Por Gerardo Sandoval Ortiz
El profesor Pedro Mendoza Verdín solía decir a quienes entablaban charla con él que su vida había cambiado a partir de aquel accidente carretero antes de llegar a Tepic. No mentía, el terrible encontronazo casi le cuesta la vida; su salud quedó menguada; su ascendente carrera en el servicio público literalmente concluyó y lo mismo ocurrió en el magisterio.
El final de la vida del profesor Mendoza Verdín no podía ser más triste. El sábado pasado, un malviviente de la colonia Idipe de Ixtapa irrumpió en su incipiente negocio de la avenida Grandes Lagos y la arrancó la vida. En vida, Pedro Mendoza nunca se distinguió por ceder lo que con tanto esfuerzo había logrado y con su dulcería no fue la excepción. Había invertido con mucho sacrificio parte de sus ahorros en su pequeño negocio y no estaba dispuesto a permitir que un ladronzuelo lo despojara. Con su salud en predicamento opuso férrea resistencia a tal grado que el mozalbete fue obligado a salir corriendo. Pero antes de huir, el ladrón había asestado una herida de mortales consecuencias al docente. Fue auxiliado y llevado a al hospital central del Instituto del Seguro Social pero en el breve camino murió.
Pedro Mendoza Verdín es uno de los muchos profesores que de Nayarit emigraron a esta región costera de Nayarit. No se amilanaba ante el estricto control político que sobre el magisterio ejercía un grupo de viejos maestros. Sería precisamente su diaria crítica a los grupos controladores del magisterio la principal razón que al cabo de los años lo colocó en la línea de batalla del Partido Acción Nacional.
En el sistema docente Mendoza Verdín fue un maestro cumplidor. Siempre presumió, sobre todo en las fiestas, sociales y escolares, su gusto por la música. Se disgustó cuando una vez lo invitaron a cantar en un evento en un restaurante de Ixtapa que después supo era un mitin priista.
Desde la primera campaña electoral exitosa del PAN, el malogrado profesor ofreció sus conocimientos en el ramo de la educación para aportar su granito a un gobierno al que mucho apostó. Lo invitaron y aceptó gustoso a reorganizar la educación desde la perspectiva del gobierno municipal. Como responsable de dicha área emprendió programas tan exitosos como el “adopta una escuela”. Recibió apoyos de generosos empresarios que construyeron nuevas escuelas y dieron mantenimiento. Siempre administro los recursos con transparencia.
Sin embargo, le ocurrió lo que a muchos nuevos en la política. Se enteró que en el entorno de su partido, el PAN, le nacían enemigos y adversarios, capaz de competirle de una manera no tan decencia. A menos eso decía.
Hasta sus últimos días, Mendoza Verdín llevó sus diferencias con el también profesor, Carlos Murguía Fregoso y la esposa de éste, la maestra Carina Cibrián. Nunca quedaron en claro cuáles fueron las razones de esta disputa que trascendió más allá de la política del PAN y del ser vicio docente. Lo que se sabe, es que los últimos heredaban os cargos que Mendoza Verdín había ocupado y era constante escuchar la misma razón de Pedro: fui despedido, corrido, cesado por que me echaron grilla Carlos y Carina Cibrián.
Pedro Mendoza fue antes que Carlos Munguía y que Carina Cibrián jefe de educación municipal, regidor y jefa de la DRSE. Carlos Murguía y Carina iban siempre detrás de él. Repuesto del accidente de carretera, suceso ocurrido poco antes de llegar a Tepic, Mendoza fue reinstalado en la DRSE. Resurgieron sus suelos de cantante y una mañana nos confesó sus alegrías de tener en su agenda fechas para la grabación de otro disco. Sin embargo su salud ya no era la misma y fue removido. Lo nombraron director del nuevo plantel Ixtapa del Conalep. Reclamó por dos años las condiciones que recibían clases un uñado de estudiantes, la mayor parte oriundos de Ixtapa. Sus superiores de enfadaron y decidieron desprenderse de él. Nadie le ha sabido reconocer su entrega a la tarea de mejorar las infames condiciones que por tres años recibieron clases la primera generación del plantel II del Conalep. Hoy, casi una década después, esa escuela tiene su edificio en Ixtapa, a unos metros de la carretera Mojoneras-Ixtapa. Pedro fue su primer director en forma.
Los constantes choques con Carlos Murguía y Carina Cibrián se ampliaron a otros actores del PAN y acusando a su partido de haber abandonado sus principios decidió una discreta partida. Se refugió en cuestiones personales y gozaba de las prestaciones del magisterio al que puede tener derecho uno de los suyos en condiciones como las suyas.
En la campaña electoral de Salvador González Reséndiz ofreció al PRI su experiencia. Inclusive comentó con un periodista tener la invitación de afiliarse al tricolor. Hay registro de breves participaciones en las mesas de educación en la serie de consultas organizadas en la campaña.
Hasta el sábado creía tener mucho que compartir con los vallartenses. No desechaba siquiera regresar al PAN o incorporarse al PRI. Nos presumió alguna vez tener ofertas de otros partidos políticos.
El sábado pasado, Pedro Mendoza Verdín estaba por cerrar su negocio en Fluvial Vallarta cuando entró un individuo de la peor facha. El mozalbete iba a robar. Se suscitó una fuerte lucha pero, debido a sus condiciones de salud, el profesor llevo la peor parte. Recibió los primeros auxilios pero en el trayecto de diez minutos al hospital del IMSS expiró. En su desesperada huida, su verdugo tiró una credencial del IFE y recogida por los sabuesos de la fiscalía regional fueron al domicilio. Resultó que el chamaco de la fotocredencial negó todo aunque dijo que posiblemente uno de sus dos hermanos la puso en su cangurera. “Los cris”, Cristian, Cristofher y su hermano menor, viven en el fraccionamiento Idipe, casi a espaldas del mercado o de la cancha de futbol rápido. Uno de ellos se desvela todas las noches cascareando en la cancha de pasto sintético. De corte a rape, tienen una fama en Ixtapa compatible al criminal asalto que terminó acabando con la vida de profesor Mendoza Verdín.
REVOLCADERO
Aunque al otro lado del río Ameca se reportó intensa movilización de elementos de la Armada de México, no hubo noticias posteriores. Sin embargo, en esa zona del valle, por un lapso de casi una hora se escucharon fuertes ráfagas de armas de alto calibre. Más o menos a la altura del trazo que tendrá la nueva la nueva va que unirá a los dos municipios. Las detonaciones se escucharon hasta las inmediaciones del paraje conocido como Paso del Guayabo. Eso el sábado a eso de las dos o tres de la tarde. Quienes escucharon, se quedaron con la idea de que algo grave ocurría pero como ya es normal, nadie tomó el riesgo de indagar por cuenta propia.***** Nos dicen, y con varias llamadas hemos podido constatar que algo hay de cierto, que el síndico, Roberto Ascencio Castillo ya le aprendió al alcalde, Ramón Guerrero Martínez su estrategia del avestruz australiano. Que el síndico, emula al alcalde y justamente hace lo que tanto decía enojarle del alcalde. ****** El sábado se registró un conato de incendio en el centro nocturno Histeria. Pero ocurrió en horario de descanso. Justo a eso del medio día empezó a salir humo del interior pero más de los ductos. Llamaron a los bomberos. Una patrulla de la policía llegó primero y se estaciona justo en la esquina donde dan vueltas los camiones del Seapal. Le dijeron que moviera la unidad pero no quiso hacer caso. Llegó una ambulancia y atrás el camión de bomberos. La patrulla estorbó las maniobras y ahí se perdieron por lo menos diez minutos. Los testigos criticaron la evidente la torpeza de quien maniobró. No fue todo. Un bombero se tardó casi diez minutos en vestirse y colocarse su vestimenta anticalor. Ya listo, se les trabó la escalera. Y ya lista la escalera, el imberbe tragahumos debió lanzar unas tres veces la manguera de agua hasta que otro elemento situado en la parte de arriba la tomara. Ya estaban listos para combatir el fuego pero justo en eso, se dieron cuenta que el fuego se había extinguido. Para suerte, el conato de incendio consumió el sistema de aires y debido a su aislamiento, se apagó.