilidad la que lo llevó a perder esas propiedades.
Por el contrario, el gobierno intervino para que se les respetaran a los extranjeros que ya habían comprado departamentos y no fueran parte de los bienes embargados a Eduardo Valencia.
MENTIRAS VERDADERAS
Ahora bien, por lo que hace a las lesiones (que le habrían infringido en la cárcel), la foto que aparece en las redes sociales resulta espectacular y beneficiosa para él, porque a partir de este momento fue cuando recurre, con falsedades, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y afirma que se le detuvo sin orden de aprehensión, lo cual también falso. De hecho, el propio Valencia declaró, directamente en una entrevista con el periodista Jaime Serrano en la ciudad de México, que se estaba escondiendo en México porque sabía qué tenía una orden de aprehensión.
Sin embargo, después la CIDH envió un oficio para protegerlo, pero dicha Comisión nunca escuchó a las víctimas –a la fecha no las ha escuchado-- y resulta que como estaba el cambio de gobierno de la salida del entonces gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, no le enviaron a la CIDH las constancias para acreditar que la detención fue legal.
A partir de entonces, Eduardo Valencia inició toda una campaña de mentiras, donde da una versión torcida, donde se victimiza, pero esconde el fondo de todo este asunto, que es el crimen que cometió al defraudar a un numeroso grupo de personas, que no se quedaron calladas y lo denunciaron.
Sobre la versión que ha dicho una y otra vez, de que lo golpearon en prisión, hay otros datos, en virtud de que una de las líneas de investigación --que no se dice públicamente-- es que él mismo provocó el pleito, precisamente para obtener beneficios y acusar al gobierno de qué había sido mandado golpear.
LA PERSONALIDAD
Quienes conocen a Eduardo Valencia –existen versiones de sus ex empleados—lo dibujan como una persona conflictiva, tanto en la vida cotidiana, como quizá en el penal; otros indican que tiene rasgos de psicópata, lo cual se puede ver en las actuaciones judiciales, pues incluso amenazó con poner una bomba en los juzgados de distrito en Tepic y a últimas fechas, en una audiencia, lanzó otra amenaza directa contra un juez. Todo está documentado y certificado.
En este sentido, se puede observar que una cosa son las mentiras de Eduardo Valencia y otra es la realidad, pues a la fecha no existe ningún testigo que diga de forma clara que algún integrante del gobierno maquinó o mandó algún tipo de persona para hacerle un daño mientras estaba en prisión. Los policías que declararon solamente hacen suposiciones, basados precisamente en la presión que se tiene cuando las noticias son tan exageradas y llegan a presionar a los que no conocen la ley, comentan abogados.
Así las cosas, estimado lector, si usted ve y lee este artículo, es importante que sepa que los portales de Noticias no se han dado la tarea de investigar a las víctimas de Eduardo Valencia, porque quizás eso no vende, lo que vende es una persona hablando mal del gobierno.
A menos, a menos que haya algo más de fondo en querer tergiversar la información y proteger a un defraudador.
CAMINO AL ANDAR... UNA OPERACIÓN “URGENTE” DE CADERA
Pero bueno, en otra columna vamos a abordar la conducta –cuasi criminal—de Eduardo Valencia en otros tópicos de este mismo asunto, ya que incluso ha utilizado justificantes médicos con padecimientos idénticos (pero con fechas de varios meses de diferencia, según documentos en nuestro poder) para no acudir a las audiencias en los juzgados de Bucerías.
No solo eso, también les contaremos cómo Valencia Castellanos –con engaños y mentiras—logró que en este año 2024, el Ayuntamiento de Bahía de Banderas le pagara más de 900 mil pesos (de una cantidad que supera un millón 100 mil pesos) porque convenció a un juzgado de distrito, en el sentido de que por “por la golpiza” que le dieron en el penal, necesitaba una cirugía urgente de cadera, por lo que ordenaron al municipio erogar esa cantidad.
Lo increíble, es que fue en marzo pasado en que el gobierno municipal que estaba dirigido por Mirtha Villalvazo, le pagó esos 900 mil pesos para la operación urgente de cadera …
¿Y qué cree usted estimado lector?… A la fecha, estamos a 13 de diciembre del 2024, el señor Valencia no se ha operado, solo recibió el dinero.
¿Otro fraude?... ¿Ahora contra el Ayuntamiento de Bahía de Banderas?... Juzgue usted mismo.