Hoy, que Susana Carreño y Humberto Gómez Arévalo abandonen al partido que los hizo regidores, el Movimiento Ciudadano, son una especie de refrito de noticia que a muy pocos asombran. Los dos son ejemplares de políticos improvisados, que desconocen las reglas de oro del político profesional cuyo valor máximo es sacrificarse tantas veces lo obligue las circunstancias de peligro de su jefe máximo.
No se sabe a precisión los orígenes que los llevaron a ambos a renunciar al MC para declararse, primero los dos regidores independientes, y Susana Carreño a tercer día, incorporase al PRD, el partido que le dio la oportunidad de incursionar en la política a la ex periodista de radio. Sabemos sí, ahora que se sacude el manto protector de los secretos de los gobernantes, que desde el principio del gobierno ocurrieron pactos y acuerdos deshonestos. Algo de ello se escribió en su momento, situaciones anómalas que hasta los dos ex mochilistas negaron sucedieran e inclusive, sirvieron de comparsas y hasta aplaudieron y votaron para erigirse en cómplices de lo que hoy recriminan al alcalde, Ramón Guerrero.
Es relativamente importante recurrir a la historia reciente. Cuantas iniciativas o propuestas llevo al pleno del Ayuntamiento el alcalde, ahí estaba Susana Carreño y Beto “el del infonavit” levantando las manos para su aprobación, en una de esas y hasta le aprobaron contratar aviones charters para los viajes. Lo que sí estamos seguros es que los dos rebeldes aplaudieron a rabiar a Ramón Guerrero en la repartición de vales de cemento, eso último en días de campaña. Aplaudieron los encendidos discursos de los que ahora reniegan. Se unieron también a las aguerridas arengas en las que se denigró a priistas y también a los perredistas. Ni caso tiene recordar el tono de las palabras con las que Carreño se refería a Miguel Ángel Yerena Ruiz, o al tío de este, Rafael Yerena Zambrano.
En la línea superior citamos a Migue Ángel Yerena. Si, es otro político del momento que le dice adiós al partido que le ofreció el espacio para ser candidato a la alcaldía. No llegó a la presidencia municipal, pero pudo vestirse de regidor. Del PRD se regresa al PRI. No podrá compartir bancada con quien en campaña lo descalificó para trasladar votos del PRD y entregarlos a Ramón Guerrero.
Como Luis Fernando Famanía en 1997, Tito Yerena del PRI aceptó abanderar al PRD, gano la regiduría y en plena gestión negocia su regreso. Famanía, habrá que precisarlo fue reservado en el cuidado de sus simpatías. Hubo otro priista convertido a perredista y luego revestido de tres colores. Es el médico, Heriberto Sánchez Ruiz. Quiso ser candidato a alcalde, también a diputado, pero el PRI y los priistas siempre se lo negaron. Luego de dos intentos, en 2006, protestó como candidato del PRD a la alcaldía. Sus inversiones desde el PRI le ayudaron para ganar votos suficientes y ser regidor plurinominal. Como los otros, parece ser que su vestimenta amarilla lucida en campaña no le borró la camiseta tricolor que por años presumió. Hoy, se lee hasta raro declaraciones del empresario de los taxis del aeropuerto decir “siempre fui priista” o “nunca quise irme del PRI”.
Cuando a Bahía de Banderas, dese Michoacán llegó la noticia de que Rafael Cervantes Padilla se vestía otra vez de priista, los panistas enmudecieron. La incredulidad también privó en los panistas de Puerto Vallarta. Les había costado casi dos décadas en ganar el vecino municipio y con apenas tres meses al frente del gobierno municipal aquel alcalde que ayudaron con todo tipio de recursos en la campaña, como las chachas, se les iba por la puerta trasera. Los panistas aprendieron mucho del caso de Rafa Cervantes. Entendieron qué es un priista a semejanza de otros que se jalan la greña cuando no se les cumplen sus antojitos. Rafa Cervantes se formó y creció en el PRI. Jamás confió en los políticos de color azul. Al autor le confió en una charla en sus corrales del por qué jamás iba a confiar en los panistas. Había ganado la elección en la convención municipal, lo llamaron al CEN y Germán Martínez, personalmente lo obligó a renunciar. No se regresó con las manos vacías. El dirigente nacional en ese entonces del PAN le ofreció y le cumplió ser por las dos vías, la de mayoría y la proporcional, ser candidato a diputado local. Con todas las deficiencias y limitaciones políticas, lo convirtieron en coordinador de la bancada panista en el Congreso local. Por sus actos, a Cervantes Padilla ya todos lo conocen. Y ni en su familia hablan bien. Pregúntenle a su cuñado José Gómez Pérez.
Nadie exagera cuando sostiene que la clase política de Bahía de Banderas y la de Puerto Vallarta esta cortada con la misma tijera, basta echarle un ojo en temporada de campañas. Los del mismo color se conducen como hermanos. De uno u otro lado, cruzan las aguas del río para apoyar con todo al hermano. Los de este lado, los de Jalisco, les imponen las modas políticas. Fue un deleite ver el desvestidero de camisetas en Bahía de Banderas en esta campaña. Ahí esta Adrián Guerra Padilla que de panista se puso naranja. O Héctor Paniagua Salazar, que con toda una carrera en el PRI, dos veces alcalde, ni se inmutó al tirar a la basura la del tri y ponerse la ropa amarilla de PRD, aderezada con el azul panista.
No se ha visto caso único. La moda se impone cuando todos repiten color y marca de camiseta. En los 90, Aurelio Rodríguez Garza, alcalde a finales de los 80, se afilió al PRD. Los Famanía, Luis Fernando y Humberto, se hicieron panistas. Chema Ibarría, ya finado, y su compadre Toño Canales, se fueron del PRI y ase afiliaron al PAN. David Cuevas García, fue alcalde por el PAN y alguna vez fue candidato del PRD a la diputación federal. Rodolfo González Macías, haba sido director del Seapal y alcalde cuando abandonó la ciudad. A los años regresó pero para ser candidato del PRD a la alcaldía. Ahí están los ejemplos de Susana Carreño y Beto Gómez. La primera, fue dos veces candidata a diputada por el PRD. Fue regidora pero por el MC y ya inició el camino de retorno al PRD. Beto el del Infonavit, declarado al lado de la Carreño, como regidor independiente, está en pláticas para regresar a los brazos de ANDRÉS González Palomera. Consta, nos reservamos decir “regresa al PRI”, no sea que Adrián “el archi” Méndez, o el propio Tito Yerena, se me enojen. Nuestro amigo el estilista del Info, se dio gallo en campaña gritando sus arengas contra los Yerena y contra Adrián Méndez, regidor hoy y ayer candidato del PRI a la alcaldía. Todo porque “el archi” se le atravesó a su amigo Andrés y le impidieron a éste ser el bueno.
REVOLCADERO
En Nayarit, ya la clase ya festina que uno de los suyos será dirigente nacional de la CNC. Es Manuel Cota Jiménez el que fue una vez diputado federal por el distrito primero, del norte del estado y ahora es senador. Será el máximo líder del Sector Campesino del PRI al viejo estilo, el de la imposición, en términos priistas, por ser el único candidato registrado para competir en una supuesta elección interna. En este caso no habrá quejosos ni quejas. Es el sector que provee al PRI del voto verde, donde está la clase humilde, los que aceptan sin chistar a quien les impongan.**** Y aquí en Bahía de Banderas, los que apoyaron a Héctor Paniagua, se muestran convencidos de que la impugnación interpuesta, va a proceder y le quitarán el triunfo al priista José Gómez Pérez. Quién sabe a qué se atienen pero si no argumentaron el recurso, les volverán a dar palo. Una cosa es que ocurran irregularidades, que de eso nadie tiene dudas, y otra que las documenten y las aporten en los tribunales. Es probable que, si su optimismo obedece a que los dirigentes nacionales del PAN y PRD, Gustavo Madero y Jesús Zambrano se tomen la foto juntos y digan que van con todo en la defensa de Bahía de Banderas, apuesten a perder.***** El presidente del ejido Las Palmas, Sebastián Peña se esconde para exigir la salida de Esteban García Aréchiga de la CNC Puerto Vallarta. Eso sí, repite su mismo discurso: Quiero sangre nueva para la dirigencia municipal de la CNC. El profesor no se abre del todo pero es de los que reclaman el fin de Esteban García. Tampoco le acepta hacer mancuerna con Marco Antonio Ortiz Fernández, que del ejido Ixtapa, quiere saltar a la CNC. La petición de la “contra” es que el proceso de renovación se haga mediante un proceso democrático, como el que se hizo para el cambio de la dirigencia estatal, donde ahora despacha Roberto de Anda Macías y salió “el chato Ponce”.